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EL DINERO DEL FUTURO

Llegan a Colombia el autoservicio electrónico y las tarjetas inteligentes, con lo que desapareceràn las chequeras, las libretas de ahorro y hasta los billetes.

8 de agosto de 1994

MIENTRAS LA SEMANA QUE PASO SE DIO un 'minidebate' sobre el exceso de monedas metálicas en circulación en Colombia, se registró la presentación de nuevos servicios financieros en el país que abren paso al dinero del futuro. Se trata de productos que aceleran la extinción, precisamente, de tan tradicionales y arraigados elementos como el billete, la moneda, la chequera y la libreta de ahorros, las paquidérmicas colas frente a las cajas, los complicados procesos de pago de servicios e impuestos, y la paciente consulta de saldos en pesados tomos de formas continuas. El énfasis está ahora en la banca electrónica, el autoservicio bancario y la cada vez más popular banca del hogar.

"La nueva filosofìa es que todo se haga desde casa, y poco o casi nada dentro de nuestras dependencias", dice Carlos Mario Toro, gerente del Departamento de Tecnología de Conavi, una de las entidades que, por filosofía, han decidido volcar su atención y los avances más modernos en sistemas del mundo al usuario común y corriente. El objetivo hacia el año 2000 es hacer de las oficinas bancarias unos centros eminentemente de asesoría.

La tecnología bancaria de punta, con escasos 15 años de funcionamiento en Colombia, ya coloca al país entre los mejor servidos del mundo. Marcha a ritmo tan acelerado que los procedimientos vigentes sólo parecían factibles en el siglo XXI. En los últimos meses se han registrado importantes adiciones al sistema bancario y de comercio tradicional. Visa Internacional lanzó Electron, para acceso a depósitos bancarios (que eliminarà la chequera con el paso de los años), Conavi presentó su tarjeta inteligente y Citibank montó el nuevo concepto del banco electrónico.

El del Citibank es un servicio totalmente automatizado, abierto al público las 24 horas del día. Este tipo de oficina futurista permite realizar las mismas operaciones que en una sucursal atendida por personal especializado. El Citicard Banking Center (CBC) incluye consignación y retiro de fondos, pago de servicios, consulta de saldos, movimiento entre cuentas, solicitud de chequeras, obtención de extractos y hechura de inversiones, entre otros.

"Nuestro lema es hacerle la vida al cliente más cómoda y amable", dice Santiago Aldana, integrante del equipo de mercadeo. El llamado dinero plástico, introducido en el mundo en 1949, es uno de los campos donde actualmente se presentan los más prodigiosos adelantos, especialmente en las tarjetas para retiro de fondos. En Colombia la llegada de estas tarjetas se produjo a finales de los 70, cuando el Banco de Colombia abrió sus primeros 10 Llavebancos en el territorio nacional. Posteriormente, en 1982, Conavi, con cinco puntos similares, le abrió el camino a las corporaciones de ahorro. Hoy día, los 2.500 cajeros que operan en el país atienden a portadores de 780.000 tarjetas bancarias y 2'600.000 emitidas por las corporaciones.

El uso es tan extendido que ha sido necesario crear redes de manejo como Servibanca (para bancos afiliados), la Red Multicolor (para corporaciones), Redeban (también para bancos y tarjetas de crédito) y ATH (para los bancos de Occidente y Bogotá, y la Corporación Las Villas). En un intento por evitar la atomización del sistema, la tendencia ha avanzado hacia la integración de todas las redes con el fin de hacer posible el uso de cualquier tarjeta en cualquier cajero o punto de venta.

El salto más importante en el dinero plástico es la superación de la banda magnética y la evolución -desde 1984, en Francia- hacia el chip integrado. La primera tarjeta de esta categoría en el mercado colombiano es la inteligente de Conavi, conocida también como el "computador de billetera", dada su posibilidad de almacenar, procesar y extraer información. Aparte de garantizar una mayor eficiencia en las transacciones de crédito y débito, el chip o pastilla electrónica de la tarjeta dispone de una memoria que puede almacenar hasta un millón de caracteres.

Además de la información financiera el microprocesador permite guardar información clave y personal del usuario como su firma y fotografía, huellas digitales, tipo sanguíneo, historia médica y demás señales de identidad. Con la ayuda de un teclado externo (datáfono) la información puede ser leída, modificada, borrada o procesada únicamente por el organismo que expide la tarjeta o por su propietario.

Conavi puso en marcha, a manera de prueba, un plan piloto con Coca-Cola, Ferricar, Conaltrasa y Mobil. En el caso específico de Coca-Cola, por ejemplo, los repartidores llevarán un datáfono portátil para cobrar a los tenderos el valor de la compra, quienes, a su turno, pagarán con una tarjeta inteligente de Conavi. Luego, en las oficinas de la embotelladora, se llamará al computador de la corporación para abonar valores a la cuenta de Coca-Cola y debitarlos de las de los tenderos. Así, el transportador de gaseosas hará su recorrido sin andar con grandes cantidades de efectivo en sus bolsillos.

La masificación de la tarjeta inteligente está contemplada en el mediano plazo (cinco años), pues será preciso cambiar la actual red de cajeros nacionales y estandarizar el chip para uso financiero en el foro más importante de las Smart Card's que aglutina a empresas como el Citibank, Bell Core, Chemical Bank, Gemplus Card International, American Express, AT&T Smart Cards, Visa International, Master Card International y el Bank of Montreal.

Luego vendrá la tarjeta superinteligente para acceder a todas las cuentas del interesado (bancarias, de ahorro y de crédito), así como para incorporar la información personal del cliente. Sin embargo, todo esto podría resultar inoperante si se sigue incurriendo en fallas técnicas y errores de manejo como las que suceden actualmente. Pero con la aparición de los cajeros automáticos de la cuarta generación, además de dispensar dinero y facilitar transacciones, permitirán al usuario adquirir boletos para teatro, conciertos y otros eventos culturales y artísticos.

Además de Conavi, Servibanca y Visa tienen proyectado lanzar sus versiones de la tarjeta inteligente. Visa puso en marcha su programa Electron, un producto de acceso a depósitos, totalmente electrónico, vinculado con una cuenta corriente, de ahorros o de inversión. Cuando estén plenamente incorporadas en el mercado colombiano, se abrirá un nuevo horizonte para el comercio, porque el vendedor poseerá un perfil del usuario con sus preferencias y sus hábitos de compra. Lo más importante de la tarjeta inteligente es que contribuirá a la seguridad del dueño, pues nadie podrá alterar su fotografía ni sus huellas digitales. El cuentahabiente podrá cargar la tarjeta, cada vez que quiera, con una suma determinada, lo que evitará mostrar la totalidad del saldo.

Aplicaciones de la tarjeta inteligente pueden, incluso, extenderse a otra gama de usos, como, por ejemplo, la expedición de cédulas y pasaportes. Por ahora habrá que esperar a que pase el próximo lustro para que el nuevo sistema coloque al colombiano corriente en la nueva órbita tecnológico-bancaria. Hoy, 80 millones de alemanes poseen este tipo de tarjetas. Mientras tanto, los vertiginosos avances en la banca personal les permitirán escoger servicios y combinaciones como si estuvieran frente al menú de un restaurante.