Home

Economía

Artículo

BUFALO BILL

De tener éxito sus planes, cualquier persona que quiera entrar a Internet tendrá ahora que pasar por un sistema de comunicación creado por Bill Gates, el dueño de Microsoft.

15 de mayo de 1995

SI INTERNET SE CONVIRTIO de la noche a la mañana en el centro de atención de cientos de compañías no es de extrañarse. La gigantesca red de computadores promete ser al siglo XXI lo que el teléfono y la televisión fueron al siglo XX. Pero a diferencia de la televisión y el teléfono, que fueron y aún son en muchos países servicios prestados por el Estado, Internet es una red que carece de toda reglamentación estatal, y en la cual todos los productores de programas de computador quieren desempeñar un papel vital. Es por esto que Bill Gates, a través de Microsoft, se está jugando todo para obtener el control de Internet, así como lo hizo en el mercado de los computadores personales con programas como DOS y Windows.
Pero una cosa es vender millones de ejemplares de un producto al público y otra es adueñarse de una red de comunicaciones sofisticada que pocos saben cómo va a evolucionar. Internet no es más que un lenguaje, creado por el Pentágono en los años 60 para permitirle a todos los computadores individuales conectados a una línea telefónica comunicarse entre sí. La originalidad de esta red es que no existe ninguna central que ordene y maneje todas esas comunicaciones, pues está hecha de la suma de millones de computadores individuales que hablan entre sí por línea telefónica. El Pentágono buscaba con esto crear un sistema de comunicaciones invulnerable, en el cual si un camino se cortaba, era posible tomar una desviación para llegar al mismo sitio.
Por todo esto, Internet no es algo que se pueda comprar como AT&T o la Empresa de Teléfonos de Bogotá, y Bill Gates lo sabe bien. La estrategia que decidió es la misma que lo convirtió en líder de la creación de programas de computador. Microsoft nació al principio de los 80 cuando Gates convenció a IBM de utilizar el DOS como sistema operacional de base para todos sus computadores. Su siguiente paso, con la ayuda del fabricante de microchips Intel, fue promover masivamente la producción de copias ('clones') de los computadores personales IBM, que tendrían que usar DOS como sistema de base. Fue así como el DOS se convirtió en el estándar y el sistema PC destronó a Apple. En 1990, Microsoft sacó el Windows y lo impuso en el mercado de manera que hoy en día ocho de cada 10 computadores funcionan con Windows.
Para imponer sus productos y su sistema como en el pasado, Gates creó su propio sistema de comunicación con Internet: Microsoft NetWork, que prestará el servicio de comunicación con la red. Su idea es que cualquier persona que quiera entrar a Internet tenga que pasar por Microsoft NetWork, para lo cual seguramente ofrecerá un sistema que haga mas "manejable" el Internet, que hoy es un verdadero laberinto de comandos y lenguajes incomprensibles para el usuario normal . Paralelamente, Gates sacará al mercado a mediados de 1995 su nuevo programa de computador Windows 95, indispensable para utilizar a Microsoft NetWork. Así se asegura, por un lado la venta de millones de copias de Windows, y por otro el monopolio o cuasimonopolio en el servicio de conexión a Internet, y cada usuario tendrá que pagar cada vez que entre a la red.
Pero el gran éxito de Microsoft puede convertirse en su peor enemigo. El departamento de Justicia y la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos investigan a Microsoft por prácticas monopolísticas. A finales de 1994, el abogado Gary L. Reback presentó un informe hecho por tres compañías que prefirieron no divulgar sus nombres, las cuales acusaban a Microsoft de bajar exageradamente los precios, apoderarse por la fuerza de información sobre futuros productos de otras compañías, o anunciar productos que estaban lejos de poder ser comercializados para así paralizar a la competencia y mantener la expectativa. Por ahora, todo parece indicar que la falta de pruebas contundentes favorece a Microsoft. Sin embargo, lo que la justicia probablemente logrará es que Microsoft adopte, por lo menos por un tiempo, un perfil más bajo.
Es imposible decir desde ya quién va a ganar la batalla de Internet, en donde tienen intereses compañías tan grandes como AT&T, IBM o Microsoft. Lo único claro es que la transformación acelerada del mundo de las comunicaciones promete ser en el futuro, para aquellas empresas que tomen las decisiones correctas hoy, el negocio más grande de principios del próximo siglo.