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El candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas, durante el último acto de la campaña electoral para las elecciones autonómicas, el viernes. | Foto: EFE

MUNDO

Diez efectos de una eventual separación de Cataluña de España

Frente a la propuesta del nacionalista Artur Mas, un informe del Instituto de Estudios Económicos señala los riesgos económicos de una posible independencia catalana.

Víctor Diusabá, corresponsal de SEMANA en España
23 de noviembre de 2012

Cataluña este fin de semana deberá decidir. Se acercan las elecciones locales bajo la mirada de toda España -y, de hecho, de todo el continente-. Es una época difícil, en la que el discurso nacionalista está en plena efervecencia. Su principal representante es el político nacionalista catalán Artur Mas, quien busca la reelección de la presidencia de la Generalitat.
 
Si bien no las tiene todas consigo para hacerse de nuevo con el cargo, en España ya se hacen previsiones de una eventual secesión de la provincia. En estos tiempos de crisis en Europa, definitivamente es el bolsillo en que manda y este sería el panorama según el Instituto de Estudios Económicos español:
 
1- Se produciría un corralito financiero, luego de que las entidades bancarias de Cataluña perdieran su acceso al sistema del euro.
 
2- Una situación así desencadenaría una catarata de hechos que conspiran contra la economía de esa, una de las provincias más ricas e importantes de España. Entre esas consecuencias: devaluación extrema, mayor deuda, mayor desempleo y caída vertical del Producto Interno Bruto. En definitiva, caída de la renta.
 
3- Salida inmediata de la Unión Europea. Dice el Instituto de Estudios Económicos que si bien podría pedir el ingreso (a ese organismo y a todos los internacionales demás), es poco probable que lo obtenga, en la medida en que la integridad territorial de los estados que conforman la UE es parte fundamental de los tratado alcanzados a lo largo de su historia. Aparte, si a Cataluña se le llegara a dar tratamiento en calidad de estado, no serían pocos los movimientos nacionalistas que buscarían igual tratamiento, poniendo en calzas prietas el espíritu de la UE.
 
4- La condición de 'estado aislado' obligaría a un largo período de espera, mientras se resuelve su situación. Los expertos del IEE calculan en 30 años ese supuesto enganche a la UE y algunos años más a la Eurozona.
 
5- El hecho de salir de salir de la Eurozona, obligaría a los catalanes a mantener el euro como moneda propia o buscar una moneda nueva. En este último caso vendría el 'corralito' anunciado y la devaluación, aparte de ser un proceso que los economistas no dudan en calificar como muy costoso. Pero si eligen mantener el euro, pues este aparecería débil, en términos de credibilidad ante la comunidad internacional, y devaluado.
 
6- La separación de Cataluña traería consigo la implantación de fronteras. Los efectos de algo así son fáciles de medir: bajaría el consumo interno por cuenta de esos nuevos límites y, además, es obvio que se haga más difícil comerciar desde el exterior con un nuevo estado. En general, las ventas caerían. Y se calcula que el PIB se desplomaría un 20%.
 
7- Otro efecto inmediato sería la caída en un 50% de las exportaciones hacia el resto de España, lo que obligaría a recortes en la producción (18,1%); el 16,6% en el valor añadido; y nada menos que en el 16,5% en empleo. Para un país en el que el paro ronda el 25% ( indicador del que Cataluña no es ajena), los riesgos de llegar a cifras sin precedentes en el paro son inmensos.
 
8- Ni que decir de las exportaciones al resto del mundo, fruto de la supuesta exclusión de Unión Europea, en donde, por supuesto, se vería más afectada, porque su comercio con la región significa el 65,4% de sus mercados.
 
9- Con ese panorama y un abultado déficit, Cataluña ya no sería tan competitiva como lo es hoy y lo que sobrevendría sería una estampida de empresas dispuestas a buscar nuevos mercados o a conseguir mano de obra más barata.
 
10- Y lo dicho, el desempleo de dispararía. Dice el IEE que, de entrada, se pondría en riesgo uno de cada seis empleos.