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AL DESCUBIERTO

En momentos en que el precio del dólar es la obsesión de todos los empresarios, los <BR>mecanismos de cobertura de riesgo cobran más vigencia que nunca.

22 de marzo de 1999

En los últimos meses el comportamiento del dólar en Colombia ha sido
completamente errático. Después de que en el segundo semestre del año pasado la divisa se mantuviera
pegada como un murciélago al techo de la banda, desde mediados de diciembre se ha venido alejando de
este límite pero sin consolidar una tendencia concreta. Las recientes devaluaciones en Brasil y Ecuador y
los rumores constantes de problemas cambiarios en Venezuela no han hecho sino echarle más leña al fuego
de la incertidumbre. Los empresarios colombianos, conscientes del gran impacto que tiene el nivel de la
divisa sobre sus balances, están con los nervios de punta.
Aunque nadie sabe a ciencia cierta qué pasará con el dólar, existe en el mercado una alternativa más eficaz
para cubrir este riesgo que consultar a astrólogos o videntes. Se trata de los derivados _llamados así
porque son productos financieros cuyo valor depende o se deriva del precio de otro activo_, que toleran
cubrir diferentes tipos de riesgos. Los forwards _mecanismos que permiten comprar o vender dólares a futuro
a un precio determinado_ y otros derivados como las opciones _que en vez de comprometer al usuario a
realizar una operación en el futuro le dan la opción de hacerlo_ son una alternativa tanto para quienes tengan
deudas en dólares o sean importadores, y por lo tanto quieran proteger su negocio de una devaluación, como
para los exportadores que deseen asegurarse contra una revaluación. Pues les permiten _o dan la opción_ de
vender o comprar dólares en el futuro a términos previamente establecidos.
El desarrollo del mercado para estos productos en Colombia en los últimos años ha sido exponencial (ver
gráfico). El año pasado se transaron más de 20.000 millones de dólares entre compras y ventas de forwards,
de los cuales el sector real transó aproximadamente un 40 por ciento y el sector financiero el otro 60 por
ciento. Este dinamismo demuestra que con el correr del tiempo un número significativo de empresas ha
logrado entender la importancia de cubrirse frente a los movimientos de la tasa de cambio. Sin embargo
todavía son muchos los que no se han atrevido a entrar en este mercado dejando al destino su exposición
cambiaria. La razón que aducen con frecuencia quienes se muestran reticentes a ingresar en este mercado
es que se trata de pura especulación. En realidad es al contrario. En palabras de Nicolás Borrero, director de
la mesa de divisas de la Corporación Financiera del Valle, "en muchas ocasiones es mayor la especulación
del que no compra cubrimiento que del que lo hace, ya que el negocio de las empresas del sector real no
es hacer utilidades apostándole a la tendencia de la tasa de cambio, sino asegurarse que los movimientos
de ésta no afecten sus operaciones. Y de hecho, cuando no se cubren, están haciendo una apuesta
implícita a la tendencia de la tasa".

La bola de cristal
La virtud del mercado de derivados no solo está en permitir a los agentes cubrirse de un movimiento
brusco de la moneda, sino en que también brinda una visión indicativa de las expectativas cambiarias y de
tasa de interés de los agentes del mercado (los forwards están relacionados con las tasas de interés porque
la diferencia de éstas en pesos y en dólares es indicativa de las expectativas de devaluación y, por lo
tanto, del valor futuro del dólar). El 25 de enero pasado, por ejemplo, la tasa de cambio se encontraba a un
nivel de 1.590 pesos por dólar y el diferencial de tasas de interés entre depósitos en pesos y en dólares a un
plazo de 30 días era de alrededor de un 25,5 por ciento. Sin embargo las entidades financieras vendían
dólares a 30 días a 1.618 pesos, lo cual representaba un diferencial de tasas implícito _o en otras palabras
una devaluación implícita_ del 22 por ciento, es decir 3,5 puntos por debajo del diferencial real. Esto
significaba que los agentes del mercado tenían expectativas de una caída en la tasa de cambio o una
disminución en las tasas de interés en Colombia, o ambas cosas. En este caso las expectativas se
cumplieron _si no en cifras estrictas al menos en términos de tendencias_ pues el 17 de febrero la tasa de
cambio se encontraba 30 pesos por debajo del precio del 25 de enero mientras la tasa de interés en este
mismo plazo había caído en casi dos puntos.
No obstante, durante la semana anterior, debido a la devaluación de Ecuador y al hecho de que el dólar se
encuentra lejos del techo, se originó un cambio en la percepción de los agentes del mercado hacia el dólar.
Por eso, a diferencia de lo que pasaba a finales de enero, hoy los precios de venta de forwards corresponden
al actual diferencial de tasas. Esto indica que los agentes estiman que el dólar debe repuntar en las próximas
semanas y creen que es un momento adecuado para comprar dólares a futuro.
Los hechos han demostrado durante los últimos tres años que proyectar el comportamiento de la
devaluación es una tarea complicada y que año a año las condiciones del mercado cambian
dramáticamente. De esta forma, para los empresarios y todos quienes tienen necesidad de comprar y
vender dólares en su actividad diaria, es vital entender las posibilidades que ofrece el mercado de derivados
para cubrir el riesgo cambiario. Además puede ser útil también seguir el desarrollo de este mercado para tener
una idea de las perspectivas que tienen los agentes sobre el comportamiento de las tasas de interés y de
cambio. De lo contrario se estaría dejando de utilizar una de las mejores pólizas de seguro que existen contra
las inevitables vicisitudes de la economía global.