CERO Y VA UNO
El Congreso aprueba el proyecto de financiamiento para 1984, pero el resto del paquete fiscal está en entredicho
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Nueve semanas después de que a mediados de agosto el ministro de Hacienda le presentará al Congreso el proyecto de financiación del déficit fiscal, la corporación le dio principio de luz verde al gobierno el miércoles anterior, al aprobar en comisión la autorización del cupo adicional de fondos que necesita la administración para atender sus compromisos en el presente año. El proyecto en cuestión autoriza al Banco de la República para que le conceda al gobierno un crédito por 35.000 millones de pesos, con destino a gastos de inversión y funcionamiento. Además, se le concede a la administración un "cupo extraordinario de tesorería" para que cancele la suma de 45.517 millones de pesos que debía pagar antes de acabarse el año; y se le permite al Banco de la República emitir Títulos de Ahorro Nacional hasta por 20.000 millones. Aparte de lo anterior, hubo cambios en disposiciones tales como obligar a las entidades públicas que inviertan sus excedentes de liquidez en TAN que darian un menor rendimiento de los que se venden en el mercado. Por otra parte, el cupo de tesorería autorizado en el proyecto se puede convertir en deuda pública interna, con lo cual el gobierno pagará la suma a largo plazo y no en menos de un año como se acostumbra previamente.
La aprobación del proyecto constituyó, sin lugar a dudas, un triunfo del gobierno en sus intentos de organizar el desarreglo fiscal. Con todo, la versión final difiere sustancialmente de la que fuera presentada en un principio por el equipo económico, debido a las reformas introducidas en desarrollo de los debates, el Congreso acabó siendo "generoso" con el gobierno al darle más de lo que se había solicitado inicialmente. En opinión de varios parlamentarios el proyecto inicial tenía "errores garrafales" que fueron enmendados en la Cámara y el Senado.
Pese a que la votación fuera hecha en forma prácticamente unánime, varios congresistas lo hicieron a regañadientes. "No había nada más que hacer", anotó el senador William Jaramillo Gómez, quien además se mostró preocupado por los impactos monetarios de la medida. A su vez, el representante Gabriel Rosas afirmó que "se acogió lo menos malo que había" ya que el gobierno no podía verse sometido a quedarse sin dinero para atender sus obligaciones.
Amén de la necesidad del financiamiento, la duda que quedó flotanda después de la votación tiene que ver con los efectos monetarios que tendrá e nuevo cupo de emisión y la nueva venta de TAN. Según se sabe, un aumento desmesurado en el medio circulante puede causar presiones inflacionarias y ello complicaría gravemente el manejo de la economía.
Por lo tanto, a finales de la semana existía desacuerdo sobre el impacto monetario de la emisión. Mientras el Contralor General de la República sostenía que la inflación se disparararía y otros analistas hablaban de un crecimiento en los precios superior al 25% anual, había gente del gobierno que calificaba esa actitud como "irresponsable". En el momento, la postura del equipo económico es la de mirar muy de cerca el comportamiento de las cuentas monetarias y, si es el caso, tomar medidas que, en palabras de un miembro del equipo económico, "sean compatibles con los objetivos de inflación que nos hemos fijado para éste y el próximo año". Es conocido que un aumento en el circulante no tiene efectos inmediatos sobre otras cuentas en el mismo momento, sino que tiene un rezago que puede ser de seis meses o más.
A pesar de que en el proyecto aprobado, el ministro de Hacienda se entendio en buenos términos con el Congreso, las perspectivas para el resto de proyectos fiscales no son nada alentadoras. De un lado, el proyecto de financiamiento para 1985 cuenta con una amplia oposición aunque su trámite por la corporación está adelantado y su ponente, Rodrigo Marín, comenzará su exposición en esta semana. Los sondeos hechos en el parlamento confirman la opinión de que los debates van a ser largos y plantea la posibilidad de que no se tome una decisión antes del término de las sesiones ordinarias. Como si lo anterior fuera poco, el resto de proyectos estan muy atrasados y se ve muy difícil que incluso se llegue a presentar ponencia sobre ellos en este año.
Las trabas del paquete fiscal en el Congreso tienen especial relevancia frente al informe del Fondo Monetario Internacional y las presiones de los bancos internacionales para reducir el déficit del sector central. De no llegarse a una decisión de fondo en los meses que quedan de 1984, algunas personas han planteado la posibilidad de sesiones extraordinarias del legislativo a partir del próximo enero, o bien la declaratoria de la emergencia económica por parte del Presidente.
Con todo, no se sabe cómo estará el clima político para cualquiera de las dos alternativas citadas. En los ultimos días se ha notado un volumen inesperado de críticas a la gestion del equipo económico y una "Reivindicación" de labor del ex ministro Edgar Gutiérrez. La estrategia contraccionista que ha sido adoptada fue duramente atacada la semana anterior durante el congreso de Fenalco en Medellín, tanto por los miembros del gremio, como por la mayoría de los expositores ajenos a éste. El hecho de ser el comercio uno de los sectores que más ha sufrido en los últimos dos años, catalizó los reparos a las políticas del sector externo, el empleo y la producción, debido a su "falta de visión de largo plazo". Sin embargo, el gran signo de interrogación tiene que ver con el pragmatismo del ministro Junguito. La opinión de los observadores independientes es la de que no hay formulas mágicas para tratar los problemas de la economía y como resultado es casi imposible convencer al equipo económico de que cambien la medicina que parece haber recetado.-