Home

Deportes

Artículo

SORPRESA EN LAS VEGAS

CON SU INESPERADO TITULO MUNDIAL, MAURICIO PASTRANA INICIA SU CAMINO HACIA LA GLORIA.

24 de febrero de 1997

Con su inesperado título mundial, Mauricio Pastrana Inicia su camino hacia la gloria. Mauricio Pastrana era un completo desconocido en Colombia. Hace dos semanas salió del anonimato para anunciar que pelearía en Las Vegas contra el estadounidense Michael Carvajal por el título Minimosca de la Federación Internacional de Boxeo FIB. En ese momento el peleador monteriano dijo que sería el próximo campeón mundial de boxeo del país. Nadie le creyó. Los expertos no le daban ningún favoritismo y los medios de comunicación pensaron que sería otro de los tantos peleadores colombianos que salen a buscar el futuro en un cuadrilátero y terminan regresando en silencio y derrotados.Pero el sábado de la semana pasada Pastrana cumplió su promesa y después de los muchos golpes terminó convertido en campeón mundial. Había destronado a uno de los peleadores que goza de mayor prestigio en el boxeo debido a su experiencia, solidez y, sobre todo, a su respetable registro. Carvajal, que realizaba su tercera defensa, tenía un récord de 44 victorias y sólo dos derrotas. Mauricio, en cambio, con tan sólo 23 años, ajustó ese día su triunfo número 16 como profesional.Tres días después de adueñarse del fajín de la FIB llegó a Barranquilla, en donde firmó sus primeros autógrafos. En cada papel que le pasaron lo vieron concentrado al máximo mientras escribía cada letra. Lo hizo con calma, de hecho con demasiada calma, mientras sus espontáneos admiradores esperaban ansiosos que el campeón les devolviera el papel autografiado. Esos nuevos fanáticos partieron desconociendo que la demora se debió a que Mauricio nunca tuvo la posibilidad de ir a la escuela y por eso tiene que tomarse su tiempo para hacer lo único que escasamente aprendió: firmar con su nombre.Su camino a la gloria, como el de la mayoría de los boxeadores, siempre estuvo saturado de nobleza y sacrificio. Tan sólo en diciembre pasado conoció a su mamá, Luz Marina Pastrana, la misma que 20 años atrás lo dejó al cuidado de su tía Carmen porque no tenía cómo cuidarlo. La misma a la que Mauricio le prometió comprarle una casa, con parte de los 55.000 dólares que ganó en la pelea, para que viva con las seis hermanas que hasta ahora él está conociendo.Mauricio, que aún no pierde la humildad que acompaña a quienes han vivido en la pobreza, está pensado desde ya en la revancha pedida por Carvajal. Ahora más que nunca está seguro de que sus puños son la fórmula mágica para evitar que su esposa, Maludis, y sus dos hijos, Michael y Danny, tengan que ganarse la vida en alguna mina de oro en Antioquia o cargando mercados en la plaza de Sincelejo como le tocó a él.Muchos dicen que Pastrana demostró tener el suficiente boxeo para defender su corona durante algunos años. Pero la realidad es que en el boxeo, como en cualquier deporte, no hay nada escrito. Lo que sí es un hecho es que ya nadie podrá borrar de las páginas de la historia del boxeo nacional que este hombre de 1,56 metros y 54 kilos se convirtió en el vigésimo colombiano que logra la hazaña de ser campeón mundial.