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El dólar está por la nubes.

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Dólar por las nubes y acciones por el piso

El precio de la divisa no lo ataja nadie. Está por encima de los 2.420 pesos.

Los mercados siguen histéricos. Hoy el precio del dólar volvió a pegar otro gran salto y sobrepasó la barrera de los 2.400 pesos, una cifra que no estaba en los pronóstico de ningún analista hasta hace unas semanas.
La cotización de la divisa llegó a un precio máximo de 2.446 pesos, pero luego descendió y se mantiene, en promedio, en 2.424 pesos. Es decir, que en lo corrido del año la devaluación del peso colombiano es del 26 %.
 
Esta es una buena noticia para los exportadores, para las finanzas públicas y para los viajeros extranjeros que piensan visitar el país,  pero es muy mala señal para los importadores, los que piensan viajar al exterior y los empresarios que tienen deudas en dólares.

El brinco de la divisa es el resultado del derrumbe de los precios del petróleo que tiene con gran incertidumbre y preocupación a varias naciones productoras. Y es que en menos de cinco meses la cotización del crudo sufrió una caída estruendosa del 44 %, al pasar de 115 dólares el barril del Brent a 64 dólares.

La mayor oferta mundial de crudo unida a la guerra de precios de los países de la Opep para frenar el ascenso de Estados Unidos como gran productor de hidrocarburos no convencionales, son los responsables de que las cotizaciones del petróleo estén en esos niveles, los más bajos en cinco años.

Este descenso ha repercutido en las petroleras que están viendo un negro panorama. Ecopetrol ha retrocedió cerca del 50 % en lo corrido del año – está en niveles de 1.900 pesos, mientras que el título de Pacific Rubiales se ha descolgado alrededor del 60 %. La acción de Canacol es la que más ha caído (72 %), lo que tiene muy nerviosos a los inversionistas.

A ello se suma que no se han producido grandes descubrimientos de crudo en el país en los últimos años y que el nivel de reservas de petróleo en Colombia alcanza para menos de siete años.

El consejo de los analistas es que los inversionistas tengan calma y esperen a que pase la tormenta. El problema es que no se sabe cuánto durará.