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COJEA, PERO NO LLEGA

Ocho años cumple Félix Correa sin ninguna condena.

2 de julio de 1990

La crisis financiera legó muchos mitos, pero el más curioso de ellos tiene que ver con el ex banquero Félix Correa Maya, que no quiere salir de la cárcel porque se siente adentro más seguro que afuera. Sin embargo, el pasado viernes el mito quedó revaluado cuando un juez negó por quinta vez la libertad del dueño del desaparecido Grupo Colombia, la misma por la que sus abogados vienen luchando enconadamente.
De cuarenta acusados del "affaire" Banco Nacional, Correa Maya ha sufrido con mayor rigor las sindicaciones de las autoridades y ha confirmado que ha sido el único entre muchos que ha entrado en la cárcel sin encontrar el mecanismo para abandonarla. Sobran los ejemplos Mosquera, Michelsen, Uribe, Robles, para sólo citar algunos.
Lo cierto es que cuando Félix Correa Maya se apresta a cumplir el octavo año en prisión, no hay una sola condena en su contra. Al menos ocho procesos se encuentran acumulados con acusaciones por asociación para delinquir y estafa. Los mismos tienen que ver con los Bancos Nacional y del Estado, Mercantil de Factoring, Mercantil de Leasing, Inversiones Oro, Furatena, Banco de la República y Banco Perrine. Prescribieron los de falsedad y abuso de confianza.
Pasan y pasan los años sin que el caso Félix Correa tenga un desenlace y aparentemente ningún progreso. Los expertos en el tema financiero aseguran que cada uno de los casos de la crisis podría llevar a un juez a ejecutar una investigación seria, sólo en el término de tres años.
¿Pero, por qué sucede todo esto?. La magnitud del colapso del sector financiero fue tal, que las autoridades de vigilancia y control que conocieron en primera instancia las indagaciones y las judiciales que las abordaron después, fueron tomadas por sorpresa y al menos con una total inexperiencia Muchos de los jueces y magistrados que manejaron los expedientes, conocedores apenas de la Constitución y los códigos, debieron someterse entonces a cursos intensivos de legislación bancaria y de aspectos basicos del devenir económico.
En general, poco conocían los administradores de justicia sobre una carta de crédito, una empresa de leasing o factoring ( por lo demas no reglamentadas), un asiento contable o la nueva y temeraria figura del autopréstamo. Ninguna condena sobre el particular, exactamente ocho años después de los sucesos, corrobora la situación. Con elementos de juicio tan reducidos, los resultados no podían ser sino desastrosos.
En abril de 1988 la Corte Suprema de Justicia ordenó a la Procuraduría investigar disciplinariamente a la magistrada Luz Stella Mosquera de Meneses, del Tribunal Superior de Bogota, porque sólo en diciembre 2 de 1987 registró un proyecto de decisión en el proceso contra Félix Correa que le fue entregado el 4 de junio de 1985. Dos años y medio con un expediente que casi que atendió exclusivamente porque fue exonerada de reparto de otros para que pudiera concentrarse en el caso.
En círculos judiciales se cree que Félix Correa Maya podrá ser condenado, en caso de producirse algún fallo, a quince años de prisión. Según sus abogados, el banquero al menos ha cumplido catorce años. A esa cifra se llega cuando se hace una "dosificación", como se llama en el mundillo jurisdiccional, de las penas que prevén los códigos para los delitos involucrados. Por la"ley de la visita del Papa", una especie de amnistía, tiene derecho a reducción de una sexta parte de la pena.
Segun el artículo 72 del Código de Procedimiento Penal, al cumplir dos terceras partes de la pena, tiene derecho a la libertad teniendo en cuenta su personalidad, su buena conducta en el establecimiento carcelario y si sus antecedentes en todo orden "permiten suponer su readaptación social". En este punto sus allegados certifican la buena conducta, la que debe en algún caso respaldar el Consejo Disciplinario de La Modelo. Sin embargo, el Juzgado Cuarto Superior consideró el pasado fin de semana que todos estos supuestos aún no se dan con el sindicado. En ese despacho se encuentran acumulados todos los procesos contra Correa Maya.
Así las cosas, de los mitos creados en los campos económico, financiero y comercial sobre lo sucedido en 1982, del judicial poco o nada se quiere hablar. Las condenas no aparecen, pero tampoco las absoluciones. Mientras tanto el caso Félix Correa confirma la veracidad de otro "mito": el de la aplicación selectiva de la justicia. Tratamientos totalmente diferentes se han aplicado por los mismos delitos y mientras algunos nunca entran en la cárcel, otros nunca salen.
Increíble como pueda sonar, Félix Correa ha pasado más tiempo detrás de las rejas que el noventa por ciento de las personas condenadas por homicidio en Colombia.