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UNA PIEDRA EN EL CAMINO

La situación de Ximena Restrepo pone en evidencia que los deportistas de alto rendimiento son los que están más expuestos a graves lesiones.

25 de septiembre de 1995

QUIENES LA ESCUCHARON EL MARtes de la semana pasada por radio se conmovieron. Hace tres años muchos ya habían oído su voz temblar por la emoción cuando trató de expresar con palabras la alegría que la embargaba el alma al ganar por primera vez en la historia del atletismo colombiano una medalla olímpica. Sin embargo, el martes 22 los colombianos volvieron a oír la voz temblorosa de Ximena Restrepo. Pero a diferencia de las Olimpíadas de 1992, en esta ocasión fue la tristeza la que hizo que sus palabras se ahogaran entre las lágrimas y que su voz se quebrara al final de unas declaraciones a la cadena RCN.
Ximena no sólo explicó pacientemente las molestias que le produce la lesión que la alejó de la final de los 400 metros en el reciente mundial de atletismo en Suecia, sino que además dio a conocer la compleja situación familiar por la que atraviesa, a raíz de la separación de sus padres y de los pesados compromisos económicos que de un tiempo para acá ha tenido que asumir como consecuencia de ello. Pero más allá de la carga sicológica que este tipo de problemas puede generar, la lesión de la atleta antioqueña no es más que la muestra de los riesgos que corren los deportistas de alta competencia.

CARRERA DE OBSTACULOS
Según Felipe Marino, médico de la Unidad de Medicina Deportiva de Coldeportes Antioquia y quien es uno de los tres especialistas que están tratando a la medallista, "hasta el momento lo que se ha establecido es que Ximena tiene una contractura muscular en la parte posterior del muslo, sumado al manejo de altas cargas de trabajo y a una falta de fortalecimiento específico en ciertos grupos de músculos".
La saeta paisa, quien fue escogida en mayo de este año como la mejor deportista de los Campeonatos Suramericanos de Atletismo de Manaos, viene afectada por esa lesión desde los Campeonatos Mundiales de Stuttgart en 1993 donde terminó de quinta en los 400 metros planos. "Llevo dos años sin poder rendir como yo quiero. -dijo Ximena Restrepo a SEMANA-. No es una lesión, ni es una temporada mundial. Son dos temporadas en las que no he podido conseguir el tiempo que lograba en el 92 y en el 93. El año pasado no pude bajar de 51 segundos, cuando en el 92 logré 49 y en el 93, 50,2 segundos. Estoy dos segundos por encima de mi mejor tiempo y eso para mí es frustrante por todo el tiempos que le estoy dedicando".
Para algunos estos problemas se deben fundamentalmente a las fuertes rutinas de entrenamiento y competencia a las que el cuerpo de Ximena se ha visto sometido desde hace varios años y que dieron como resultado la medalla de bronce de Barcelona y el quinto lugar de los mundiales de Stuttgart. Pero para Marino la explicación consiste en que "Ximena se descuidó un poco en sus niveles al ir a descanso, y al momento de volver a entrenar fue cuando tuvo problemas".

BUSCANDO LA GLORLA
Opuesto a lo que muchos creen, el deporte de alto rendimiento no significa que quienes lo practican sean más saludables. Por el contrario, estos atletas son muy propensos a sufrir lesiones más graves que aquellos deportistas que no practican una disciplina a un nivel muy elevado. "El problema radica en que la mayoría de los deportistas de alto rendimiento tienen un mal manejo de las cartas de trabajo, es decir que hay muchos que después de períodos de descanso se someten a fuertes entrenamientos y se lesionan. Todo en busca de superar sus propias marcas -dice Merino-. Después de una lesión el atleta debe arrancar de cero y planificar nuevamente todo su entrenamiento".
Esto es algo que han padecido muchas de las grandes figuras del atletismo. Prueba de eso fueron las actuaciones en los mundiales de Suecia del estadounidense Lindfor Christie y el cubano Javier Sotomayor. El primero no pudo participar en la final de los 100 metros debido a que se lesionó durante unos ejercicios de calentamiento poco antes de la competencia. Pero quizás el caso que mejor ilustra la sitúación de susceptibilidad física a la que llegan en determinado momento las grandes figuras es Sotomayor. Entre 1987 y 1991, el cubano se lesionó en 10 oportunidades y tuvo dos intervenciones quirúrgicas. Y durante el mundial pasado compitió lesionado, lo que obviamente impidió que ganara la medalla de oro. Para muchos lo de Ximena es un problema que sufren todas las figuras.
Según Emperatriz González, entrenadora de Ximena, "con los deportistas de alto rendimiento siempre uno tiene al frente a un atleta con dolores por excesos en el entrenamiento. En ningún caso el sólo hecho de dormir y comer bien es suficiente, es necesario montar alrededor de ellos un equipo de soporte que implica como mínimo tener un fisioterapeuta de tiempo completo que haga una adecuación física antes y después de cada entrenamiento y competencia, todo con el fin de hacer menos graves y frecuentes las lesiones".
Si bien es cierto que en estos momentos la gacela paisa pasa por uno de los períodos deportivos y personales más difíciles en toda su carrera, no es menos válido reconocer que este tipo de situaciones deportivas son normales entre los atletas de un nivel técnico tan elevado. La mayoría de los grandes astros han estado expuestos a una lesión, porque mientras mvás alto y más lejos llegan los deportistas siempre tendrán que hacer un esfuerzo mayor para lograr sostener y superar las marcas. Y es precisamente esta búsqueda lo que los expone a sufrir lesiones cada vez más seguidas y graves porque siempre van a estar al límite de sus capacidades con tal de mejorar.
La lesión de Ximena no es el fin de su gloriosa carrera, es tan sólo una piedra en el camino con la que todos los grandes se han encontrado en algún momento. Sin embargo deja ver de paso que en Colombia, como lo afirma Merino, "no se sabe tratar al deportista de alto rendimiento, porque no hay una educación para el manejo de este tipo de atletas y no se les ofrecen las garantías necesarias como médicos, fisioterapeutas y sicólogos permanentes". Y esto resulta preocupante si se tiene en cuenta que en el país hay un gran potencial de atletas de nivel mundial.