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TODO QUEDA EN CASA

Un Cali espectacular y un América con experiencia se juegan la clasificación en la Copa Libertadores.

13 de julio de 1987


Aunque todo el mundo esperaba un final de ronda apretado, nadie imaginó que las cosas llegaran a tal extremo. Después del partido del pasado viernes entre América y The Strongese, los cuadros caleños quedaron igualados en puntos y en diferencia de goles, lo que forzó la realización de un tercer partido para romper la paridad, partido que de quedar empatado se definiría por tiros pénal.

En la afición nacional, pese al contundente 6-0 con que derrotó a The Strongest, el América no dejó un grato sabor. Y es que de nuevo hay que hacer referencia a su nómina, a la continuidad que ha tenido y a la experiencia adquirida en el campo internacional durante los últimos años. A diferencia de su rival de campo, el Deportivo Cali, el América no mostró un juego de conjunto acorde con el favoritismo que lo precedió al iniciarse la ronda. En los partidos jugados en canchas bolivianas, siempre dependió de las genialidades de alguno de sus astros, pues como conjunto se mostró desarticulado y, por ende, el desorden imperó en sus presentaciones. Con dos milagrosos empates frente a sus rivales del altiplano, los diablos rojos llegaron a Cali a esperar el partido de vuelta frente a su rival de patio. Fue en este encuentro cuando las cosas quedaron claras para aficionados y cronistas. Con una nómina claramente inferior, pero con un lúcido juego de conjunto, pese al corto tiempo que lleva el técnico Comesaña en su dirección, el Cali venció sin dejar dudas al encopetado América.

A lo largo de la ronda, las estrellas del campeón colombiano no han brillado como se esperaba. El viernes pasado, el cuadro rojo entró a la cancha del Pascual Guerrero a arrollar a su rival, pero sin ningún orden. Por momentos se vieron algunas jugadas de conjunto, pero fueron aislados destellos que sólo lograron corroborar la tesis expuesta. La inspirada noche de Alex Escobar, el pundonor de Gareca y la experiencia de Bataglia lograron un triunfo que pudo haber sido más amplio, si Ortiz, Cabañas y Uribe (quien entró en los minutos finales y mostró deseos de acompañar y de organizar a su equipo) no se hubieran visto perdidos en la cancha.

Por su parte, el Cali ha acaparado las simpatías de la afición nacional. Se trata de un conjunto fiel a su vocación de tocar bien el balón, de obtener resultados pero a la vez de dar espectáculo. El dúo de Valderrama y Redín hizo las delicias de los amantes del buen fútbol durante toda la ronda, en la que el Cali mostró un juego que combina la efectividad de lo moderno y la espectacularidad de lo antiguo de este deporte.

A pesar de que la Copa Libertadores de América ya no tiene el relieve que tuvo hasta hace algunos años, para los clubes colombianos sigue siendo un reto de primera línea si se tiene en cuenta que ya en tres ocasiones (dos veces el América y una el Cali) se ha llegado a la instancia final sin haber podido alcanzar el máximo galardón. Aparte de lo anterior, no se debe olvidar que se trata del único certamen suramericano a nivel de clubes. Pero a diferencia de lo que ocurre con las copas europeas, en la Libertadores no se trata de la participación de un club aislado, sino que ese club carga con la responsabilidad de representar al fútbol de su país. Tal vez sea por eso que los colombianos volcaron sus simpatías hacia el Cali, pues se trata de un conjunto que representa fielmente lo que es el fútbol nacional en el presente. No en vano su línea de armado es la titular en el seleccionado de mayores, junto con el aporte de jugadores que hace el Nacional, que practica un juego similar al de los azucareros.

El próximo miércoles las cosas quedarán definidas. En caso de empate en los 90 minutos reglamentarios, se jugarán 30 de alargue. De persistir la paridad en el marcador se recurrirá a la fórmula de los cobros de tiros libres desde el punto de penalty.

Pero lejos del resultado del partido de desempate, queda claro que el Deportivo Cali, por lo hecho en el terreno es el gran animador de un grupo que sin su presencia, no habría tenido más interés del que tiene para los colombianos una eliminatoria entre Australia y Nueva Zelanda.--