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Sudáfrica 2010, mucho más que fútbol

Los sudafricanos no solo verán fútbol. Cuando termine el Mundial quedarán obras de infraestructura, mano de obra más calificada, entre otros beneficios que contribuirán al desarrollo.

12 de abril de 2010

El complejo turístico Ingwenyama tiene en su terreno de 10 hectáreas una piscina olímpica, dos canchas de cricket techadas, gimnasio y dos canchas reglamentarias de fútbol. Pero el césped de las canchas no cumplía los requisitos fijados por la FIFA, por lo que hubo que cambiarlos cuando la selección de Chile escogió el lugar como su cuartel para el Mundial de fútbol.

Ingwenyama también necesitaba sauna, baños de vapor, mejores cercas de seguridad, televisores más modernos y renovación de las habitaciones que ocuparán los jugadores. Henk Bredenoord, gerente general de la cadena hotelera Status, dueña de Ingwenyama, calculó que los trabajos cuestan poco menos de un millón de dólares, y que los chilenos pagarían algo más de la mitad de eso por su estadía. De todas formas, dijo Bredenoord, era una oportunidad de realizar un negocio.

"Vamos a quedar con instalaciones de mejor nivel para competir en el mercado", dijo. Y el haber albergado a una selección mundialista será un atractivo adicional para potenciales clientes. "Recuerden que aquí hay que tener una visión a largo plazo", señaló en una entrevista. Agregó que el mundial es "un catalizador de futuro". La visión de Bredenoord podría aplicarse a toda Sudáfrica.

El gobierno y empresarios privados han gastado millones renovando aeropuertos mejorando caminos y sistemas de transportes, construyendo o renovando estadios y hoteles para el mundial. En el corto plazo, el Mundial es una empresa que implica grandes gastos y pérdidas. Pero los sudafricanos esperan recuperar mucho y ganar en el futuro.

"Esperamos que la Sudáfrica post 2010 será capaz de competir en la economía mundial", dijo Danny Jordaan, presidente del comité organizador de la copa. Yvonne Themba, directora de una organización de Johanesburgo que apoya a las pequeñas empresas, dijo que será difícil para los pequeños empresarios beneficiarse del Mundial.

La FIFA ha establecido rígidas normas para favorecer a las grandes corporaciones auspiciadoras con las que se ha asociado, como McDonald's y Coca-Cola, explica Themba. Eso significa que los aficionados encontrarán McDonald's en los estadios, en lugar de carne y pap, un pudín de maíz típico de Sudáfrica.

"Todo está organizado de manera tan rígida, que habrá pocas oportunidades de lograr ganancias, según mi opinión", dijo Themba. "Porque todo es FIFA".

Themba recomienda a los sudafricanos prepararse para lograr sus beneficios después del Mundial, cuando FIFA y sus auspiciadores se hayan ido y los comerciantes locales tendrán su oportunidad de hacer negocios en los estadios usados para las competencias locales.

La administración de los estadios y otras infraestructuras será crucial después del campeonato, dijo Gillian Saunders, quien ha estudiado los preparativos del Mundial como analista de Grant Thornton South Africa, una la empresa especializada en análisis financiero y de otros servicios.

Algunos han expresado temores de que los estadios en las ciudades pequeñas no tendrán mucho uso después del mundial. Incluso en Johanesburgo puede ser difícil llenar el estadio Soccer City, con capacidad para 94.000 personas. En este estadio, construido a un costo de 300 millones de dólares, se jugará la final del torneo.

Otros gastos, explican los organizadores, incluyen unos 90 millones de dólares para la adquisición de helicópteros, vehículos y equipos para ayudar a la policía a mantener la seguridad durante el mundial. Todo eso seguirá brindando beneficios al país cuando el Mundial esté en el recuerdo, cosa importante en un país con altas tasas de crimen.

El crimen es preocupante, pero a muchos sudafricanos les preocupa más la pobreza que afecta a más del 40 por ciento de la población. El desempleo alcanza al 25 por ciento.

Los trabajos de construcción para el torneo ya habían empezado a morir cuando la crisis mundial golpeó a Sudáfrica, haciendo desaparecer aún más empleos.

Pero Sibongile Mazibuko, que dirigió los trabajos pre-mundial en Johannesburgo, explicó que los obreros de la construcción ganaron nuevas habilidades y conocimientos en los obras para el mundial, lo que los deja en mejores condiciones de obtener buenos trabajos, especialmente en la industria turística, cuando el país salga de la crisis.

El empresario hotelero Bredenoord dijo que mientras los chilenos estén en Ingwenyama, empleará a cuatro jóvenes sudafricanos que aprendieron el idioma español en cursos brindados en sectores pobres como preparación para el Mundial por una universidad.

La agencia estatal de turismo SA Tourism dijo que más de 9,6 millones de turistas visitaron Sudáfrica en 2009 y la cifra debe superar los 10 millones este año. El desafío es mantener ese impulso en 2011, cuando no habrá Mundial. La meta es 14 millones para 2014.

La directora de SA Tourism, Jabu Mabuza, dijo que se hará una campaña para que los visitantes que vengan al Mundial regresen más adelante, y traigan a familiares y amigos.

Por DONNA BRYSON (AP)