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El presidente ejecutivo del Deutsche Bank, John Cryan, adelanta gestiones para disminuir a una tercera parte la millonaria multa. | Foto: A.F.P.

CRISIS

Deutsche Bank: un poderoso en apuros

El gigante alemán multado en Estados Unidos con 14.000 millones de dólares, afronta su peor momento. Su acción se desplomó y ha tenido que vender activos para enfrentar la crisis.

8 de octubre de 2016

El Deutsche Bank (DB), fundado hace más de 140 años, el mayor banco de inversión de Alemania y uno de los diez más grandes del mundo, está contra las cuerdas.

Su capitalización bursátil (valor de mercado) se ha desplomado más del 50 por ciento en lo corrido del año y hoy está por debajo de 15.000 millones de dólares. El precio de la acción está en menos de 12 euros, una caída de más del 80 por ciento frente a 2007 cuando superaba los 100 euros.

Esa institución bancaria recibió el pasado 15 de septiembre un duro golpe. Según el diario The Wall Street Journal, el Departamento de Justicia de Estados Unidos le impuso una multa por 14.000 millones de dólares (casi lo equivalente a su capitalización bursátil) por vender, antes de la crisis financiera de 2008, derivados (productos financieros) sobre hipotecas subprime, que eran activos tóxicos.  

La acusación sostiene que, al igual que muchas entidades de Estados Unidos, el DB engañó a sus clientes con papeles basura o de alto riesgo. Esto ha llevado a que algunos lo comparen con Lehman Brothers, el banco de inversión estadounidense que al quebrar en 2008 arrastró varias entidades financieras y provocó una crisis mundial sin precedentes.

John Cryan, presidente ejecutivo del Deutsche Bank, ha señalado que la entidad “no pagará una cifra ni remotamente cercana a los 14.000 millones de dólares”, que pretende el Departamento de Justicia. Por eso, en los últimos días ha emprendido acciones para conciliar por una tercera parte -alrededor de 5.500 millones de dólares-.

Pero aun si logra este arreglo, la situación sería muy complicada para el banco cuya situación financiera no está en su mejor momento. En los últimos meses ha tenido que salir a vender activos. El año pasado la entidad registró pérdidas históricas por 6.890 millones de dólares y tuvo que pagar otra multa impuesta por las autoridades de Estados Unidos y Gran Bretaña por 2.500 millones de dólares, por falsificación contable y manipulación de tasas de interés. Además, el banco tiene una alta exposición a derivados financieros y un elevado endeudamiento. Este año anunció que despediría 35.000 empleados, más del 30 por ciento de su planta de personal.

Todos estos factores han llevado a pensar a los analistas internacionales que el Deutsche está a las puertas de una ayuda económica del gobierno alemán. Sin embargo, el banco ha señalado que no recurrirá a un rescate. El  gobierno de la canciller, Angela Merkel, también lo ha descartado.  

Pero en los mercados internacionales creen que el gobierno terminará por lanzar un salvavidas  para evitar una quiebra y un efecto dominó que pondría en entredicho al sistema financiero alemán. De hecho, el Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que el Deutsche Bank “es el banco más susceptible del mundo de provocar daños, por un efecto dominó”. Los temores no son infundados. Commerzbank, el segundo mayor banco alemán, anunció un plan de reeestructuración que incluye eliminar uno de cada cinco puestos de trabajo.   

En el mercado atribuyen la difícil situación del Deutsche a la política del Banco Central Europeo (BCE), que mantiene bajísimas tasas de interés, lo que se ha traducido en pérdidas de ingresos. Sin embargo, para el presidente del BCE, Mario Draghi, los problemas de esta entidad tienen relación con su modelo de negocio, con su baja rentabilidad y menor competencia frente a otras instituciones.  

Y también está el tema de sus inversiones riesgosas en varios países, entre ellos Colombia. Cabe recordar que Estraval, la firma que manejaba libranzas extrabancarias, le vendió al banco alemán cerca de 23.000 pagarés por 77.800 millones de pesos, y una parte importante de este dinero podría perderse, porque muchos de estos títulos fueron negociados con varios inversionistas a la vez. Muchos se sorprenden que esto le pueda pasar al poderoso DB, que debía tener grandes controles y que terminó afectado por una pequeña firma del mercado. La suerte de este coloso se definirá en los próximos días. Aunque logre pagar una multa más baja a la impuesta en Estados Unidos, le espera un largo camino para solucionar sus problemas y recuperar la confianza de sus inversionistas.