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AZUL PROFUNDO

LOS GRAVES PROBLEMAS DE LA FLOTA MERCANTE AUN NO SE HAN SOLUCIONADO Y LA COMPETENCIA NO HA DISMINUIDO, PERO EN 1995 MEJORAROM LOS RESULTADOS DE LA EMPRESA.

1 de abril de 1996

Nada más incierto que el mar, y si no, que lo diga la Flota Mercante Grancolombiana, que ha tenido que sortear toda suerte de tormentas desde que arrancó la apertura económica y se le acabaron los privilegios de la protección. Sin embargo, ahora la compañía está al fin de plácemes: después de dos años de pérdidas considerables, en 1995 logró el punto de equilibrio en su balance, lo que le permitirá sobreaguar al menos por un tiempo. Como si eso fuera poco, anda preparando la fiesta para celebrar los 50 años de haber nacido por iniciativa de los presidentes de Colombia, Venezuela y Ecuador, quienes querían conformar una naviera para los tres países.Pero, ¿cómo pudo la Flota acabar con sus pérdidas si la competencia en el mercado se mantuvo? Realmente se debió a una operación netamente financiera, que le permitirá sanear sus cuentas y sacar parte de uno de los mayores problemas de su balance: el pasivo pensional, que alcanza los 100.000 millones de pesos, pues la Flota asumió las pensiones y salud de los trabajadores hasta 1989, cuando pasaron al Instituto de Seguros Sociales. Al efecto, la empresa constituyó una fiducia mercantil con los activos no ligados a la operación naviera, cuyas valorizaciones permitirán pagar 50.000 millones del pasivo pensional, operación que parece sencilla pero que tiene todo tipo de implicaciones. "Habrá utilidad en 1995, y aunque durante los años siguientes habrá de nuevo pérdidas, cuando comiencen a verse los frutos de las valorizaciones el balance será de nuevo positivo", dijo el presidente de la Flota, Luis Fernando Alarcón.Más allá de lo importante que sea mostrar de nuevo un balance sin pérdidas, lo bueno de la operación es que le permitirá a la Flota sanearse un poco y así ser más atractiva a los ojos de potenciales compradores. Y es que el propósito es insistir en la venta de una parte de la empresa para aliviar las finanzas del Fondo Nacional del Café, que es uno de sus accionistas, junto con el Banco Nacional del Fomento del Ecuador. De acuerdo con Alarcón, "nosotros hicimos el intento de vender el 45 por ciento, pero aunque alcanzó a haber interés, no se materializó ningún negocio por el tema de las pensiones y las pérdidas operacionales". Y aunque en 1995 de todas formas hubo pérdidas operacionales, la idea de la compañía será aislar el negocio estrictamente naviero de las demás actividades de la empresa, y vender el primero en un futuro no determinado. Sin duda, los resultados de 1995 llegan como un alivio en medio de la tormenta, pues por donde se mire la Flota ha tenido épocas difíciles. De hecho, aunque el volumen de la carga transportada en el país pasó de 2,7 millones de toneladas en 1990 a 5,0 millones en 1995, la compañía sólo pasó de transportar 1,3 millones a llevar 1,8 millones, y eso por el aumento en el volumen de importaciones, porque en el de exportaciones sufrió una disminución. Y es que su participación en el mercado pasó de ser cercana al 50 por ciento _debido a que tenía garantizada la reserva de la mitad de la carga que se movilizara en el país_ al 18 por ciento, lo que en términos de ingresos ha significado un sacrificio grande,"lo que nos ha permitido compensar las pérdidas son los terceros países", dijo Alarcón. De hecho, por ese lado, el aumento en el volumen de carga fue del 600 por ciento, al superar las 600.000 toneladas. La razón de todo esto es sólo una: la competencia. Al fin y al cabo, en tanto que en 1991 había 183 líneas ocasionales y 41 regulares en el país, ahora hay 365 y 70, respectivamente, la mayoría de gran tamaño. Aquí están las tres navieras más grandes del mundo, que son Maersk Line, Sea Land y Evergreen Line, cada una con un promedio de 50 barcos propios, tres o cuatro veces más grandes que los de la Flota. Y como ocurre siempre que hay competencia, las tarifas han bajado sustancialmente, pues en el caso de la Flota, en tanto que el ingreso promedio por contenedor en 1990 era de 1.978 dólares, ahora es de 1.529, y eso en pesos corrientes, de manera que ni siquiera ha alcanzado a compensar la inflación.El consuelo es que si en Colombia llueve en otros países no escampa. En los últimos años, empresas como Líneas Marítimas Argentinas, Compañía Anónima Venezolana de Navegación y Lloyd de Brasil desaparecieron, y en la actualidad, Lykes de Estados Unidos está en concordato. Así las cosas, queda en claro que el negocio naviero es más complejo de lo que parece, y sin duda no será suficiente la inyección de creatividad financiera que le metieron, sino una estrategia de modernización, que está en el papel y ahora es cuestión de ponerla en práctica. Y aunque es mucho lo que falta, lo cierto es que la compañía ya empezó a realizar acciones con miras a modernizarse, pues ha invertido 70 millones de dólares en compra de buques, la construcción de un terminal portuario y la constitución de un operador portuario. Además, ha consolidado más de 10 alianzas estratégicas en el mundo para ampliar su campo de acción, que es la onda naviera a nivel internacional. Todo esto, lejos de ser patadas de ahogado, busca permitir a la Flota resistir en medio de la incertidumbre.