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Tigre para rato

Aunque Tiger Woods manifiesta que los récords poco le importan su vertiginosa carrera podría llevarlo a batir todo lo que hasta hace pocos años parecía insuperable.

22 de abril de 2002

Hace cinco años, por estas mismas fechas, Tiger Woods no sólo celebraba su primer título en el Master de Augusta (uno de los tres torneos más importantes del circuito mundial del golf) sino que, de paso, se convertía en ese entonces en el jugador más joven de la historia en ponerse la mítica chaqueta verde que sólo puede vestir el campeón del torneo. Tenía 21 años, ya había roto todos los récords de las categorías de jugador no profesional, pero sus golpes perfectos apenas presagiaban el gran comienzo de una larga carrera de éxitos.

Y así fue. El año pasado, también por esta misma época, Woods obtuvo su segundo título en el Master de Augusta tras haber obtenido en 2000 los títulos del Abierto de Estados Unidos, el Abierto Británico y el US PGA, tres torneos de Grand Slam. Había dejado en el camino a sus compatriotas David Duval y a Phil Mickelson en una final muy reñida.

Y este año, de nuevo, Woods se volvió a imponer en el mismo torneo, esta vez con más facilidad y dejando en claro que él es el rey del golf en la actualidad. El surafricano Retief Goosen sucumbió ante la precisión de Woods mientras que el norteamericano Phil Mickelson se tuvo que conformar con la tercera posición. Con este nuevo triunfo el ‘Tigre’, como se le conoce, se convirtió en el tercer golfista en toda la historia en sumar tres títulos en el imponente campo de Augusta. Antes que él sólo lo habían conseguido Jack Nicklaus y Nick Faldo. Woods también conserva el récord de golpes en el torneo: 270. Este año lo hizo con 276 mientras que el año pasado lo hizo en 272.

Con este nuevo título Woods también se ha convertido en el deportista que más ganancias ha acumulado, por encima de Michael Schumacher, Michael Jordan y Andre Agassi. Se estima que su fortuna supera los 40 millones de dólares y no sólo la ha acumulado a través de sus triunfos sino también por sus jugosos contratos publicitarios. Se especula que la firma Nike le paga 250.000 dólares anuales y que su sola participación en un torneo le representa 100.000 dólares.

El año pasado, en la que se constituyó su primera participación en un torneo en China, los miembros del club Mission Hills no dudaron en ofrecerle 80.000 dólares, cifra exagerada si se tiene en cuenta que el torneo no es de los más importantes del circuito. El sólo ingreso de los aficionados era de 130 dólares por persona. En 2000 un joven pagó un millón de dólares por jugar con él y aunque ese monto fue destinado para una obra de caridad el hecho demostró que estar al lado de Woods no es tan sencillo.

Pero más allá de los beneficios económicos que representa su éxito, su carrera está dispuesta para seguir imponiendo marcas. Además de su excelente historial en Augusta el golfista ha acumulado dos PGA, un abierto británico y un abierto de Estados Unidos. Con sus siete títulos en estos grandes campeonatos ya pasó a la historia al lado de nombres como Bobby Jones, Gene Sarazen, Arnold Palmer y Harry Vardon. De ganar otro Grand Slam igualaría a Tom Watson.

Sin embargo sus seguidores esperan la máxima hazaña: igualar todos los récords de Jack Nicklaus, quien sumó 18 títulos de Grand Slam en su carrera. Esa meta no parece imposible si se tiene en cuenta la juventud de Woods. A sus 26 años todavía tiene mucho tiempo por delante para aumentar su marca personal de 42 torneos ganados de 144 que ha disputado a lo largo de su carrera. Para lograr el impresionante palmarés de Nicklaus, Woods tendrá antes que superar otros récords, como los de Gary Player, quien obtuvo nueve Grand Slam, y el de Walter Hagen, quien lo hizo en 11 oportunidades.

“Trato de pensar muy poco en poner récords o en pasar a la historia por marcas que muchas veces se van dando con el paso del juego. Lo único que pienso cuando estoy en el campo es en ganar, lo demás vendrá por sí solo. Respeto mucho a Nicklaus pero por ahora no tengo ningún afán en hacer esto o aquello para superarlo”, comentó en la rueda de prensa que se realizó tras la última jornada del Master de Augusta.

Su padre, Earl Woods, es mucho más efusivo que su hijo y siempre enfatiza en el interés que ‘Tiger’ tuvo por este deporte desde que era un niño y acostumbra traer a colación las apariciones del menor en programas de televisión como That’s incredible y Prime time live. “Sabía que él lo tenía todo para llegar a donde está. Y también sé que puede llegar más lejos si él lo quiere”, dice.

Woods, un poco más modesto, no oculta su pasión por el golf pero también ha insistido en que sólo lo jugará hasta que lo considere necesario. “Hay actividades, como la pesca y jugar un poco más seguido al baloncesto, que no quiero dejar a un lado. Tengo claro que el golf no lo es todo”, concluye. Lo cierto es que se sigue imponiendo y con sólo 26 años todavía tiene mucho tiempo por delante. Aunque no lo quiera sí está haciendo historia.