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CAFICULTORES

Cambian vientos para el café

Sube el dólar, aumenta la producción, mejoran los precios internacionales, crece el consumo y hay problemas en las cosechas de Brasil y América Central.

15 de febrero de 2014

En los últimos años los cafeteros colombianos han pasado por muchas dificultades. Para algunos productores es como si les hubieran caído todas las plagas juntas o se hubiera formado sobre el sector una tormenta perfecta.


No les han faltado motivos para pensar así. Han tenido que soportar la revaluación del peso, la caída en la producción, el bajonazo en el precio internacional del grano, la reaparición de plagas como la roya y la broca y hasta paros y protestas.

El primer campanazo se sintió en el año 2009 –el peor en la caficultura colombiana– cuando la producción cayó a 7,8 millones de sacos, después de un largo periodo de cosechas por encima de los 11 millones. 

La situación empeoró en 2010 con la fuerte ola invernal, sin precedentes en la historia del país. El exceso de lluvias no solo afectó la floración, sino que ayudó a que la roya se esparciera con especial agresividad, lo que condujo a una pérdida del 30 por ciento en la producción.  

A pesar de eso, 2011 estuvo alentado por los buenos precios internacionales que les permitieron a los cafeteros tener un año récord en el valor de la cosecha, que ascendió a 5 billones de pesos. El precio del grano en el mercado externo compensó los efectos de la revaluación del peso, que ya comenzaba a sentirse con fuerza. 

A partir de 2012 el panorama se nubló. La cotización del suave colombiano descendió en las bolsas internacionales y el dólar se fue al piso, un cóctel dañino que agravó la rentabilidad del negocio hasta que se llegó a una situación explosiva. 

Surgió el movimiento Dignidad Cafetera, desconociendo la institucionalidad gremial, lo que desembocó en un paro –nunca antes visto– con consecuencias sociales y de orden público. El gobierno se tuvo que meter la mano al bolsillo para apoyar el ingreso interno y calmar los ánimos.

Pero como todo en materia económica es de ciclos, hay señales que indican que el sector entró en una mejor fase. Los factores adversos que castigaron hoy parecen más favorables, lo que tiene más optimistas a las 550.000 familias que viven de este cultivo.

Según el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz, este año con la entrada en actividad de nuevas hectáreas, el dólar en alza, la caída de la producción en América Central, los problemas climáticos que amenazan la cosecha de Brasil y el aumento del consumo del suave colombiano en el mundo, el panorama es esperanzador. “Los vientos que hoy soplan a favor nos permiten tener un moderado optimismo”. 

La primera señal es que el país ha regresado a niveles de producción crecientes. La cifra de enero llegó a 1.011.000 sacos, algo que no se veía desde hace seis años. Con los datos de hoy, la Federación estima que en 2014 la cosecha podría estar en 11,3 millones de sacos, sin embargo, en las próximas semanas esta expectativa se podría revisar al alza.

Otro cambio importante es que gracias al programa de renovación, el parque cafetero colombiano está cada vez más joven y tecnificado. Esto hizo que la productividad aumentara el 27 por ciento el año pasado.

Con las cifras de renovación, Colombia retomó su puesto de tercer productor mundial de café después de Brasil y Vietnam. Dentro del concierto de los productores de café arábico suave, las cifras de productividad colombianas son similares a las de otros países como Guatemala, Costa Rica, México, El Salvador y Perú.

La verdad es que este aumento en la productividad no es un golpe de suerte. El programa de reconversión de la caficultura,  comenzado en 2008, ha implicado renovar más de 2.800 millones de árboles, por lo que se redujo la edad promedio de los cafetales, de más de 12 años a 8. 

Desde la perspectiva de la sanidad vegetal también hay buenas noticias. La infección por roya se redujo del 33 al 4 por ciento y la de broca del 8 al 2 por ciento. Así mismo, la proporción de cafetales resistentes a la roya y mejor preparados para el cambio climático subió del 30 al 60 por ciento del total de las plantaciones. 

Un factor que tiene muy contentos a los cafeteros es la devaluación del peso, que va en el 14 por ciento en los últimos 12 meses. Una mayor producción, acompañada por un dólar en alza, es una excelente noticia para el sector. Con una tasa de cambio por encima de 2.000 pesos, el negocio es más atractivo.

Otro astro que comienza a alinearse en favor del sector es el precio internacional, que está mostrando un mejor comportamiento. Un precio de 1,37 dólares la libra, si bien no es para hacer fiestas, sí alimenta la esperanza de que podría comenzar un ciclo más positivo para el grano colombiano.

Un elemento que hace pensar que los precios podrían mejorar para la variedad arábica que produce Colombia es que desde 2011 la roya está devastando los cafetales de muchos países de América Central, incluyendo México, lo que provoca grandes descensos en la producción de grano. Se estima que más del 50 por ciento de las zonas de cultivo de dicho continente se encuentra afectada por la plaga. También hay deterioro en Perú.

Pero tal vez lo que más inquieta en estos momentos al mercadomundial es el factor climático en Brasil. El intenso verano ha hecho temer que se reduzca la cosecha del país que produce más del 40 por ciento del café del mundo, lo que tendría un impacto en los precios internacionales y favorecería al café colombiano.

¿Pero qué tan duraderos son estos mejores vientos? La verdad es que mucho dependerá de los factores externos. Las próximas dos semanas serán críticas para saber lo que va a suceder con Brasil. Una pequeña lluvia podría cambiarles el panorama a su favor. Pero de persistir el verano las cosas se complicarían para el gigante suramericano y esas son buenas noticias para el grano nacional.

También el rumbo estará marcado por el comportamiento del dólar y, en este orden, los analistas esperan que predomine la devaluación del peso. Según los pronósticos, para 2014  el promedio del dólar estará entre 2.020 y 2.030 pesos, un nivel que le cae muy bien a las exportaciones de café.

Ahora bien, el sector sigue con grandes retos, como ganar más en productividad por hectárea y consolidar los granos especiales. La crisis demostró que para los cafés de ladera, que tienen unos costos de explotación superiores a los competidores de otros países, la salvación son las variedades especiales que tienen un mayor valor –por encima de la bolsa–.

El otro gran reto es el institucional. La misión que se creó para el estudio del café entregará sus conclusiones sobre esta y otras materias. En el futuro del sector también hay que tener en cuenta lo que suceda con las nuevas fuerzas que nacieron de las pasadas protestas, como el llamado movimiento de Dignidad Cafetera, y el papel que jugarán estos nuevos actores que lograron que se creara y prorrogara el programa de Protección al Ingreso Cafetero (PIC).

Lo cierto es que con los astros, el gobierno también saldría beneficiado. Con un mejor panorama, buena parte del billón de pesos destinado para el PIC este año no se ejecutaría. 

Vale la pena recordar que cuando el precio interno esté por debajo de 480.000 pesos, el auxilio del gobierno sube a 165.000 por carga. En todo caso, el valor del subsidio y el precio no podrán superar los 700.000 pesos por carga. Es decir, en la medida en que el precio interno mejore el gobierno paga menos auxilio. En los últimos días se ha pagado café hasta a 600.000 pesos la carga, lo que significa que el gobierno ya comenzó a ahorrarse una plata.

En síntesis, a juzgar por la coyuntura, las plagas que azotaron al café comienzan a desaparecer y en el horizonte se ve la luz al final del túnel.