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AÑO DE BUENAS ACIIONES

Mauricio Botero analiza el comportamiento de las plazas bursátiles en 1997.

4 de mayo de 1998

Luego de un mal año en 1996 las acciones tuvieron una rentabilidad extraordinaria en 1997. Desde comienzos del año pasado el Indice de Precios de la Bolsa de Bogotá (IBB) repuntó hasta alcanzar un nuevo récord histórico el 16 de octubre, cuando registró 1,533.72 puntos. Al finalizar el año el IBB alcanzó un crecimiento nominal de 69,6 por ciento, ubicándose en 1,431.67 puntos, lo cual representa una rentabilidad cercana al 44 por ciento después de descontar la inflación. Este buen comportamiento del mercado accionario estuvo asociado a diferentes aspectos nacionales e internacionales. En el mercado nacional el crecimiento anual de los principales índices accionarios fue el resultado, en primer lugar, de la disminución de más de 10 puntos en las tasas de interés provocada por la caída de la demanda agregada desde finales de 1996 y la elevada liquidez que prevaleció durante la mayor parte del año pasado. La reducción de la Tasa de Depósito a Término Fijo (DTF) solo vino a ser interrumpida en octubre al compás de la reactivación económica. En segundo lugar, la disminución de la inflación incidió favorablemente en la rentabilidad de la inversión en acciones, pues es sabido que cuando se recrudece la inflación los inversionistas prefieren otro tipo de activos como depósito de valor. Lo anterior, sumado al hecho de que a comienzos del año pasado las acciones estaban subvaloradas, pues eran transadas a la misma relación preciovalor en libros (PVL) de finales de 1995, indujo a los inversionistas a participar más en el mercado accionario.Otro indicador de que el mercado bursátil en 1997 estuvo movido es el volumen negociado por concepto de martillos. Si bien es cierto que este volumen fue superior en 1996 gracias al tamaño de algunas de las empresas objeto de remate durante ese año, como fue el caso de los bancos Popular y Ganadero y de Industrias e Inversiones Samper, en 1997 se vendieron varias empresas de importancia tales como Crecer, Ahorramás, Cerromatoso, Gas Natural y Edatel. Con excepción de la subasta de esta última empresa, todas las operaciones fueron exitosas en la medida en que la totalidad de las acciones objeto de remate fue colocada entre los inversionistas.Aún más, en el caso de Gas Natural, la demanda excedió ampliamente el paquete ofrecido, lo que permitió que el precio de adjudicación fuera sustancialmente superior al precio base de la subasta. El efecto asiáticoA nivel internacional el año pasado será recordado por la gran crisis financiera desatada después de que varios países asiáticos decidieron devaluar fuertemente sus monedas. La estampida de inversionistas que le temían a los movimientos adversos de las tasas de cambio provocó la liquidación masiva de grandes portafolios en acciones en las bolsas de esa región del mundo. El miércoles 23 de octubre el índice Hang Seng de la Bolsa de Hong Kong cayó 10,41 por ciento, después de haber retrocedido 15 por ciento desde el comienzo de esa misma semana. El remezón se extendió rápidamente a otros países debido a la globalización que caracteriza en la actualidad a los mercados financieros. Por ejemplo, el índice Dow Jones de la Bolsa de Nueva York cayó 7,2 por ciento el 27 de octubre, que ha sido la caída más grande desde el famoso crash de 1987. Este efecto alcanzó a tocar el mercado bursátil colombiano, pero sin mayores repercusiones, pues los inversionistas mantuvieron la calma y se reaccionó favorablemente. Además nuestro mercado es de tamaño reducido en comparación con el de otros países de América Latina, por lo que los inversionistas extranjeros de portafolio participan en él en menor proporción que en otros lugares. Lo anterior, que es tal vez uno de los principales obstáculos para el desarrollo del mercado accionario, pudo haber actuado, paradójicamente, como una barrera de contención que mantuvo a la Bolsa protegida de los fuertes vientos de crisis provenientes del Asia. Tres pasos adelante, dos atrásEn cuanto a las acciones de mayor dinamismo hubo varios casos dignos de mención. La acción que registró la mayor valorización durante 1997 fue Bavaria, cuya rentabilidad sin contar dividendos superó el 200 por ciento. La decisión de este holding empresarial de separar las actividades industriales relacionadas con la elaboración y distribución de bebidas de las inversiones en otras actividades económicas causó una gran expectativa entre los inversionistas. Entre las acciones de alta bursatilidad, la segunda de mayor valorización fue la del Banco Ganadero, con un crecimiento superior al ciento por ciento. La adquisición de este banco por parte del Banco Bilbao Vizcaya (BBV) en 1996 y su agresividad comercial y de marketing, especialmente en el mercado de personas naturales, atrajeron también a los inversionistas. La acción de Cadenalco se ubicó en el tercer lugar en el ranking, con más de un 65 por ciento de valorización a lo largo del año. El mercado de los almacenes de cadena se ha dinamizado a raíz de la apertura y seguirá siendo uno de los preferidos por los grandes grupos económicos. A pesar del buen desempeño de las acciones durante 1997 la evolución del mercado accionario en lo corrido de 1998 ha sido completamente diferente, al punto que los precios de las acciones han caído cerca de un 20 por ciento en términos nominales. Esta situación confirma la relación inversa que existe entre el precio de las acciones y la tasa de interés, pues desde comienzos del presente año el crecimiento de las tasas de interés ha sido tan vigoroso que algunos analistas opinan que el alza podría incluso quitarle dinamismo a la actividad económica. El aumento de las tasas de interés ha ocurrido en medio de una fuerte ola especulativa contra el peso que ha llevado a la tasa de cambio a pegarse al techo de la banda cambiaria, forzando al Banco de la República a vender dólares en el mercado para contrarrestar la fuerte demanda de esta divisa. Esta intervención del banco central en el mercado cambiario resulta insostenible porque ocasiona una pérdida de reservas internacionales que el país necesita para pagar las importaciones y atender el servicio de la deuda externa, tanto pública como privada. Por lo anterior, se hizo indispensable implantar una estrategia orientada a reducir los excesos de liquidez en la economía que estaban siendo utilizados para comprar dólares. Esta estrategia consistió en aumentar la tasa de interés que el Banco de la República ofrece a las entidades financieras por colocar sus excedentes de tesorería en Títulos de Participación y, al mismo tiempo, subir la tasa de los préstamos que les otorga a estas entidades para resolver problemas transitorios de liquidez, a través de la recompra de esos mismos papeles.La DTF alcanza ya un nivel superior al registrado a comienzos de 1997 y no se percibe que esté próxima a estabilizarse. La inflación acumulada durante los primeros tres meses de 1998 sugiere que el Banco de la República podría caer en la tentación de hacer un apretón monetario adicional si de verdad pretende alcanzar la meta de inflación del 16 por ciento. A menos que se efectúe un fuerte ajuste fiscal en el término de los próximos meses el desequilibrio del sector público seguirá atizando la hoguera de las expectativas de devaluación hasta que la banda cambiaria recupere plenamente su credibilidad o sea desplazada a un nivel más coherente con las nuevas realidades económicas colombianas. Entre tanto estaremos expuestos a un alza sostenida de la tasa de interés y, por esa vía, a unos efectos recesivos difíciles de determinar.Oportunidades en la crisisDe acuerdo con lo anterior, el entorno económico en la actualidad no parece ser favorable para el mercado accionario. Sin embargo no se debe perder de vista que los precios de las acciones han caído a su nivel más bajo en los últimos dos años como proporción de su valor patrimonial.Así mismo la relación precioganancia (RPG) del mercado _que indica el número de años en que un inversionista recuperaría su capital a base exclusiva de utilidades_ ha caído de manera ininterrumpida desde octubre del año pasado, cuando registró el valor de 18,17 veces para la canasta de acciones que integra el IBB. Al cierre de marzo del presente año este indicador, que mide el precio que el mercado está dispuesto a pagar por el derecho a participar en las utilidades anuales del emisor de la acción, bordea los 15 puntos. Durante 1997 algunas empresas obtuvieron unos resultados atractivos, como en el caso de Bavaria, cuyas utilidades consolidadas con las de Valores Bavaria, la sociedad escindida, aumentaron 76,4 por ciento. Sin embargo, en general, las empresas tanto del sector real como del sector financiero inscritas en la bolsa de valores sintieron el impacto de la recesión económica. Las perspectivas para este año son un tanto inciertas, pero al final algunas empresas podrían dar una sorpresa agradable a sus accionistas. Todo lo anterior sugiere que los inversionistas que reconozcan las oportunidades que ofrece el mercado y aprovechen para comprar a buen precio podrían realizar una buena utilidad a través de la venta de sus papeles cuando soplen mejores vientos. 012