Le sugerimos:¿Cuáles son los principales cambios que trae la Ley de Financiamiento?
Se trata de unos de los proyectos más ambiciosos de su gobierno con el cual esperaba al inicio recaudar 14 billones de pesos que, según los cálculos, hacían falta para garantizar las finanzas del Estado, y en especial sus programas sociales. Al final, en el proyecto terminó primando la máxima de Maturana según la cual “perder es ganar un poco”, porque aunque obtuvo un poco más de la mitad, el solo hecho de aprobarla ya era un triunfo político en medio de la álgida controversia que había levantado.
El gobierno llegó al final del año sin vivir la usual luna de miel que existe entre la Casa de Nariño y el Congreso en el primer año de mandato. La propuesta de gravar con IVA la canasta familiar cayó en reversa en los hogares colombianos y había impactado enormemente la confianza de los consumidores. Además, su ministro de Hacienda,
Alberto Carrasquilla, había enfrentado en esos mismos meses el debate por los bonos de agua denunciados por el columnista Daniel Coronell.
Por eso, la aprobación de la l
ey, que en todo caso recoge recursos importantes para el Estado, fue celebrada con bombos y platillos. Con los cambios aprobados a última hora el gobierno podría recaudar 8,3 billones de pesos según cálculos del senador Richard Aguilar, de Cambio Radical, pues a los 7,1 billones que contempla el gobierno se agregan 700.000 millones de una nueva tasa a los bancos y 500.000 más por gestión de la Dian. Pero el partido no ha terminado y todavía tendrá que pasar duras pruebas.
Para el gobierno esa alegría todavía no es completa. Minutos después de aprobada la ley que ahora el presidente sanciona, ya se anunciaron un número importante de demandas. Como se sabe, la ley debe pasar un minucioso examen en la Corte Constitucional que en el pasado le ha puesto el freno a muchas de estas iniciativas. El primero que anunció llevar esa pelea a la justicia fue Germán Vargas Lleras.
El exvicepresidente ha adquirido en los últimos meses un enorme poder dentro del Congreso y fue quizás el principal opositor a esa reforma. En una de sus columnas en El Tiempo la había calificado de "inequitativo y facilista" y había asegurado que "en su afán recaudador (el gobierno) impedirá, una vez más, que la política fiscal se ponga al servicio de la competitividad del país y de la generación de empleo productivo". Horas antes de la aprobación de la norma, Vargas había pedido a su bancada de Cambio Radical que no la votaran pues no podían "comprometer su responsabilidad política con semejante error".
Con la Ley de Financiamiento aprobada, Vargas no solo anunció la primera demanda contra esta, sino también su regreso a la profesión de abogado litigante. El exvicepresidente anda trabajando a marchas forzadas en ese recurso judicial que seguramente presentará apenas se acabe la vacancia judicial. El contenido de la demanda no se conoce, pero hay algunas pistas. Según dijo Vargas, la plenaria de la Cámara votó la Ley de Financiamiento sin que existiera un texto definitivo de lo aprobado por el Senado, y en el Congreso se omitió un trámite, el de la publicación del texto. “Qué irresponsabilidad”, aseguró. El excandidato presidencial le preguntó al presidente de la Cámara cuál era el contenido del texto de la Ley de Financiamiento que se votó ese miércoles 19 de diciembre, y al presidente del Senado le inquirió cuándo se conocería el texto aprobado en la noche del martes en el Senado.
La aprobación de la Ley de Financiamiento le devolvió la sonrisa al ministro de Hacienda, quien celebró con sus funcionarios y varios congresistas que apoyaban la iniciativa. Foto: diego vega-ministerio de hacienda