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Amylkar Acosta, Ministro de Minas y Energía.

HIDROCARBUROS

La carrera para conseguir más petróleo

Colombia lanzó un programa para ofertar 98 bloques exploratorios de petróleo.

25 de mayo de 2014

El ministro de minas y Energía, Amylkar Acosta, anunció hace pocos días que Colombia tiene reservas de petróleo solo para 6,6 años. Es decir, ya no son los siete años de autosuficiencia que se mantuvieron durante mucho tiempo, lo que indica que se acerca el día en que el país se puede convertir en un importador de hidrocarburos.

Aunque el gobierno insiste en que los últimos siete años el incremento en las reservas ha sido de más del 80 por ciento –hoy están en 2.447 millones de barriles- este inventario se está agotando a mayor velocidad.

Por esto Colombia está en una carrera por encontrar nuevos recursos energéticos. La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) lanzó la Ronda Colombia 2014, un programa por medio del cual ofertará 98 bloques exploratorios que cubren 18 millones de hectáreas. Se espera recibir una inversión adicional en el sector por 2.600 millones de dólares con la participación de empresas nacionales y extranjeras.

El próximo 23 de julio las compañías nacionales y extranjeras decidirán a qué proyectos se apuntan. Hasta el momento, 46 empresas solicitaron información de los bloques ofertados. Hay interés de grandes petroleras como Shell, Total, Mansarovar, Marathon, Anadarko y Petrogal, Statoil, entre otras.

Si bien cerca de la mitad de los bloques ofertados corresponde a hidrocarburos convencionales, a diferencia de las rondas anteriores, la gran apuesta está en el petróleo y el gas no convencional (shale oil y shale gas).

Los no convencionales son los que están a mayores profundidades, atrapados en rocas de esquisto y que requieren cuantiosas inversiones y tecnologías de punta. Del total de bloques que se ofertarán, 18 corresponden a esta categoría. Se encuentran en el Magdalena Medio, Llanos Orientales, Catatumbo y los departamentos de Cesar y Putumayo. Compañías petroleras como Ecopetrol, ExxonMobil y Shell, son las más interesadas en estos yacimientos.

La exploración de estos hidrocarburos viene precedida de una gran polémica por el posible impacto negativo en el medio ambiente, a raíz de algunos hechos desafortunados ocurridos en Estados Unidos, el principal productor de shale gas. Sin embargo, en ese país ha provocado una verdadera revolución en el sector energético. Estados Unidos pasó de importador a exportador de gas. Actualmente cerca del 40 por ciento de la producción de gas en esta nación corresponde al shale.

Pero, además de los no convencionales, la otra gran apuesta de Colombia es el petróleo y gas off shore (costa afuera), para lo cual se subastarán 19 bloques ubicados en las costas Atlántica y Pacífica.

El director de la ANH, Javier Betancourt, anunció en el Congreso Internacional de Minería y Petróleo, realizado en Cartagena, que, en un escenario base, Colombia tiene el potencial de agregar más de 10.000 millones de barriles de crudo en los próximos 20 años con estos nuevos descubrimientos. Siendo más optimista, el país podría incorporar más del doble de estas reservas. En gas también se duplicarían las reservas que pasarían de cinco a 11 tera pies cúbicos. “Colombia es el tercer país de Suramérica, después de Argentina y Brasil, con el mayor potencial de yacimientos de ‘shale’ gas y ‘shale’ oil”, dice Betancurt.

El gobierno aprobó algunas normas regulatorias y trabaja en las normas técnicas para permitir explotar estos hidrocarburos. Concretamente, el Ministerio del Medio Ambiente prepara la reglamentación sobre el tema. Las mayores dudas están en el impacto en las aguas subterráneas y superficiales así como en el uso de materiales radioactivos y las microsismicidades. La tecnología no convencional requiere fracturar las rocas con agua a alta presión e inyectar grandes cantidades de vapor y químicos para que los líquidos fluyan a la superficie.

Pero aunque el gobierno presenta un panorama optimista, la industria petrolera mantiene sus reservas frente a los nuevos descubrimientos debido a los obstáculos que se han presentado en los últimos años.

El presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), Alejandro Martínez, dice que para acelerar la búsqueda de reservas es necesario que el gobierno agilice la expedición de licencias ambientales, que demoran hasta 16 meses. La otra gran preocupación son las protestas de las comunidades que en varias ocasiones han interrumpido la producción y el transporte de crudo. Uno de los casos más recientes es la parálisis durante casi dos meses del oleoducto Caño Limón Coveñas por parte de la comunidad U’wa.

A ello se suman los atentados a la infraestructura petrolera que están en ascenso. Solo el año pasado se registraron 230, lo que se convierte en un factor desestabilizador para el sector.

Pero Colombia, el cuarto productor de petróleo de América Latina después de Venezuela, México y Brasil, no solo tiene que eliminar estos obstáculos internos sino que tiene que volverse más competitivo para estar en el radar petrolero mundial. El tema es crucial en momentos en que la mayoría de países de la región están haciendo grandes esfuerzos para atraer inversión extranjera.

En el mundo hay más de 3.000 bloques petroleros que están en oferta y en ese escenario compiten todas las naciones. Así quedó demostrado en la conferencia sobre energía realizada en La Jolla (California), a instancias del Instituto de las Américas.

Este fue el escenario propicio para que varios países presentaran los planes para atraer inversión. Uno de esos casos es México, que después de 75 años de haber nacionalizado su industria petrolera decidió abrir sus puertas al capital privado y extranjero. La reforma al sector de hidrocarburos permite que Petróleos Mexicanos (Pemex), el gigante de la industria azteca, firme contratos de producción y utilidad compartida. México produce 2,5 millones de barriles de crudo al día y tiene reservas equivalentes (crudo y gas) de 10.300 millones de barriles.

Brasil, por su parte, tiene la mira puesta en las gigantescas reservas del Presal

(a cinco kilómetros de la superficie del mar bajo una gran capa de sal), que podrían producir 1.400 millones de barriles diarios. A finales del año pasado realizó una subasta en la que ganó un consorcio conformado por cinco multinacionales que explorarán esta reserva junto con Petrobras.

Argentina, que tiene reservas por 2.800 millones de barriles, está pendiente del yacimiento Vaca Muerta que sería la segunda reserva no convencional del mundo, después de Estados Unidos. La producción gaucha es de 540.000 barriles de crudo al día.

En Ecuador hay un gran debate por el ingreso de inversionistas chinos que harán trabajos de exploración en una zona de la Amazonia declarada como una de las regiones más biodiversas del planeta.

Como se ve el panorama, Colombia no se puede dar el lujo de que sus recursos se agoten rápidamente porque son vitales para los municipios y departamentos productores y para la economía en general.

Si bien el país ha estado muy activo en la exploración de nuevos pozos-el año pasado se perforaron 115 y para este año se prevén cerca de 150-, la verdad es que varias compañías están ‘raspando la olla’. Es decir, están sacando hasta la última gota de crudo de pozos ya maduros. Otras están explorando crudos pesados, más difíciles y costosos de sacar a la superficie.

El impacto del sector de hidrocarburos en la economía es grande pues representa el 55 por ciento de las exportaciones totales, y recibe el 33 por ciento de la inversión extranjera directa que llega al país. Adicionalmente, entre impuestos, dividendos y regalías cada año esta actividad le gira a la Nación alrededor de 33 billones de pesos. La dependencia de las regiones productoras es mayor ya que anualmente reciben más de 9 billones de pesos. Esto explica por qué la carrera energética es un asunto prioritario para el país y para quien sea que llegue a la Casa de Nariño el próximo 7 de agosto. n

“Colombia es el tercer país de Suramérica, después de Argentina y Brasil, con el mayor potencial de yacimientos de ‘shale gas’ ”