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BANCARROTA

Para prevenir una crisis financiera, es imprescindible que el gobierno y el Emisor tomen medidas para darle mayor liquidez al mercado.

9 de noviembre de 1998

La nacionalización en días pasados de la corporación de ahorro y vivienda Granahorrar ha dejado en evidencia la difícil coyuntura por la que está atravesando el sistema financiero colombiano. Más allá del deteriorado estado de la economía en general, el apretón monetario del Banco de la República durante el presente año_tendiente a proteger la banda cambiaria_ socavó notablemente la liquidez del mercado financiero. En estas circunstancias, a pesar de que los índices de solvencia de las entidades financieras siguen siendo relativamente buenos, la brecha entre los plazos de las captaciones y los de las colocaciones amenaza seriamente la estabilidad del sistema. Hoy en día muchas entidades financieras se ven a gatas para captar recursos a corto plazo para fondear su cartera de créditos cuyos vencimientos tienen plazos mucho mayores. Y cuando lo hacen, es a tasas exorbitantes. Esto crea un grave peligro, pues en situaciones de iliquidez no hay ninguna garantía de que los recursos captados hoy estén disponibles mañana, y el flujo de la cartera muchas veces no es suficiente para cumplir con los vencimientos de los depósitos. Por este motivo es imperioso que el Emisor y el gobierno en forma conjunta encuentren soluciones rápidas para normalizar la situación del mercado financiero.
Es importante tener en cuenta que las más recientes crisis bancarias a nivel mundial, como por ejemplo la de México en 1995 y las de algunos países asiáticos en 1997, fueron precipitadas por problemas de liquidez _escasez de recursos en el corto plazo_ y no de solvencia _altos niveles de cartera vencida o capitalización deficiente_. En una alocución ante el Congreso de Estados Unidos en 1997 Alan Greenspan, presidente del banco central de ese país, hizo énfasis en este punto, "las entidades financieras que corren riesgos exagerados prestando con vencimientos largos y financiándose en el corto plazo con el fin de obtener un margen superior, son las primeras en caer ante una disminución de la liquidez en los mercados financieros. Este tipo de situaciones han generado el colapso de muchos sistemas financieros a través de la historia". En Colombia las entidades financieras están viviendo esta situación en carne propia. El caso más claro se encuentra en el segmento de las corporaciones de ahorro y vivienda, donde entre el 18 de agosto y el 18 de septiembre de este año las captaciones se redujeron en 508.000 millones de pesos mientras la cartera creció en 130.000 millones de pesos, generando un peligroso boquete de liquidez en estas instituciones, que tienen un número importante de préstamos a 15 años financiados con cuentas de ahorro a un día y CDT de corto plazo.
Ante el problema de iliquidez las entidades financieras tienen básicamente tres opciones para conseguir financiacion. La primera es buscar los recursos en el mercado interbancario. Sin embargo en éste los fondos están tan escasos que en los últimos meses la tasa overnight o de un día ha llegado hasta niveles del 70 por ciento efectivo anual y la semana anterior rondaba el 56 por ciento. La segunda alternativa es acceder a los repos del Banco de la República _operaciones mediante las cuales el Emisor le hace préstamos a corto plazo a las entidades financieras_. No obstante, el Banco de la República los ha limitado a 270.000 millones de pesos. Esta semana las demandas estuvieron en el orden de los 450.000 millones de pesos, lo que demuestra que este cupo no alcanza a suplir las necesidades que existen en el mercado.
El tercero y último recurso, al que ya han accedido un número importante de instituciones financieras, es el descuento de cartera que ofrece el Banco de la República. Mediante esta operación las entidades le 'venden' cartera al Emisor con el compromiso de recomprársela a los 30 días pagándole una tasa de interés del DTF más 7 puntos sobre los recursos obtenidos. Para acceder a este dinero las entidades deben demostrar que han experimentado una disminución significativa en sus depósitos. No obstante, el descuento de cartera está limitado solamente a los créditos triple A, es decir, los de menor riesgo. Fue precisamente a este mecanismo que tuvo que acudir Granahorrar después de que sus depósitos se redujeran ostensiblemente a raíz de una crisis de confianza y ante la imposibilidad de conseguir fondos en el mercado interbancario. Sin embargo ni este recurso de última instancia logró resolver el problema de liquidez de la entidad, que tuvo que ser intervenida por el gobierno. El desafío ahora consiste en prevenir que por la situación de iliquidez otras entidades financieras corran con la misma suerte de Granahorrar.
El gobierno y el Banco de la República entienden la gravedad del tema y por esto hace algunos días decretaron la reducción de los encajes de los CDT y las cuentas de ahorro, medida que se estima liberará cerca de 700.000 millones de pesos de liquidez. Sin embargo, según los expertos, este será sólo un alivio temporal pues no alcanzará a suplir la demanda del mercado hacia el final del año. Para suplir el aumento en la demanda de dinero que normalmente ocurre en noviembre y diciembre se calcula que se requerirán por lo menos 500.000 millones de pesos adicionales. La escasez de recursos se hace evidente al observar la base monetaria _medida estrecha de la oferta de dinero_,que hasta la semana pasada y durante una gran parte de este año se ha mantenido por debajo del límite inferior del corredor impuesto por el Banco de la República. En los últimos 12 meses la base _que es la suma del efectivo en circulación más los encajes de las entidades financieras_ ha crecido solo un 6,6 por ciento cuando la meta era mantener un crecimiento anual del 16 por ciento (ver gráfica).
De igual forma, mientras la cartera en moneda legal _un indicador de la demanda de dinero_ crecía la semana anterior al 23 por ciento, el ahorro financiero _medida amplia de la oferta de dinero_ lo hacía apenas al 16,6 por ciento.
Frente a esta situación muchos analistas sostienen que hay que tomar medidas adicionales para oxigenar el mercado de dinero y prevenir la posibilidad de una crisis financiera. Entre las propuestas en este sentido se encuentran: flexibilizar el acceso de las entidades financieras a los cupos de redescuento del Emisor y que esta entidad aumente dramáticamente la compra de TES _títulos de deuda del gobierno_ en el mercado secundario. Nadie cuestiona que cualquier liquidez adicional que se le dé al mercado aumentaría la presión sobre la tasa de cambio, que cerró el viernes a solo unos pesos del techo de intervención de la banda. Pero a estas alturas no se puede pretender encontrar alternativas que no estén exentas de sacrificio. Al final del día las opciones parecerían ser solamente dos: permitir que el peso flote libremente, aliviando así la situación de las tasas de interés, o mantener la estabilidad cambiaria restringiendo la liquidez de la economía. Aunque ninguna de estas dos recetas es la panacea, lo indispensable es evaluar cuál es el camino menos doloroso hacia la recuperación de la economía colombiana.


El camino menos doloroso
En la actualidad algunos de los más prestigiosos economistas en el mundo _incluyendo a Jeffrey Sachs, Paul Krugman y Joseph Stiglitz_ están cuestionando la política que ha promocionado el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el Asia y otros países en desarrollo de defender la estabilidad cambiaria a cualquier costo. Sachs sostiene que el gobierno norteamericano y el FMI pensaron que este enfoque ortodoxo calmaría los mercados y lo único que hizo fue "desatar un pánico financiero". Stiglitz, economista en jefe del Banco Mundial, por su parte, argumenta que la evidencia empírica del Asia indica que el daño que hicieron las altas tasas de interés al sector real es mayor que el beneficio que lograron apoyando las tasas de cambio. Los que argumentan que se debe flotar el peso esgrimen que las consecuencias de esta medida _una devaluación importante, inestabilidad cambiaria, mayor inflación, aumento del déficit fiscal en el corto plazo, etc._ no son tan perversas como mantener la iliquidez en el mercado por períodos prolongados, arriesgando la solidez del sistema financiero, que es la columna vertebral de cualquier economía. Hoy parece cada vez más claro que los fondos extranjeros no encuentran un aliciente para invertir en Colombia a pesar de las elevadas tasas de interés. La prueba de esto se encuentra en que las inversiones de los fondos extranjeros en papeles de renta fija ha presentado una disminución de 400 millones de dólares desde mayo a pesar de que las tasas de interés han aumentado un 9 por ciento en términos reales en ese mismo período (ver gráfica). Por lo tanto, continuar con la política actual podría deteriorar aún más la situación de los sectores financiero y real sin lograr el objetivo de eliminar las expectativas de devaluación.