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Colombia acaba de despedir a su primer gran leyenda: el arquero Efraín el ‘Caimán’ Sánchez

Nuestra columnista, Margarita Rojas, nos recuerda, en las voces de sus pupilos, las lecciones que dejó.

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Si algo debe agradecerle la memoria colectiva al fútbol, son sus ídolos. Sus historias de talento, casi siempre acompañadas de lecciones sorprendentes de superación y esfuerzo, son fuente de agua fresca y de inspiración para cualquier sociedad, en especial para aquellas como la nuestra, necesitadas de esperanza y de unidad.

Colombia acaba de despedir a su primera gran leyenda: el arquero Efraín el ‘Caimán’ Sánchez. Murió con 93 años bien exprimidos y la mente llena de gratos recuerdos. La sonrisa plácida que lo acompañó en sus últimas apariciones da fe de que la vida y él estaban a paces. A diferencia de otras figuras deportivas olvidadas o malogradas, a Efraín le alcanzó el tiempo para recibir gratitud y reconocimiento hasta el último momento.

Fiel a sus sueños tempranos de niñez, en el fútbol persiguió y alcanzó el Olimpo. Lo tocó por instantes, a zancadas, en saltos que lo llevaron hasta el balón en ángulos incomprensibles. En 1948 se convirtió en el primer colombiano en jugar en el fútbol argentino y el segundo en ser fichado por un equipo extranjero. El mundo empezaba a poner los ojos en el lugar de origen de aquel barranquillero al que un periodista argentino apodó el Caimán, y a descubrir una cantera inagotable en ese rincón tropical.

En 1948, Efraín el 'Caimán' Sánchez se convirtió en el primer colombiano en jugar en el fútbol argentino.

Tras él, vinieron otros que le dieron muchas alegrías al país: Pedro Antonio Zape, René Higuita, Miguel Calero, Farid Mondragón y David Ospina, entre una larga lista. Con una foto en blanco y negro publicada en su cuenta de Instagram, el ya también consagrado Óscar Córdoba recordó que el Caimán les “abrió el camino”.

Hablé con Córdoba para saber más sobre las lecciones aprendidas de aquel pionero. Lo recuerda como un hombre “bien hablado” y muy activo, que mantuvo siempre estrechos vínculos con la Selección Colombia. “Nos enseñó a no quedarnos con el rol de jugador”, explica, destacando que el Caimán llegó a ser entrenador del seleccionado nacional.

También recuerda el partido en el que Sánchez cuidó el arco de Colombia, encarando a la Unión Soviética en el Mundial de Chile de 1962. Al otro lado de la cancha estaba el legendario arquero La araña negra. Aquella jornada se saldó 4-4, pero en ella Marcos Coll le marcó al ruso el único gol olímpico de la historia de los mundiales. Córdoba destaca además el trabajo del Caimán como arquero del San Lorenzo. Portando la camiseta número 1, el caleño conquistaría décadas después esos mismos arcos y esos estadios con Boca Juniors. Ya el camino estaba andado. Por eso, su adiós agradecido al que calificó como “el papá de los arqueros”.