Los cultivos de yuca en el país no están mecanizados y eso ha afectado su productividad y eficiencia. | Foto: Getty Images

COSTO DE VIDA

La yuca se subió de estrato

Los precios de este tubérculo registran un alza de casi 50% en el último año. No obstante, las variaciones en las cotizaciones de los alimentos en el cálculo del IPC cada vez son menores. Según las cifras de febrero, los celulares están cayendo de precio.

8 de marzo de 2019

La papa ha sido por años el ‘coco’ de la inflación, pues sus variaciones de precios han sido determinantes para establecer si cae o sube el costo de vida en el país. Sin embargo, este tubérculo ha perdido protagonismo en el cálculo del Índice de Precios al Consumidor (IPC), que mide mensualmente el Dane.

Bajo la nueva metodología del IPC, la infaltable papa y otros alimentos básicos en la dieta de los colombianos, ya no pesan tanto en el dato final de inflación y se le dio prioridad a otros gastos que ocupan una mayor parte del bolsillo de los colombianos, en particular los que tienen que ver con vivienda.

En los dos primeros meses de 2019, el precio de la papa subió 9,27%. Pese a ello el costo de vida tan solo subió 1,18%. Esto se explica porque la papa únicamente aportó 0,03% de ese dato. Los dos gastos que más influyeron en la cifra final de inflación fueron transporte urbano y comidas en establecimientos de servicio a la mesa y autoservicio, cada uno puso 0,14%. Estos subieron de precio 3,10% y 2,25%, respectivamente.

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Pese a lo anterior, habría otro factor que podría explicar la pérdida de protagonismo de la papa y es que otros alimentos han subido mucho más. En particular la yuca, que en aunque los dos primeros meses de este año solo se encareció 0,32%, en los últimos doce meses su precio se disparó 48,60%. En ese mismo período la cotización de la papa, por el contrario, bajó en 1,33%.

De hecho las cifras del Dane muestran que la yuca es el producto de la canasta familiar que más subió de precio en el último año, seguida de la arracacha, el ñame y otros tubérculos.

Álvaro Palacio, presidente de Asohofrucol, el gremio de los productores de frutas y verduras, atribuye el encarecimiento de la yuca a los ciclos del negocio agrícola que incentivan la siembra cuando el precio está alto (como en este momento) y luego cuando el precio baja muy pocos se animan a sembrar. “Actualmente muchos están sembrando y es posible esperar una caída de precio dentro de un año”, sostiene.

En Corabastos confirman que la yuca, así como la alverja verde y la papa criolla están caros, por una reducción de oferta. De 28 a 30 viajes diarios de yuca que llegaban a la mayor central de abastos del país, hoy se registran entre 12 y 15 al día. El precio de la bolsa de 30 kilos en esta mayorista ha estado en $60.000 en promedio en el último año, lo que implica que al consumidor final la libra le llega a entre $1.000 y $1.500.

Luz Mery, una ama de casa que adquiere semanalmente su canasta familiar, confirma que está comprando poca yuca por su elevado precio, al tiempo que dejó la papa criolla para pocas ocasiones.

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Las distancias

Otro factor que afecta a la yuca es que las zonas de producción, principalmente Llanos y Eje Cafetero, a veces están más cerca de otras ciudades y por temas logísticos y precio, prefieren surtir esas zonas, que por ejemplo a Bogotá. Mucha oferta se desplaza de los Llanos a los Santaderes, donde pagan mejor, pues hay un consumo alto.

Palacio considera que el problema particular de este tubérculo es que su cultivo no está mecanizado en el país y no hay muchas empresas que trabajen en su industrialización. Existen algunas pocas que producen el almidón de yuca para repostería, pero lo que se ve más son yucas secadas y procedas al sol, lo que no permite generar eficiencias y rentabilidades. Esto no solo es un problema de la yuca, sino del campo en general.

Diego Camacho, director de Investigaciones Económicas de Ultraserfinco, explica que la nueva metodología para la medición del IPC, en donde los alimentos pesan menos, busca evitar justamente la volatilidad de los precios de los productos del campo, cuya oferta sube y baja dependiendo de varios factores como el clima. Eso, en su concepto, le da más estabilidad al dato de inflación. No obstante, se pregunta si al actualizar la canasta familiar de verdad se ajustó a los nuevos hábitos de consumo de los colombianos, pues no es claro, por qué en el cálculo del dato del IPC pesa más la variación del tabaco (que subió 15,17% en el último año), que la de la yuca. La lógica indicaría que hay más personas comprando el tubérculo, que cigarrillos, en especial con todas las campañas antitabaco.

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En el otro espectro de la canasta familiar están los equipos de telefonía móvil, similares y reparación, que con una caída anual de su precio de 17,64% fueron el producto de la canasta familiar con menor inflación de los últimos 12 meses.

Expertos en tecnología considera que esto se debe a que el mercado está saturado y las fabricantes de celulares se han visto obligadas a bajar precios y bajar proyecciones de ingresos.

Sin embargo, vuelve el debate sobre la metodología del IPC, pues el gasto en aparatos celulares no es permanente, sino que se da una vez al año.

El cambio en la metodología para calcular el IPC era necesario por las transformaciones que ha tenido el consumo en el país. Falta darle un compás de espera para que analistas y colombianos de a pie entiendan cómo se está midiendo su costo de vida.

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