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“El ISS debe ponerse las pilas”

El nuevo presidente del Seguro Social, Guillermo Fino, explica sus estrategias para sacar adelante la entidad.

16 de julio de 2001

Criticado por el sindicato por su fama de mano dura pero apoyado decididamente por el gobierno y el sector privado, Guillermo Fino es el nuevo presidente del Seguro Social. Su misión es darle un vuelco al ISS para sacarlo de la grave crisis en que se encuentra. En entrevista con SEMANA el ex director de la Dian explicó su plan de gestión en el nuevo cargo.

SEMANA: ¿Lo tomó por sorpresa el nombramiento en el Seguro?

Guillermo Fino: Hace como un mes me habían llamado para ver si podían pensar en incluir el nombre mío en la terna. En principio tenía descartado el tema porque en la Dian estamos haciendo unas cosas muy interesantes y pensaba quedarme hasta el final del gobierno. La semana pasada el presidente Pastrana me llamó y fui a hablar largo con él. Me dijo que quería nombrar un ejecutivo de su confianza al frente del ISS y me ofreció integrar la terna. Le dije que sí, pero si tenía el respaldo de todo el gobierno en ese proceso. Me dijo que contara con él. Después me llamó el Ministro de Trabajo, con quien tengo una muy buena relación personal, a decirme que contara con su respaldo. Así, en tres días se desató algo que no tenía pensado hacer en este gobierno.

SEMANA: ¿Se mete usted en un tema desconocido?

G.F.: Para nada. Cuando estuve en la Dirección de Impuestos participé activamente en la discusión de la Ley 100. Después, cuando me retiré, en 1993, me contactaron para hacer dos trabajos. Uno con la Superintendencia de Salud sobre la evasión de aportes parafiscales, en el que me tocó meterme muy a fondo en el tema. Y otro para estudiar el sistema de recaudación para trabajadores independientes en el Seguro Social. Estuve casi un año allá trabajando como asesor externo. También en los últimos cuatro años he estado cerca del asunto porque Argentina, Brasil y algunos países europeos han empezado a unir la recaudación de impuestos con la de los aportes a la seguridad social. Hemos estado en dos o tres seminarios internacionales sobre esto. Entonces, yo no tengo el conocimiento profundo que pueden tener otras personas pero tengo un conocimiento general del sistema de seguridad social y me siento cómodo con ese tema.

SEMANA: ¿Qué le gusta de su nuevo trabajo?

G.F.: Tengo muchas ganas de hacer cosas en un campo que siempre ha sido mi verdadera pasión. El tema de la recaudación, de los impuestos, de controlar la evasión, han sido mi día a día en los últimos años. Además siempre he buscado que mi trabajo cumpla una función social y ninguna entidad del Estado como el ISS cumple esa función.

SEMANA: El gobierno está tratando de llegar a un acuerdo con los trabajadores para sacar adelante la entidad. ¿En qué va la negociación?

G.F.: Hay una propuesta que hizo el gobierno, hubo una respuesta. El gobierno hizo una contrapropuesta y ahora se espera que el sindicato fije una posición. Ahora la convención colectiva es algo que está en mora de ser revisado. Hay unas garantías importantes para los cerca de 20.000 trabajadores que le cuestan mucho al ISS. La sola retroactividad de las cesantías pesa mucho en cualquier aumento salarial. Es uno de los puntos de mayor dimensión en la crisis, y donde se busca llegar a acuerdos con el sindicato para encontrarle una salida. Es un punto inaplazable en la gestión, pero no es el único. Hay otros igualmente importantes.

SEMANA: ¿Como cuáles?

G.F.: La sanción de la Superintendencia de Salud que le impide al Seguro afiliar nuevos usuarios cuesta unos 300.000 millones de pesos. No es culpa de la Superintendencia y el Seguro tiene que ponerse las pilas a ver cómo resuelve la situación. La sanción se origina en la falta de sistemas de información adecuados. Y es que el ISS no puede dar el dato exacto de cuántos son sus afiliados y beneficiarios. Tengo entendido que hay seis bases de datos en el ISS. Eso no puede funcionar de esa manera. Esa suspensión debe tener un proceso de revisión.

SEMANA: ¿Qué más hay por hacer?

G.F.: Controlar la evasión. Cuando hice el estudio sobre aportes parafiscales hace unos años, mediante visitas de campo a 500 empresas, encontramos que la evasión era del 50 por ciento. Ojalá eso haya cambiado. Pero queda un largo camino por recorrer en ese frente.

También hay que hacer más eficientes las clínicas. Hay que hacer un uso más eficiente de la capacidad instalada. Es decir, si a mí me sobran camas, que yo pueda ofrecerles servicios a particulares y obtener ingresos adicionales. Los hospitales públicos de segundo y tercer nivel funcionan bajo ese esquema. Pero hay un centralismo muy grande en la administración en el manejo de las clínicas.

Por último, hay que mejorar la imagen del Seguro. En pensiones, para la gente que gana hasta seis salarios mínimos la mejor opción indudablemente es el ISS. Es un sistema que no exige ahorrar 70 millones de pesos para pensionarse, como en los fondos privados. En el tema de salud puede que la cola sea medio aburrida, pero pregunte dónde se hacen las operaciones de fondo, dónde se tratan mejor las enfermedades catastróficas. Hay unas ventajas competitivas para los afiliados que no se han mercadeado suficientemente.

SEMANA: Los sindicatos están inconformes con su nombramiento. ¿Cómo manejará el tema de la gobernabilidad del Instituto?

G.F.: Primero, la terna del consejo directivo salió por consenso. Y es un consejo que, con representación de muchos sectores, tiene independencia. De manera que el procedimiento de mi nombramiento está en el marco de la ley. Segundo, el nombramiento ha generado consenso y un nivel de confianza muy grande, particularmente entre los empresarios. Y tercero, el problema no es el nombre de Guillermo Fino. El problema es financiero, de viabilidad de la entidad. El Presidente me ha mandado con una misión, y voy a cumplir con mi tarea hasta donde vea que hay un consenso. He dicho que no voy a liquidar el Seguro. Y a este extremo se puede llegar por dos razones. O porque no haya una actitud abierta para buscar canales de comunicación por parte del sindicato, o porque el gobierno no quiera apoyarlo. En el campo del gobierno, por lo que dijo el presidente Pastrana, hay todo interés de dar un apoyo.