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COMO INVERTIR SU DINERO EN 1988

14 de marzo de 1988

ARTE
En estos días, el amor al arte está bien remunerado. Las inversiones en este sector han renacido y un buen número de personas están siendo tentadas por esta inversión segura, libre de impuestos y sin los albures de los bienes que se pasan de moda o se deterioran con su uso. Por lo anterior, no es extraño, según cuentan los expertos, que haya hoy en el país, colecciones privadas de 100 y más cuadros.

Lo que antes era una inversión de Duques apoltronados y decadentes y condesas románticas, es hoy un mercado dinámico en el cual se están obteniendo espectaculares ganancias en distintos países del mundo. Basta recordar que un cuadro de Vicent Van Gogh, comprado hace 40 años en 47 mil dólares, fue noticia internacional hace algunas semanas al batir todos los récords y ser vendido en 53.9 millones de dólares.

Guardadas todas las proporciones, esta bonanza también ha llegado al mercado nacional del arte. "Un conocido cuadro del pintor Enrique Grau aumentó su precio en 5 millones de pesos en un sólo año", relató a SEMANA un dealer de arte en Bogotá. "En otro rango de precios--agregó-- también hubo muchas ganancias. Algunos cuadros del pintor de principios de siglo, Miguel Díaz Vargas, se compraban hace 3 años en 50 mil pesos y hoy valen más de 300 mil", lo que da una rentabilidad del 81% anual, que difícilmente se puede encontrar en la Bolsa de Valores, en la industria o en la finca raíz.

Para los no iniciados, este mercado del arte puede resultar claro está, demasiado complicado. En principio, se puede creer que los precios se mueven allí al azar o al capricho de 2 ó 3 críticos. Sin embargo, su funcionamiento tiene algunas reglas que en general se cumplen. Se puede esperar, por ejemplo, que los precios de un cuadro o de una escultura aumenten cuando muere su autor. Ese fenómeno, que internacionalmente está haciendo que, por ejemplo, los precios actuales de un Dalí se disparen, también se presenta en Colombia. Otra forma de prever un aumento de precios de determinado artista es si se está preparando para una próxima exposición.

Pero las inversiones no se limitan a los pintores y escultores consagrados. Es muy buen negocio comprar obras de pintores jóvenes que inician su carrera. Esto es altamente riesgoso, pero si se cuenta con la asesoría de quienes conocen el mercado, la cosa puede funcionar a las mil maravillas.

Específicamente en cuanto a las expectativas para 1988, la clave parece estar en redescubrir lo bueno del arte colombiano en todas las épocas. Según Gloria Zea, directora del Museo de Arte Moderno de Bogotá, "en Colombia, la gente se ha dedicado a invertir en 4 nombres, ignorando el resto de la pintura". En efecto, Botero, Grau, Obregón y los demás Intocables de la plástica nacional, son los nombres de rigor en las listas de los coleccionistas criollos, pero a estos maestros se deberán agregar a partir del 88, las firmas de Andrés de Santamaría, Miguel Díaz Vargas, Marco Ospina, Ricardo Gómez Campuzano, así como Luis Caballero y Santiago Cárdenas.

La directora del Museo agregó que "para el 88, todo el siglo XIX es excelente inversión, y en ese grupo, Ignacio Gómez Jaramillo es quizá uno de los más importantes, a pesar de que ha sido ignorado durante muchos años".

En cuanto a los contemporáneos, hay nombres que son garantía de inversión: aparte de Botero y Obregón de los años 60, están Lorenzo Jaramillo, Ana María Rueda, Víctor Laignelet, Backy Mayer, Tony Bayda, según las recomendaciones de Aseneth Velásquez, de la prestigiosa galería Garcés Velásquez.

Para Julio Viana, conocido dealer de Medellín, es bueno poner el ojo en Darío Morales, "quien al igual que Obregón, no está vendiendo por ahora en Colombia, sino casi exclusivamente en Nueva York".

En fin, las inversiones en arte no sólo están de moda, sino que además han abierto una nueva y fascinante puerta para aquellos que hoy se preguntan qué hacer con su dinero en 1988.-