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Y COMO ESTAS DE SALUD?

LUEGO DE UN AÑO DE HABER HECHO SU DEBUT, LAS ENTIDADES PROMOTORAS DE SALUD ARROJAN RESULTADOS CONTRADICTORIOS.

4 de marzo de 1996

Cuando el Congreso aprobó la reforma a la seguridad social el 2 de diciembre de 1993 muchos creyeron que los usuarios del Instituto de Seguros Sociales iban a salir corriendo para contratar sus planes de salud con las nacientes Entidades Promotoras de Salud -EPS-. Pero no hubo tal afán. Según datos preliminares del Ministerio de Salud, el sistema tenía a diciembre de 1995 unos 560.000 cotizantes (1.530.000 usuarios) menos que las administradoras de pensiones, que a la misma fecha andaban por 1.700.000 afiliados.Algunos consideran esta diferencia sorprendente si se tiene en cuenta que ambos esquemas nacieron al mismo tiempo y que las decisiones sobre pensiones son más complejas que en salud, pues implican una inversión a largo plazo. Otros, por su parte, sostienen que este fenómeno obedece a problemas de orden gubernamental, pues la reglamentación de las EPS fue más lenta. Incluso hay quienes afirman que estuvo varios meses metida en el congelador, y ante esta incertidumbre las empresas tampoco metieron el acelerador. Sólo cuando el panorama estuvo claro, a mediados del año pasado, las EPS tomaron forma. Hoy hay 25 empresas, 18 privadas y siete públicas, incluido el Instituto de Seguros Sociales. Por otra parte, todas las fuentes consultadas por SEMANA coincidieron en afirmar que la poca difusión del nuevo sistema también ha influido y que al público le ha parecido bastante engorroso el rosario de siglas de la reforma.La cautela de los inversionistas es comprensible pues a pesar de las buenas expectativas en el mediano plazo, el negocio de las EPS es muy delicado. La clave de su éxito está en los grandes volúmenes: cada empresa recibe por usuario 11.500 pesos mensuales, que es el valor actual de la Unidad de Cotización Per cápita -UPC-. Pero además de lograr un número importante de afiliados, el sistema impone retos administrativos a las empresas ya que deben lograr una maximización de sus recursos. Uno de esos desafíos es la construcción de centros de atención básica propios, de manera que las EPS presten directamente los servicios, minimicen costos y mantengan un contacto directo con los clientes.En esta guerra del centavo las EPS han encontrado varios cuellos de botella en el costo de sus insumos: las tarifas de los hospitales públicos oscilan sin criterio alguno, tanto que en algunos casos son más altas que las de las instituciones privadas. El Ministerio de Salud sostiene que se trata de una dificultad temporal y que antes del 30 abril expedirá una política sobre esta materia. Pero si con los centros asistenciales ha habido problemas, con los médicos las cosas no han sido más fáciles. Las agremiaciones profesionales han manifestado abiertamente su inconformidad con las tarifas ofrecidas por las EPS. Además están molestos porque las compañías están trabajando ante todo con médicos generales.El monto de la Unidad de Cotización Per cápita es otro dolor de cabeza. Es demasiado bajo, y en criterio de la Asociación Colombiana de Medicina Integral -Acemi-, fue establecido más con base en la disponibilidad de recursos que en los costos que deben asumir las EPS. Según el gremio, una prueba de esa política es que la UPC fue disminuida durante la gestión del entonces ministro Alonso Gómez. Cabe anotar que el Ministerio de Salud niega enfáticamente que una rebaja como esa haya ocurrido.Con unos márgenes de utilidad prácticamente nulos en los paquetes obligatorios de salud, las EPS consideran que gran parte del negocio está, por ahora, en los planes complementarios, que funcionan como las medicinas prepagadas. A pesar de que llegar a 1.500.000 usuarios en un año es un logro notorio -los chilenos sólo alcanzaron esa cifra en cinco años- lo cierto es que la supervivencia del esquema en el futuro dependerá de las decisiones que el gobierno adopte sobre aspectos como las tarifas hospitalarias y los honorarios médicos. Ningún negocio en el mundo aguanta si sus costos son mayores que sus ingresos.