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EL NUEVO "SUEÑO RUSO"

Un joven de 30 años se convierte en la revelación empresarial de la nueva Rusia.

31 de octubre de 1994

LA TRANSICION DE RUSIA hacia la democracia ha estado marcada por altos índices de crimen, depresión económica y, en general, por malas noticias. Pero hay varias indicios de esperanza que salen de las cenizas del antiguo imperio soviético. Entre ellos, el de Aleg Boiko, un empresario de tremendo éxito financiero y prominencia política, en un medio en el cual todas las cosas estaban contra él. Su sentido en los negocios, totalmente occidental, le ha permitido establecer y expandir sus enormes intereses comerciales desde Moscú hasta sus oficinas en la calle 57 de Nueva York, en el corazón de Manhattan, la meca del capitalismo.

A sus escasos 30 años, Boiko hizo un curso superintensivo de aplicaciones prácticas capitalistas y los incorporó en Rusia para su propia ventaja. Tanto que hoy ejemplifica para Rusia lo que los 'baby-boomers' para Estados Unidos. Porque además creció en una coyuntura de dinámica política y económica sin precedentes -en medio del derrumbe del comunismo- y aprendió cómo negociar con trabajo duro y una perseverancia sin fin en plazas realmente hostiles. Por eso no es sorprendente que Boiko sea ahora uno de los hombres más ricos de la Federación Rusa. Tiene residencias en Nueva York, Londres y Moscú, y su Olbi Concern, matriz del imperio financiero, es manejada desde oficinas en esas ciudades. Su sucursal americana, Olbi USA Inc. (de la cual posee el 100 por ciento), tiene base en Nueva York y maneja negocios por 17 millones de dolares.

Su tarjeta de crédito Olbi en Rusia es la mejor demostración de cómo aprendió a sacarle el jugo a los negocios a la americana. Su compañía en Estados Unidos, aparte de manejar las actividades de la tarjeta, exporta directamente bienes de consumo diario de Occidente, los cuales se venden al por menor en los almacenes rusos. Pero además de dedicarse al comercio, es accionista notable del diario Izvetia, y desde su posición como presidente de la junta del National Credit Bank, tiene un peso resonante en los asuntos de la banca rusa y en las políticas económicas del país.

Dentro de los muchos secretos de su éxito está el haber llegado a la conclusión de que el dinero compra el poder y por eso ha conseguido el estatus como el mejor jugador en las grandes ligas financieras de Rusia. Ya disfruta de los lujos de los magnates estadounidenses y tiene amplio dominio de la crema y nata de la política y la sociedad rusas. Por ejemplo es muy clara y cercana su relación con Yegor Gaidar, el número dos del RCD, partido Alternativa Democrática de Rusia.

Cuando Gaidar asumió el liderazgo político del RCD comprendió que mezclar el espíritu de empresa con la política podía ser un buen coctel. Adoptó a Boiko y los resultados han sido inmejorables. Boiko, un muchacho motivado por el afán de superarse es el mejor ejemplo para la juventud rusa de que el éxito americano puede conseguirse también en Moscú. Boiko es ahora inmensamnete rico, y además una figura política poderosa que ha basado su prominencia en la habilidad que ha demostrado en la industria privada.

Ya hay quienes lo comparan con Ted Turner (el magnate de las comunicaciones) y Ross Perot (el multimillonario texano ex candidato presidencial). Y en verdad hay similitudes porque todos consiguieron sus grandes fortunas siendo jóvenes. Eso sin duda les ha traído respeto de la clase política y por eso en muchos factores influyen decisivamente en sus países. Para no ir muy lejos hay quienes sostienen que ya es posible cumplir el 'sueño americano' en el corazón de Moscú, más cuando las oportunidades rusas en el largo camino que recorre hacia la democracia hacen posible esa realidad. Boiko puede haber nacido en un medio comunista pero es un ejemplo capitalista para quienes quieran andar por ese camino.-