PROYECCIONES
PIB per cápita a la baja y crecimiento más lento ve el FMI
Colombia crecería 3,5% este año y 3,8% el siguiente. Organismo advierte sobre los riesgos de reformas que trae el descontento social.
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La escasez de inversión, el lento aumento de la productividad, un clima poco propicio para los negocios y la baja calidad de la infraestructura y de la educación son algunas de las razones que hacen que los países latinoamericanos, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), crezcan a paso lento y que este año solo avancen 1,6%, que si bien es una cifra mejor a la de 2019 (cuando se estima en 0,1%), sigue siendo muy poco para las necesidades de la región.
Prueba de ello es que el PIB real per cápita latinoamericano disminuyó 0,6% por año en promedio durante el período 2014–2019, en marcado contraste con el aumento medio anual de 2% que registró durante el auge de las materias primas (2000–2013).
Según la encuesta de LatinFocus, el PIB per cápita promedio de América Latina terminó el año pasado en US$8.487, con Uruguay a la cabeza con US$15.988 y Venezuela en la cola con US$2.899. Colombia estaría en la mitad de la tabla con US$6.309.
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Otros factores que según Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, limitan el crecimiento regional son el bajo nivel del crecimiento mundial y de los precios de las materias primas, la fuerte incertidumbre en torno a las políticas económicas, el rebalanceo económico en algunas economías y la tensión social en otras.
Específicamente, este último tema, que ya se dio en Bolivia, Colombia, Chile y Ecuador y podría ampliarse a otras economías latinoamericanas, genera incertidumbre acerca de las políticas económicas que se tramiten para atender las demandas de los manifestantes y logar que el crecimiento sea más inclusivo.
“Las políticas económicas tendrán que encontrar un punto de equilibrio entre recomponer el margen de maniobra y mantener la estabilidad económica, por un lado, y, por otro, apoyar el crecimiento y reforzar la red de protección social”, señaló Werner en un blog en el que analiza las perspectivas de crecimiento regionales.
Agrega que aunque las causas de las tensiones sociales varían de un país a otro, estas en general reflejan una insatisfacción con ciertos aspectos de los sistemas económicos y políticos. “Fomentar la competencia será importante para evitar las prácticas monopolísticas que pueden perjudicar a los pobres de forma desproporcionada. Abordar la corrupción y mejorar la gestión de gobierno ayudará a la representatividad de los sistemas políticos, pero es posible que se necesiten reformas más profundas”, puntualizó.
El funcionario del FMI también recomendó que la política fiscal se enfoque para respaldar el crecimiento, ampliar la red de protección social y mejorar la calidad de los bienes y servicios públicos. Acepta que en muchos países, el margen de recursos presupuestarios que pueden destinarse al gasto sigue restringido por los altos niveles de déficit y deuda pública, pero dice que esos países tendrán que mejorar la eficiencia del gasto, reasignarlo de áreas no prioritarias hacia la inversión pública y las transferencias sociales, e incrementar los ingresos tributarios a mediano plazo para poder financiar nuevos aumentos en estos rubros.
Específicamente frente a Colombia, la proyección del FMI es que en este año el país crezca 3,5% y 3,8% el entrante. Estos pronósticos implican una baja de 0,1 puntos respecto al cálculo que había hecho el organismo en octubre pasado en el caso de 2020 y un aumento de 0,1 puntos para el dato de 2021.
El desempeño económico del país estará empujado por la fuerte demanda interna, al continuo apoyo monetario, la migración proveniente de Venezuela, las remesas, las obras civiles y el aumento de la inversión a raíz de modificaciones recientes de la política tributaria.