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Larry Page, CEO de Google, dice que sus competidores se están aliando para detener la penetración del sistema operativo Android.

CELULARES

Contraataque tecnológico

Google acaba de comprar Motorola para acortarle distancia a Apple. Mientras tanto, Microsoft espera salir beneficiado de este negocio, pues les abre las puertas a los fabricantes que quedaron inconformes con esa operación.

20 de agosto de 2011

El mundo de la tecnología vive días agitados. Las tres grandes potencias, Apple, Microsoft y Google, buscan la manera de expandirse y posicionarse en el mercado, y para ello están dispuestas a todo. Google acaba de dar el más reciente y sorpresivo ataque, con la compra de la línea de móviles de Motorola, negocio que vale 12.500 millones de dólares.

El buscador más popular del mundo se quedará con uno de los cinco principales fabricantes de teléfonos móviles, lo que ha puesto a todos los analistas a mirar lo que hay detrás de este negocio, y muchos ya advierten que se desatará una competencia feroz.

Lo que se está dando en este mercado de la telefonía celular desde hace unos cuatro años es una guerra millonaria en la que las compañías hacen lo que sea por valorizarse y posicionar su liderazgo.

A mediados del año pasado, Apple se montó en la cima del podio y superó en capitalización bursátil a su rival tecnológico, Microsoft, que hasta entonces era la de mayor valor en el mercado. Tras las exitosas ventas de iPhone y las primeras incursiones de iPad, logró descrestar al mundo, y los inversionistas así lo ratificaron. En mayo de 2010, Apple alcanzó un valor en bolsa de 222.000 millones de dólares, con lo que superó los 219.000 millones de dólares que valía Microsoft para la época.

Y Google no se queda atrás. Desde que cotiza su acción en el mercado bursátil en Nueva York, su capitalización pasó de 23.000 millones de dólares en 2004 a los 175.000 millones de dólares que alcanzó en el mes de junio pasado. Sin embargo, este ascenso ha sido menor al que esperaba Larry Page, CEO de Google. La razón es que aunque las ventas aumentan, sus costos operativos también y eso ha jugado en su contra recientemente.

Por eso, al asegurarse su propia unidad de fabricación de dispositivos móviles, Google quiere recortarles distancia a Apple y Microsoft. Al primero, porque le tomó mucha ventaja gracias a la exitosa integración que este ha logrado entre hardware y software con el atractivo iPhone, que en ventas a nivel mundial supera a todos sus rivales: solo en el segundo trimestre del año se vendieron 20,2 millones de estos smartphones. Y al segundo, porque es un competidor directo como buscador de internet con Bing y además porque le incomoda la alianza que sostiene con Nokia.

Esta operación es una respuesta directa a la llave Nokia-Microsoft. Desde comienzos de este año, la empresa finlandesa decidió utilizar el sistema operativo Windows, de Microsoft, y aunque eso no ha dado los resultados esperados por ninguna de las dos compañías, sí fue una jugada en contra de Android, la 'joya' operativa de Google. El lunes de la semana pasada, cuando se anunció la compra de Motorola, de carambola la acción de Nokia se disparó 10 por ciento, pues muchos creyeron que inmediatamente llegaría una oferta de Microsoft por sus acciones. Aunque nada de esto ha ocurrido hasta ahora, es una opción viable en esta montaña rusa tecnológica.

Ya hace algo más de un mes, Microsoft había dado un golpe psicológico a sus competidores, al pagar 8.500 millones por Skype, servicio que espera incluir próximamente en sus teléfonos.

Mientras tanto, para Google el efecto fue inverso. Confirmado el negocio, el título de Motorola se disparó casi 60 por ciento, pero sus papeles cayeron 3,3 por ciento.

Más allá de ese sube y baja bursátil, muchos analistas opinan que la compra de Motorola es una estrategia de supervivencia que hace Google para blindar a Android, un sistema que le ha dado muy buenos dividendos desde su lanzamiento, en 2007. Por ser gratuito, ha alcanzado un alto grado de penetración en el mercado de los celulares, situación que lo puso en la mira de sus competidores. De ahí que los ataques no se hayan hecho esperar.

Hoy en día hay activados unos 150 millones de dispositivos Android en el mundo y diariamente se suman 550.000 más a través de una red de 39 fabricantes y 231 operadores en 123 países. Por eso, la semana pasada, cuando Larry Page, CEO de Google, anunció el negocio de Motorola, lo justificó al decir que era tal el fenómeno de Android que se habían visto obligados a buscar nuevas maneras de impulsar todo el potencial de ese ecosistema.

De otro lado, y para contener este evidente avance, han surgido -por conveniencia- unas alianzas nunca antes imaginadas entre los rivales de Google en el mercado de celulares. Así, a los tribunales de justicia de Estados Unidos llegan casi a diario demandas por propiedad intelectual, en una nueva contienda que reclama derechos por el uso de las patentes. "Hay que frenar al enemigo como sea, y aunque al final pocas de estas nuevas amistades sobrevivirán, lo clave por ahora es obstaculizar a Android", afirma Stuart Miles, del sitio especializado en el mercado móvil Pocket-lint.com. En esta confrontación directa, Google ya ha perdido batallas y recibido fuertes golpes. Hace un par de meses, no pudo imponer su intención de adquirir 6.000 patentes de Nortel. Fue derrotado por un grupo conformado por Apple, Microsoft, RIM, Ericsson y Sony, que se aseguraron ese portafolio por 4.500 millones de dólares.

Por eso, el negocio de Motorola tiene más implicaciones. Alberto Arébalos, director de Comunicaciones Corporativas para América Latina de Google, le dijo a SEMANA que "una vez empiece a funcionar esta alianza, los usuarios de Android no solo podrán acceder a mejores equipos celulares y tabletas, sino que los fabricantes también tendrán mayores garantías", pues al comprar Motorola, Google no solo adquirió personal y plantas de producción y desarrollo, sino el derecho a unas 15.000 patentes.

¿Cómo quedan parados ahora los competidores de Google y qué pueden estar pensando otros fabricantes diferentes a Motorola que también usan Android?

Lo primero que debe hacer Google es tratar de calmar las aguas de puertas para adentro, como sugirió John McCarthy, vicepresidente de la firma de análisis de mercado Forrester Research, en la página web BBC Mundo. "El trabajo de Google será convencer a Samsung, Sony Ericsson, HTC y LG de que seguirá siendo el proveedor de su sistema operativo y que la llegada de Motorola no significará competencia directa, y eso no es nada fácil".

Aunque Larry Page parece tenerlo claro. Por eso, antes de que se alborotaran sus aliados, les envió una señal de calma. "Gestionaremos Motorola como una empresa separada. Muchos de nuestros socios han contribuido al éxito de Android y queremos seguir trabajando con todos", agregó.

Por los lados de Nokia y RIM (BlackBerry) hay esperanza de que esta movida de Google juegue en contra del buscador y termine por favorecerlos. Sus equipos han ido perdiendo participación de mercado y esperan el descontento de los fabricantes que optaron por Android, para que se vuelva a barajar y les llegue una etapa de resurgimiento. Sin embargo, Mike Abramsky, analista de RSB Capital Markets, cree que RIM ya tocó el cielo y nada detendrá su descenso.

Apple tampoco es que mire todo desde un lugar infranqueable; por eso, su respuesta inmediata debe ser sacar algunos de los productos de Google que ofrece en sus dispositivos. Además, a Steve Jobs no le temblará la mano para continuar su estrategia de demandar por patentes a todos los que usen Android.

Microsoft, en cambio, podría resultar ganador. Si los fabricantes de smartphones deciden buscar un software diferente a Android, esa empresa estaría dispuesta a ser ese refugio natural con su sistema Windows Phone 7.

Por ahora nada está escrito y mientras se concreta la unión de Google con Motorola, en unos 18 meses aproximadamente, todo será especulación. Lo que sí hay que esperar es que el consumidor final sea el más beneficiado.