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Un equipo de mitad de tabla

Aunque la situación es mucho mejor que hace un año, todavía falta luchar mucho y mejorar bastante para aspirar a un cupo a Alemania 2006.

21 de noviembre de 2004

Revancha no hubo. Los que querían que en el Metropolitano Colombia le devolviera a Bolivia los cuatro goles que recibió en La Paz, hace ya más de un año durante la era Maturana, se quedaron con las ganas. Una victoria por la mínima diferencia frente al visitante más flojo de la eliminatoria no parece motivo suficiente para celebrar. Pero el gol de Mario Alberto Yepes en el minuto 18 del primer tiempo confirmó la resurrección de la selección, que bajo el mando de Reynaldo Rueda todavía no deslumbra, pero rinde y sigue firme en la lucha por un cupo al Mundial.

El camino a Alemania 2006 es culebrero. Eso lo sabía Rueda cuando tomó el equipo después del fracaso de Francisco Maturana. Al final de 2003, Colombia sólo había sumado un punto de 12 posibles en los primeros cuatro partidos de la eliminatoria y estaba a cinco puntos del quinto puesto, el que ofrece la posibilidad de clasificar al Mundial a través de un repechaje. Nadie daba un peso por la clasificación. A pesar de los dos años de competencia que faltaban, la eliminación parecía un hecho consumado. En medio del debate sobre el sucesor de Maturana incluso se escuchó un argumento que aseguraba que no valía la pena pagarle a un técnico extranjero para dirigir un equipo que ya parecía más que eliminado.

Rueda, que venía de consagrar a la Selección sub-20 tercera en el Mundial juvenil y era una opción económica razonable, se le midió al casi imposible reto de volver viable la selección colombiana de fútbol. Hoy tiene al equipo a tres puntos del tercer lugar, que comparten Ecuador y Paraguay, y a sólo uno de Uruguay, que en este momento iría al repechaje. Durante la era Rueda, Colombia sólo ha perdido por eliminatorias frente a Ecuador y suma cinco partidos invicta (triunfos frente a Uruguay y Bolivia y empates frente a Paraguay, Brasil y Chile). La selección todavía no ha cuadrado la caja, cedió dos puntos de oro frente a Paraguay en Barranquilla, pero está cerca de lograrlo y despide el año con las opciones vivas y la esperanza más que latente.

Sin embargo, el camino continúa estando muy cuesta arriba. Ya se volvió un lugar común decir que Colombia está obligada a ganar cada vez que pisa el césped, pero la afirmación sigue siendo cierta. En una eliminatoria larga, en la cual todos los equipos son irregulares y se roban puntos entre sí, cualquier cosa puede pasar. Pero la experiencia indica que se necesitan por lo menos los 27 puntos que sumó Uruguay en las eliminatorias pasadas si se quiere llegar a Alemania. Para conseguirlos, Colombia necesita ganar los nueve puntos de sus partidos en casa (Perú, Ecuador y Chile) y conseguir cinco en sus visitas a Venezuela, Argentina, Uruguay y Paraguay. Un rendimiento cercano a la perfección que deja un margen muy escaso para el error. Además, Colombia necesita que sus rivales directos (Uruguay, Chile, Venezuela, Paraguay, Ecuador) empaten cuando jueguen entre ellos y pierdan con Argentina y Brasil. El triunfo de Ecuador ante los pentacampeones del mundo también fue un baldado de agua fría para las aspiraciones de Colombia.

'Equipo de mitad de tabla' suele ser una expresión algo peyorativa en el mundo del fútbol para referirse a los oncenos que no son capaces de acceder a los primeros lugares. En esta eliminatoria podría aplicarse a prácticamente todas las selecciones, incluyendo a Argentina y Brasil, que aunque lideran la clasificación, han mostrado un nivel muy discreto. Esto ha ayudado mucho a la recuperación de Colombia en la era Rueda. A estas alturas de la eliminatoria ninguna selección ha logrado despegar en la tabla de clasificación y, como suele suceder en torneos irregulares y de escaso nivel como esta eliminatoria suramericana, esto se refleja en una tabla de clasificación apretada, algo muy común en los campeonatos de Colombia que, como dice el saber popular, 'se nivelan por lo bajo'. Ni siquiera las estrellas brasileñas y argentinas han logrado asegurar una ventaja significativa, aunque el escenario ideal sigue siendo el mismo: que Brasil y Argentina, cuya clasificación se da por descontada, arrollen a los demás equipos y los empates abunden entre las otras selecciones.

Además de la urgente necesidad de sumar, el nuevo reglamento para resolver los empates en puntos hace que cada gol frente a esos rivales pueda llegar a ser determinante. Distinto a las eliminatorias anteriores, donde la diferencia global de goles resolvía los empates, en ésta los resultados directos entre los rivales en cuestión y la diferencia de goles entre ellos definen la posición (ver tabla). Es difícil predecir contra qué equipo se podría llegar a necesitar del desempate (hoy cuatro equipos, incluida Colombia, tienen los mismos 13 puntos). Pero sin importar el rival, si alguna lección quedó de no haber clasificado a Corea y Japón es que un gol no convertido puede significar quedar por fuera del Mundial.

Colombia todavía tiene mucho que mejorar. A excepción de la defensa, la selección carece de una columna vertebral. Se trata del equipo que más jugadores ha usado en esta eliminatoria, 43 en total, y el desafío de Rueda, además de los puntos, es consolidar un equipo base.

A eso se suma que a Colombia le cuesta anotar. Sergio Herrera es el único delantero que ha marcado un gol en la 'era Rueda' (en el 5-0 frente a Uruguay) y Juan Pablo Ángel pasó el año en blanco. Algunos piden un relevo para el jugador del Aston Villa de Inglaterra, intocable en otros tiempos, mientras otros culpan al sistema. Lo cierto es que el equipo necesita mejorar en la definición para sumar de a tres puntos en lugar de resignarse a empates sin goles o victorias sufridas por la mínima diferencia.

Lo que viene ahora es una larga pausa que le permitirá a Rueda trabajar para fortalecer un equipo que ha mostrado chispazos de buen fútbol pero suele caerse en los segundos tiempos. El 26 de marzo Colombia visitará a Venezuela y a los pocos días se enfrentará a Argentina con la necesidad de traer los puntos que le den tranquilidad para enfrentar a Ecuador y Perú en Barranquilla. Y consolidarse como un equipo de mitad de tabla, aunque, ojalá, de mitad de tabla para arriba.