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María Mercedes Cuéllar, presidenta de la Asobancaria y Carlos Raúl Yepes, presidente de Bancolombia.

CRÉDITO

Banco de la República: se calentaron las tasas

Mientras los usuarios se quejan por los altos intereses, los banqueros aseguran que las tasas están bajando.

6 de abril de 2013

En los últimos días arreciaron las críticas contra la banca por el tema de las tasas de interés. La polémica se encendió con fuerza porque, pese a que el Banco de la República viene desde agosto de 2012 reduciendo la tasa con la que interviene en el mercado, existe la sensación de que esto no se ha reflejado a la misma velocidad, ni en igual proporción, en la cotidianidad del crédito que usan los usuarios de a pie.


Pero lo que más ha indignado a la gente es lo que sucedió con la tasa de usura que subió al 31,25 por ciento para el segundo trimestre del año, cuando todo el mundo esperaba que comenzara a bajar. En realidad el problema no es que suba, pues se trata de un tope –no obligatorio– que indica que por encima de él se incurre en un delito. Lo malo es que los bancos se le pegan para el caso de las tarjetas de crédito. Es lo que se conoce en economía como el efecto murciélago. Es decir, cada vez que se eleva la llamada tasa de usura, los intereses para las compras con tarjetas se incrementan.

Si bien la modalidad de tarjetas de crédito no es la más representativa del sistema en cuanto a montos, esta es muy sensible para los ciudadanos, que cada vez están accediendo más a este instrumento de pago. De hecho, esto es lo que ha terminado por exacerbar los ánimos de los críticos de la banca, que cuestionan, además, que la economía se ha desacelerado y no así el costo del crédito de consumo.

A los cuestionamientos que se le hacen al sector financiero se han unido muchas voces. El vicepresidente de la República, Angelino Garzón, les pidió a los banqueros que dejen de “ordeñar a los ahorradores” y ganar a costa de ellos. El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, también terció en el debate y dijo que los bancos no pueden seguir en contravía de la baja de intereses que está propiciando el Banco de la Republica. Sugirió bajar las tasas “a sombrerazos”, si es el caso. También se quejó el presidente de Fenalco, Guillermo Botero, quien calificó la metodología de cálculo de la Tasa de Interés Bancario Corriente (TIBC), que es la base para la usura, como “perversa” puesto que imposibilita su reducción efectiva. Por su parte, el representante a la Cámara David Barguil, quien ha presentado varios proyectos de ley en el Congreso en defensa de los consumidores financieros, señaló que el gobierno tiene razones de sobra para intervenir el mercado y “no basta solo con manifestar su molestia a través de los medios”. 

Hasta el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, les dio palo a los banqueros. En lo que denominó un llamado amistoso, pero categórico, les pidió que bajen las tasas especialmente en las tarjetas de crédito, pues se trata de un interés que afecta mucho al ciudadano del común. Dijo que el Emisor ya ha reducido en dos puntos porcentuales las tasas y las tarjetas de crédito no han bajado. “De nada sirve que el Banco de la República baje las tasas si eso no le llega a la gente. Nosotros tenemos que ponernos la camiseta de la gente”, afirmó el jueves pasado en un simposio organizado por la Asobancaria, a la cual asistieron los banqueros.

En medio de tal andanada de críticas, la banca respondió enérgicamente. La presidente de la Asobancaria, María Mercedes Cuéllar, afirma que el énfasis de los recortes que ha hecho el Emisor se ha dado a partir de diciembre y que en esta medida no se puede esperar que la transferencia al mercado se sienta de inmediato. Eso toma más tiempo, dice. Los técnicos calculan entre 12 y 18 meses el lapso que necesita para reflejarse en toda la estructura de tasas del mercado.

Para Carlos Raúl Yepes, el presidente de Bancolombia, el mayor banco del país, es un error pensar que los bancos están tomando crédito del Emisor al 3,25 por ciento y lo están prestando al 30 por ciento. “Eso no es así. Los bancos no vamos por todos los fondos al Banco de la República, los tenemos que conseguir en el mercado. Creo que hay una gran desinformación”. Además, señala que en el de Bancolombia ha aplicado reducciones importantes en las tasas de interés.

El gerente del Banco de la República, José Darío Uribe, terció a favor de los bancos. Asegura que “las reducciones en la tasa de interés de política se han venido transmitiendo progresivamente a las tasas de interés de crédito en todas sus modalidades”. Dice que las cifras así lo muestran. Por ejemplo, entre julio de 2012 y febrero de 2013 la caída de las tasas de interés del crédito ordinario representó el 83 por ciento de las bajas acumuladas de la tasa de política del emisor en el mismo periodo. En el caso de los créditos de consumo, la caída para dicho periodo correspondió al 92 por ciento de la reducción del emisor. 

En medio de esta discusión, se revivió el debate sobre si se debe mantener o eliminar la tasa de usura. El superintendente Financiero, Gerardo Hernández, afirma que esta se calcula técnicamente y no es obligatoria, pero reconoce que la banca se pega a ella. Para algunos analistas debe mantenerse, pues es un control del Estado para evitar que se abuse con las tasas. Para otros expertos el efecto es perverso y distorsiona el mercado. 

La presidenta de la Asobancaria afirma que este mecanismo es el que propicia que los bancos se peguen al techo en el caso de las tarjetas de crédito. Incluso recordó que cuando el gobierno descongeló –después de casi cinco años– las tasas para el microcrédito, estas bajaron notablemente y los préstamos aumentaron. Entre diciembre de 2011 y diciembre de 2012, el número total de personas adultas con microcrédito creció en un 12 por ciento, al pasar de 1,5 millones a 1,7 millones de personas. Con esto, en los últimos cinco años el número de colombianos con microcrédito creció en un 182 por ciento (se pasó de 613.000 personas en 2007 a 1,7 millones en 2012).

Los banqueros reconocen que algo de culpa tienen en este malestar que sienten muchos usuarios. El presidente de Bancolombia dice que son responsables de ofrecerles más tarjetas de crédito a quien ya tiene tres y cuatro plásticos. “Tenemos que reconocer que en esto hay responsabilidad.”

El exministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, dice que la banca debería segmentar a sus clientes de manera que pueda premiar con reducciones en las tasas de interés a quienes son mejor paga y no ganar por todos los lados. En el pasado, Echeverry comparó a los banqueros con los choferes de bus, pues decía que estos últimos hasta con pocos pasajeros ganaban, por la sencilla razón de que el pasaje eran tan alto que no necesitaban más clientes. Con esto quería señalar los grandes retos en la bancarización. En recientes informes, la OECD y el FMI afirman que Colombia ha logrado consolidar una banca sólida, que en los últimos años ha sido una fuente importante de financiación para el país. Sin embargo, sugieren que en materia de acceso al crédito todavía queda mucho por avanzar. 

Ahora bien, los banqueros advierten que no hay que olvidar que ellos administran el ahorro del público y en esta medida tienen que evaluar muy bien los riesgos a la hora de prestar. Además, sostienen que se trata de un negocio que tiene que ser rentable para los dueños, que son quienes ponen el capital. Y en este sentido tienen razón. No hay nada más importante para una economía que tener un sistema financiero sano, fuerte y rentable. Las crisis financieras terminan en profundas recesiones económicas, en las que pierde todo el mundo. Pero el problema es que muchos piensan que, detrás de estas razones entendibles, a veces se abusa de los clientes ya sea por la vía de las tasas de interés o por el costo de los servicios financieros. En síntesis, hay que decir que el actual debate es un tema recurrente y de viaja data, pues los banqueros siempre estarán en el ojo del huracán.