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En qué va el TLC

El efecto Robert Zoellick

El representante comercial de Estados Unidos, Robert Zoellick, podría estar en el libro Guinness como el hombre que ha negociado más tratados de libre comercio en menos tiempo.

19 de septiembre de 2004

Desde que asumió el cargo en febrero de 2001, este abogado de 51 años ha cerrado acuerdos con 10 países y dirige las negociaciones con otros ocho.

La labor de Zoellick terminaría el 20 de enero de 2005, según anunciaron los negociadores estadounidenses durante la cuarta ronda de negociaciones del TLC con los países andinos. Ese día comienza un nuevo período presidencial en Estados Unidos y, sea cual fuere el resultado de las elecciones, Zoellick se retiraría del cargo y su reemplazo puede durar varios meses en arrancar. Esa fue la razón que adujo el equipo gringo para acelerar el paso de las negociaciones del tratado.

Con o sin Zoellick en el cargo, la verdad es que desde un principio las negociaciones han tenido el tiempo contado. Según la ley que autoriza al Presidente para firmar autónomamente acuerdos de libre comercio (Trade Promotion Authority, TPA), esa facultad termina en junio de 2005. Y aunque puede extenderse hasta junio de 2007 requiere una nueva aprobación del Congreso, lo que podría enredar la firma del tratado.

Para no correr ese riesgo, el TLC debería ser enviado al legislativo estadounidense en marzo de 2005, según lo contempla el TPA. Llegar a ese texto puede tomar semanas para afinar los detalles técnicos y legales. Así, la fecha de cierre de las negociaciones debería estar entre enero y febrero del año entrante.

A la presión de este cronograma se suma que en estas discusiones los puntos críticos se dejan para el final. Por ejemplo, en las negociaciones entre Estados Unidos y los países centroamericanos, algunos temas relacionados con telecomunicaciones, textiles o agricultura se definieron en la madrugada del último día. Y si ahora, además, el equipo gringo quiere terminar antes del 20 de enero, es claro que el tiempo jugará en contra de los andinos.

Ya varios expertos habían advertido de la habilidad de los estadounidenses para poner a correr a sus contrapartes. "Hasta ahora la salida de Zoellick está en el terreno de la especulación", dijo a SEMANA el abogado Andrew Samet, de la firma Sandler,

Travis & Rosenberg, contratada por varios gremios colombianos para hacer cabildeo en Washington. Como sucede en los cambios de gobierno, ningún funcionario político tiene asegurada su continuidad. El riesgo de que Zoellick dejara su puesto antes de terminar las negociaciones con Colombia, Ecuador y Perú ha existido desde que estas comenzaron. ¿Por qué la prisa justo ahora? Está en manos del equipo colombiano no dejar que el afán conduzca a una mala negociación.