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¿Dólar a $1.600?

Estudios serios indican que por más medidas que se tomen en el país, el dólar seguirá cayendo y que en seis o siete años podría llegar a los 1.600 pesos.

23 de octubre de 2010

Hasta hace poco tiempo, ni los más expertos economistas se atrevían a hacer pronósticos sobre el comportamiento de la tasa de cambio, pues los riesgos de fallar y quedar mal eran inmensos. Sin embargo, con las nuevas condiciones de una economía mundial inundada de dólares, ya no es tan complicado adivinar que la divisa estadounidense seguirá débil y, por consiguiente, la mayoría de las monedas del planeta continuarán fortaleciéndose en el mediano plazo. La apuesta de los economistas ahora es hasta dónde descenderá el dólar y por cuánto tiempo más los países emergentes tendrán que soportar la revaluación de sus monedas.

En el caso colombiano, estudios de analistas de los mercados coinciden en que en el corto y mediano plazo el peso seguirá apreciándose y que no habrá controles a los capitales que valgan para detener la avalancha de dólares que seguirá entrando al país. Visto a un año, en los mercados financieros creen que el dólar se moverá en un rango entre 1.740 y 1.840 pesos, más cerca de la base que del techo.

En una perspectiva de tiempo más amplia, las cosas son aún más contundentes. En un ejercicio con serios modelos económicos, Daniel Niño, director de Investigaciones Económicas del Grupo Bancolombia, pronostica que en seis años el dólar podría caer hasta los 1.600 pesos.

Para dar este pronóstico, que muchos considerarían arriesgado, Niño compara los flujos de capital que llegaron al país en la primera década del siglo XXI y los que se estima entrarán en los próximos 10 años. Esto le permite poner de relieve que el gran volumen de dólares que está desembarcando en Colombia tiene que ver más con las nuevas condiciones económicas del país que atraen a los inversionistas de largo plazo, que con los llamados capitales golondrinas, que entran y salen rápidamente motivados por el desorden financiero mundial. "Desde 2003, Colombia ha experimentado un proceso de apreciación cambiaria y se espera que este comportamiento bajista del tipo de cambio se mantenga durante los próximos años", dice el economista.

El estudio muestra que casi 78.000 millones de dólares llegaron a Colombia entre 2000 y 2009, de los cuales solo el 2,4 por ciento fue en inversión extranjera de portafolio (corto plazo). Y todo indica, según Niño, que entre 2011 y 2020 llegarán casi 178.000 millones de dólares, recursos que no provienen de deuda externa privada ni de inversión extranjera de portafolio. Corresponden básicamente a Inversión Extranjera Directa y a las inversiones anunciadas por Ecopetrol que ascenderán, según la empresa, a 80.000 millones de dólares en los próximos 10 años. Aunque la petrolera tiene planes en el exterior, el grueso de la estrategia de crecimiento está concentrado en el país. Para que la compañía alcance la meta de producción de 1,3 millones de barriles de petróleo por día, debe incorporar alrededor de 6.000 millones de reservas en los próximos 10 años, lo que implica un esfuerzo importante en actividades de exploración y desarrollo de reservas. Tendrá que destinar una importante suma de dinero para inversión.

Los analistas, que defienden la tesis de que el fortalecimiento del peso se explica en su mayor parte por las mejores perspectivas del país, destacan que Colombia ya entró en el radar de los inversionistas internacionales. Esto lo confirma el hecho de que ha sido incluido en el grupo de economías en desarrollo que conforman los llamados Civets (junto con Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica) y que de acuerdo con la Unidad de Inteligencia The Economist, se perfilan como destinos atractivos que reportarán un incremento del Producto Interno Bruto (PIB) del 4,5 por ciento en los próximos 20 años. Por encima incluso de las estimaciones para los países del G7, en torno al 1,8 por ciento. Hace poco la revista Newsweek consideró a Colombia como la nueva estrella del sur y afirmó que es un país al que debe prestársele atención.

Colombia tiene la tercera mayor población en Latinoamérica, después de Brasil y México, lo que -como dicen los economistas- le da una masa crítica con una enorme potencial de demanda interna. Precisamente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) destacó la semana pasada que el crecimiento de muchas economías de América Latina parece estar basado en una demanda interna vigorosa. Eso significa que sus perspectivas a corto plazo son positivas, aun si la recuperación de las economías avanzadas continúa siendo lenta. El FMI prevé que el PIB de América Latina crecerá en promedio 5,7 por ciento en 2010 e incluso algunos países registrarán un crecimiento por encima del 7 por ciento. Aunque el desempeño de Colombia podría estar en un rango menor (entre 4 y 5 por ciento), las perspectivas de la economía nacional son muy buenas, dice el gerente del Banco de la República, José Darío Uribe.

Julián Cárdenas, gerente de investigaciones económicas de la firma Corredores Asociados, cree que no hay forma de atajar la apreciación del peso. "A Colombia llegará mucha más plata, porque los inversionistas saben que hay mucho por hacer en innovación, infraestructura y tecnología. Tenemos que aceptar que la revaluación es de largo aliento".

Y si a las mejores perspectivas del país se agrega el panorama de una economía mundial inundada de dólares por la política de estímulo de la Fed (banco central de Estados Unidos), impedir el fortalecimiento del peso es una misión casi imposible. Es nadar contra corriente.

La semana pasada, la Fed expresó su preocupación por la debilidad que se ha observado nuevamente en la economía estadounidense y anunció nuevas acciones de gran envergadura que incluyen inyectar más liquidez a la economía. Los mercados calculan que en los próximos cinco meses, para tratar de reanimar la economía gringa, saldrán a circulación unos 600.000 millones de dólares (más de dos veces la economía colombiana), pues no hay forma de bajar las tasas de interés, que ya están casi en cero. The Wall Street Journal dice que es probable que parte de esos fondos acabe en los mercados emergentes que ofrecen retornos más jugosos y mejores perspectivas de crecimiento.

Palabras más, palabras menos, el dólar seguirá débil, y la mayoría de las monedas, fortaleciéndose. Y ahí sí, como dice el ex ministro de Hacienda Rodrigo Botero, intentar detener esta avalancha de dólares es como atajar un tsunami con una totuma.

Los analistas de mercado creen que así se presente algún repunte en la tasa de cambio, como ocurrió la semana pasada cuando el dólar volvió a ponerse por encima de los 1.800 pesos, esto podría ser solo flor de un día.

Remedios caseros

Ante una realidad tan contundente, es hora de pensar en ideas más ingeniosas para tratar de que la revaluación no termine por destruir más empresas y empleos.

Para el presidente de Anif, Sergio Clavijo, el gobierno y el Banco de la República están en mora de adoptar una serie de restricciones a los flujos de capital para combatir la apreciación cambiaria en el corto plazo. En el menú de opciones que propone Anif está el control al endeudamiento privado externo de menos de un año, el cual acumula incrementos cercanos a los 1.000 millones de dólares en el último año. Clavijo recuerda que una medida similar se aplicó exitosamente durante 2007-2008.

También se recomienda incrementar los controles a los llamados capitales golondrinas, lo que ya muchos países han venido adoptando. Incluso el FMI sugiere este tipo de medidas para los países emergentes que se están viendo afectados con la avalancha de divisas. En cuanto a las intervenciones del Emisor, hay discrepancias entre los analistas sobre la magnitud de las compras de divisas que debe hacer esta entidad. A diferencia de lo observado en la mayoría de sus similares en América Latina, el Banco de la República en Colombia ha decidido no intervenir tan agresivamente en el mercado cambiario. Su gerente, José Darío Uribe, dice que desde septiembre el Banco ha sido de los que menos han comprado dólares en el mercado y, contrario a lo que se pensaría, el peso colombiano es el que ha registrado una menor apreciación en esas semanas.

En lo que todos están de acuerdo es en que evitar una mayor monetización de los dividendos de Ecopetrol, como se ha planteado, podría ser la clave para frenar la caída del dólar. También son importantes medidas que busquen mejorar la competitividad de las empresas.

Incluso con todo este menú de opciones, nadie se imagina un escenario de un dólar de 2.250, como pidieron en el pasado los floricultores. Más bien, los colombianos tendrán que aprender a vivir con la revaluación.