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AMANECE EN CUSIANA

Con la inauguración oficial de los yacimientos de petróleo del Casanare comienza la jornada para tratar de no repetir la desastrosa experiencia de Arauca.

20 de marzo de 1995

QUIENES SABEN DE HISTORIA AFIRMAN que todo el secreto está en el nombre: Achagua Casanari, que quiere decir río de aguas negras. Y eso bien podría ser una premonición, porque por estos días en el desartamento del Casanare está creciendo un río de líquido negro y viscoso que va a cambiar dramáticamente el curso de este departamento de 200.000 habitantes.
Se trata del petróleo extraído de los yacimientos de Cusiana, cuyas instalaciones inaugura oficialmente el presidente Samper esta semana. Con el corte de cinta va a quedar formalmente sancionada la madurez de una zona del país que desde la época de las luchas de independencia no tenía tanta trascendencia nacional. La razón es sencilla: en los próximos 20 años se espera extraer de las entrañas del piedemonte casanareño cerca de 2.000 millones de barriles de crudo que, a precios de hoy, van a generar ingresos brutos por valor de 36.000 millones de dólares, una suma superior a la de las exportaciones cafeteras previstas durante ese mismo período.
Semejantes cálculos se hacen bajo el supuesto de que en el Casanare no existen más combustibles. Pero los diversos expertos consultados por SEMANA coinciden en afirmar que en el departamento se encuentran las características típicas de lo que se conoce como una provincia petrolera, una zona de múltiples yacimientos. La realidad es alentadora. Aparte de lo ya encontrado en Cusiana y Cupiagua se agregan los aparentemente enormes depósitos de gas de Volcanera. Un puñado de multinacionales está explorando vastas zonas de terreno en la región con el objetivo de comprobar la hipótesis sobre la riqueza casanareña. Aun la prudencia ancestral de la Empresa Colombiana de Petróleos -Ecopetrol- en estos temas queda atrás cuando afirma que en el área en cuestión podría haber dos millones de barriles de reservas adicionales, equivalentes a lo ya encontrado.
Frente a tales expectativas resulta apenas lógico que el Casanare se haya convertido en uno de los puntos de mira del país entero. Más allá de sus posibilidades este departamento, de apenas tres años largos de edad, es una especie de microcosmos nacional donde conviven a medias todos los ingredientes de un coctel potencialmente explosivo. El más notorio de todos es el de los recursos. Tradicionalmente una región pobre, Casanare se apresta a ser, por lo menos según las estadísticas, el territorio con el ingreso por habitante más alto de Colombia. Se estima que para 1998 este indicador debe ser unas 10 veces superior al promedio nacional.
No obstante la realidad puede ser bien diferente. A pesar de que el departamento y los municipios vecinos a los depósitos de crudo van a recibir grandes sumas por concepto de regalías, diferentes voces se han alzado alertando sobre una posible repetición de la experiencia de Arauca. Esta se convistió en los años 80 en la imagen del despilfarro a nivel nacional después de que la entonces intendencia empezara a recibir fuertes sumas de dinero gracias a la explotación de la concesión Cravo Norte por parte de Ecopetrol y la Occidental. Obras tan polémicas como el proyecto de piscina con olas, la pista internacional de coleo o el velòdromo fueron realizadas en la ciudad de Arauca al comienzo de la bonanza bajo la mirada atónita de la opinión.
Pero sin duda el efecto más grave fue el de la guerrilla. Por cuenta de la riqueza petrolera de Caño Limón, el Ejército de Liberación Nacional -ELN- pasó de ser un movimiento marginal a convertirse en uno rico y sanguinario que creció como una sanguijuela a costa de robarle sangre a las regalías. Hoy el departamento tiene una delicada situación de orden público y se enfrenta a una situación de incertidumbre total a medida que la producción de petróleo comienza a disminuir. Si bien algunas obras importantes se han realizado, como la interconexión vial o la eléctrica, el balance general es que Arauca malgastó el dinero de su lotería. Una demostración más la constituyen las denuncias de corrupción que han implicado a casi la totalidad de los últimos mandatarios departamentales y municipales en una cadena que parece no acabarse nunca.
Si algo bueno dejó el caso araucano fue una experiencia que pocos quieren ver repetida. Aparte de los problemas locales, lo sucedido develó una incapacidad casi absoluta del gobierno central para anticiparse a los problemas de toda índole, incluyendo el social y el de orden público. Por eso resulta preocupante ver aparecer ciertos síntomas conocidos en el Casanare. Tal opinión resulta antipática en Yopal, la capital del departamento, donde sus habitantes se apresuran a resaltar sus diferencias con Arauca. "Tenemos más tradición histórica, estamos más integrados al país y contamos con años de experiencia en recibir regalías petroleras", anota con razón Ricardo Villamarín, delegado del Plan Nacional de Rehabilitación en la zona. "Nos hemos organizado para que no se despilfarre la bonanza" agrega Carlos Casas, del Comité Unidos por Casanare.
Hasta ahora el primer paso, cambiando las reglas de juego, es el que ha dado la Nación. La Constitución de 1991 previó la creación del Fondo Nacional de Regalías con la filosofía de que la renta petrolera, equivalente a un 20 por ciento de la producción, debía distribuirse de una manera más amplia. Esa idea quedó plasmada en una ley sancionada el año pasado, que partió el ponqué entre un sinnúmero de comensales. Como consecuencia de ese factor, el Estado colombiano perdió su derecho a recibir regalías. Pero también los municipios y los departamentos productores resultaron damnificados, especialmente los de producciones altas como Casanare. Esa decisión cayó como un baldado de agua fría en la región, que vio cómo de un solo plumazo se le esfumaban más de mil millones de dólares en regalías esperadas .
Ahora el debate se concentra en el Fondo de Estabilización Petrolera, una iniciativa del gobierno actual que obligaría a quienes participen de las regalías de Cusiana a ahorrar a la fuerza cerca de la mitad de sus ingresos con el fin de conseguir dos objetivos: esterilizar una suma importante de recursos para evitar las presiones macroeconómicas y hacer más uniformes los ingresos de Casanare y sus municiplos para que estos tengan más tiempo para gastarse el dinero. Aunque algunos dirigentes apoyaron en algún momento la iniciativa, la oposición en Yopal es grande. "Que ahorren los que tienen plata" dice Carlos Casas.
Más allá del debate, lo cierto es que aun con el Fondo de Regalías y con el Fondo de Estabilización Petrolera vigentes, Casanare va a nadar en recursos. Este año los ingresos del departamento por cuenta del petróleo deben ascender a unos 41.000 millones de pesos. Más impresionante todavía es lo que le va a pasar a Tauramena, un municipio de 9.500 habitantes vecino a Cusiana, cuyas regalías deben llegar a 7.000 millones de pesos.
Con ese volumen de recursos no es de extrañar que propios y extraños tengan puestas sus esperanzas en el petróleo. La pasada administración departamental dejó escrito un voluminoso plan de desarrollo del Casanare, cuyo costo de ejecución sería cercano a los 1.500 millones de dólares. Muchas de las iniciativas son fundamentadas, pero otras no.
Y aunque el plan es un compendio de propósitos loables basado en unos ingresos esperados, otras propuestas no son tan altruistas. Las expectativas derivadas del crudo han ocasionado olas migratorias que llegan en busca de un 'veintiochazo' (un contrato temporal que paga sueldos de industria petrolera). Los comerciantes han subido sus precios y la delincuencia está creciendo.
El conflicto más agudo, sin embargo, es el que involucra a los ejércitos irregulares. Al norte, contra la cordillera, están las Farc y el ELN, que quieren imponer su ley para repetir lo hecho en Arauca. La táctica por ahora ha sido la de asesinar a una serie de alcaldes con el fin de intimidar a las administraciones locales y lograr una especie de cogobierno, donde los subversivos deciden qué obras se hacen y cuáles contratistas son los favorecidos.
Al sur, en la planicie, están los paramilitares. Según informes de inteligencia, terratenientes como Víctor Carranza han adquirido fincas, aprovechando las posibilidades de una zona rica en agua y por donde podría pasar la carretera marginal del Llano en un futuro cercano. Esta, de concluirse, sería la vía más corta a Venezuela y colocaría a Bogotá a menos de cinco horas de distancia por tierra del Casanare.
En el centro del problema están los casanareños, quienes ven con preocupación cómo se oscurece el panorama. Aunque la creación de la Brigada XVI del Ejército en diciembre de 1992 contribuyó a fortalecer la presencia del Estado en la zona, ésta todavía es muy precaria. "Hace tres años no tenemos un solo policía" cuenta Armando Sánchez, alcalde de Nuchía, un municipio a 40 minutos de Yopal donde está comenzando la explotación petrolera.
Todo lo anterior hace prever un futuro convulsionado para el Casanare. La combinación de dinero, grupos armados, expectativas locales y grandes necesidades en todos los campos es lo suficientemente grave para que vuelva a pasar lo de Arauca. Por ahora la única respuesta es la de fortalecer al Estado. Aun que parezca increíble, la debilidad institucional de Casanare es inmensa. Muchas diligencias deben hacerse en Tunja o Villavicencio porque no hay oficinas en Yopal. La presencia de los organismos de control, como la Fiscalía o la Procuraduría, es precaria, por no decir inexistente. La imagen de riqueza que ahora tiene el Casanare hace que sus necesidades a nivel del gobierno central se consideren al final, porque hay otros sitios más pobres o con menos posibilidades de progreso.
Y a pesar de que eso puede ser cierto, lo que está en juego es tan inmenso que bien vale la pena que al tema se le dedique tiempo en Bogotá. Hace un año una directiva presidencial del gobierno Gaviria definiò un plan de acción para el departamento pero, a la luz de los resultados, éste quedó archivado en el cambio de mando.
"Casanare no tiene doliente" dijo a SEMANA un conocedor del tema. Pero ojalá lo tenga rápido. Claro que no se trata de la cuota política de siempre con la que se soluciona un problema burocrático. En esta ocasión se trata de evitar que la mayor riqueza que ha encontrado el país en su historia se le escurra por entre las manos, como ya se le han ido tantas bonanzas.
A partir de esta semana Colombia empieza a embriagarse con Cusiana. Sólo queda esperar que la del petróleo sea una borrachera sin guayabo...


ENTREVISTA: JUAN MARIA RENDON

UNA GRAN REGION PETROLERA
Si el efecto de la riqueza petrolera del Casanare se va a sentir en el país, no es difìcil imaginar el impacto que ésta va a tener sobre las finanzas de la Empresa Colombiana de Petróleos -Ecopetrol-. Las estimaciones del gobierno revelan que los ingresos totales de la compañìa estatal deben pasar de 2.862 millones de dólares en 1994 a 5.101 en el año 2000. Sobre este y otros temas SEMANA habló con el presidente de Ecopetrol, Juan Marìa Rendón. Extractos de ese diálogo:

LECCIONES DE LA PRIMERA ETAPA DE CUSIANA: el proyecto, siendo de mucha envergadura y complejidad, se realizó prácticamente en el tiempo y en el valor presupuestado. Esto permitió que después de tan solo año y medio de declarada la comercialidad se esté cerca de alcanzar una producción de 180.000 barriles diarios (...). De Caño Limón, en Arauca, aprendimos a tener muy en cuenta a la comunidad. Con la excepción de unas cuantas marchas, creo que hay satisfacción en la región por el curso del proyecto.

EL IMPACTO DEL YACIMIENTO: al llegar a los 180.000 barriles en el segundo semestre de este año, Cusiana va a representar un aumento de 40 por ciento en la producción petrolera del país. Esto va a permitir que se dupliquen las exportaciones de crudo al final de este año

LA CALIDAD DEL PETROLEO: con Cusiana, Colombia se debe convertir en un proveedor estratégico para Estados Unidos. La alta calidad del crudo, que es liviano y adecuado para las refinerías del golfo de México, respalda en forma muy positiva las nuevas exigencias de calidad de gasolina en ese país. Al tiempo que comienza nuestra producción empieza a declinar la producción estadounidense de estas calidades. Y los países que nos compiten quedan en Africa o Europa.

LA IMPORTANCIA REGIONAL: aparte del tema del empleo y las diversas inversiones hay que mirar el de los recursos. Casanare pasará de recibir 14.000 millones de pesos por regalías en 1994 a 45.000 millones en 1995. Poblaciones como Tauramena pasan de recibir 1.000 millones de pesos por concepto de regalias en 1994 a 7.000 millones en 1995. Semejante volumen de dinero es creciente hasta 1998. Eso crea un gran reto para el departamento y los municipios, que deben realizar una buena utilización de esos fondos.

PERMANENCIA DE ESOS INGRESOS: esta primera fase nos va a a llevar a producir 180.000 barriles diarios y la siguiente a 500.000 barriles. Tenemos confianza en que se van a encontrar nuevos campos. Eso obliga al país y a Casanare a pensar en un escenario de largo y no de corto plazo. Colombia tiene muchas probabilidades de convertirse en un productor y exportador mediano de petróleo con un nivel estable de ventas de crudo a lo largo del tiempo. Cusiana es el primer paso de una gran región petrolífera. Las reservas del área pueden duplicarse y llegar a unos 2.000 millones de barriles adicionales y al equivalente de unos 1.000 millones de barriles de gas.

POSIBILIDADES: si la parte petrolera es importante, no se puede olvidar el gas. Ese tema abre una nueva gama de posibilidades, incluyendo la generación eléctrica con base en gas y el desarrollo de la industria petroquímica. Las reservas estimadas en el Piedemonte Llanero pueden ser cuatro veces las de La Guajira, que ya han permitido un desarrollo importante de la Costa Atlántica con base en ese producto.

SOBRE ECOPETROL: esto consolida a Ecopetrol, no sólo como la primera empresa nacional sino que le abre un escenario internacional muy importante. La mayoría de las compañías petroleras, incluyendo las de América Latina, tienen ahora un perfil transnacional. Miran los puntos de refinación y distribución, entre otros. Eso les da mayor estabilidad y proyección. Deberíamos comenzar a pensar en esos temas.