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Cama pa’ mucha gente

Cadenas de todo el mundo quieren participar del 'boom' hotelero colombiano. Sin embargo, la imagen del país sigue sigue siendo una amenaza para el sector.

29 de septiembre de 2007

El próximo viernes tendrá lugar la presentación en sociedad de uno de los proyectos más esperados en el mundo hotelero colombiano: el edificio de la cadena Marriott en Bogotá.

Aunque las obras ya comenzaron, en el evento se colocará la primera piedra simbólica del complejo que representa no sólo una inversión millonaria, sino la llegada al país de una de las más importantes cadenas hoteleras del mundo. Sin embargo, esta noticia es apenas una dentro del extenso registro de novedades en el sector.

Unos botones de muestra. La misma Marriott construirá otro hotel en el sector de la calle 73. La firma española NH va a construir un hotel en el parque de la 93. Crowne Plaza, dueña del Hotel Tequendama, tiene en sus planes dos edificios más en Bogotá: uno en el eje de la calle 100 y otro también en el sector del Parque de la 93. Están, además, el proyecto del Hilton cerca del centro financiero de la calle 72 en Bogotá, y el Hotel Gran Estación en Ciudad Salitre. En este momento, hay confirmados 28 proyectos nuevos en todo el país y nueve proyectos de ampliación.

En Medellín están los proyectos de la cadena Dann Carlton y Holiday Inn, entre otros. Otra cadena internacional, FEN de Argentina, está considerando un proyecto de 12 hoteles en distintas ciudades. Blue Doors, Summit y Pestana de Portugal también miran el catálogo colombiano.

Según el presidente de la Asociación Hotelera de Colombia (Cotelco), Jaime Alberto Cabal, el fenómeno no sólo se está dando en las grandes ciudades tradicionales como Bogotá, Cali, Cartagena o Medellín. Santa Marta, Popayán y Manizales son algunas donde también hay boom. Además vienen hoteles en San Agustín, Taganga y Circacia, entre otros.

¿Cuál es la razón? Primero, el volumen de turistas y pasajeros en Colombia crece a un ritmo de Fórmula 1. En 2006 llegaron al país 2,1 millones de pasajeros desde el exterior. Este año, la cifra puede subir a 2,5 millones de pasajeros internacionales. Según Cotelco, la ocupación hotelera promedio del país alcanzó el nivel histórico de 60 por ciento y hay picos en ciudades como Bogotá, Cartagena y Medellín, donde la cifra ha llegado al 70 por ciento.

La otra razón es que las cadenas hoteleras están aprovechando los beneficios tributarios para la construcción de nuevos hoteles y remodelaciones o ampliaciones, pues la oferta de infraestructura hotelera estaba estancada.

El crecimiento en la inversión es importante para cualquier negocio. Pero hoy ya muchos se están preguntando si el fenómeno no es exagerado. A finales de 2008, el país contará con 5.000 nuevas habitaciones listas para ser empleadas por los viajeros. Y esto sin contar con los nuevos proyectos que se están adelantando y los que se concreten en los próximos meses que aumentarán la oferta en los años venideros.

La apuesta, como en todo negocio, implica sus riesgos y mucho más en un tema tan sensible como el turismo, donde en cualquier momento la tendencia puede cambiar. Y uno de los temas sensibles, a pesar de toda la buena prensa que ha recibido el país en los últimos años, sigue siendo la percepción de seguridad en el exterior. La semana pasada se conoció que una de las cadenas hoteleras más importantes de Estados Unidos canceló su asamblea anual que se realizaría en Colombia, para trasladarla a Panamá. ¿La razón? La alerta de viaje (travel warning) que mantiene vigente el Departamento de Estado de Estados Unidos. Por ese pequeño hueco le puede empezar a entrar agua al bote. Aún queda mucho lobby por hacer ante los norteamericanos, para sacar a Colombia de esa lista negra. Si se logra, el panorama estará despejado, para que la hotelería esté más cerca de las cinco estrellas.