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El papel no aguanta todo

Se acabó la época de oro de la renta fija, la vaca lechera del mercado de capitales durante una década. Los ahorradores están pagando los platos rotos por la caída en la rentabilidad.

26 de mayo de 2007

Los últimos extractos pensionales de los colombianos no han llegado con muy buenas noticias. Durante 2007, la rentabilidad de los fondos ha caído a unas tasas importantes y, en la mayor parte de los casos, ha sido negativa. Muchos se preguntan hoy, ¿qué es lo que está pasando?

No es un asunto exclusivo de los fondos de pensiones y cesantías. Muchos de los que tienen inversiones en fondos de valores, los accionistas de las firmas comisionistas de Bolsa, las aseguradoras o fondos fiduciarios, y en general todo aquel que le apostó a lo que en términos financieros se llama renta fija, están más que preocupados; esa clase de inversión ha venido cayendo.

¿Qué es la renta fija? Se trata de una inversión que tiene una rentabilidad definida desde el primer momento. El caso más común es el de los CDT, que fijan desde el principio cuál es la tasa de interés que se le reconocerá al ahorrador al redimir su título. Allí también están muchos papeles o bonos corporativos y los famosos títulos de deuda pública o TES. Es lo contrario a la renta variable -como las acciones-, que tiene utilidades o pérdidas a diario. Más del 90 por ciento de las operaciones del mercado de valores está relacionado con la renta fija.

¿Y qué fue lo que pasó? Que se sumaron dos cosas que le quitan valor a este tipo de papeles: un aumento en la inflación y en las tasas de interés por parte del Banco de la República.

Esta situación afectó a todos los inversionistas. Por ejemplo, las firmas comisionistas de Bolsa registraron a marzo pérdidas superiores a los 11.000 millones de pesos. Estos resultados negativos se explican, en gran medida, porque estas compañías generan una porción de sus ingresos a partir de la especulación con los TES, que son los reyes de la renta fija.

Las aseguradoras también están preocupadas porque buena parte de sus reservas, con las que cubren los siniestros que tienen que pagar, está invertida en este tipo de activos y ya están sintiendo el golpe. Con los fondos de valores y capitalización ocurre igual. Así que la situación, en materia de rentabilidad, es realmente preocupante para muchos.

Dentro de los más afectados están los fondos de pensiones, que a marzo registraron pérdidas por más de 600.000 millones de pesos. Ahí nadie se ha salvado. En algunos casos, hasta ya han rodado cabezas de los responsables de inversiones de portafolio de las Administradoras de Fondos de Pensiones y Cesantías (AFP), pues los accionistas no soportaron los malos resultados recientes. Un fondo de cesantías ni siquiera registró la rentabilidad mínima al cierre de marzo y los empresarios de esa AFP tuvieron que meterse la mano al bolsillo y sacar 3.000 millones de pesos, para cubrir el faltante. Por eso la expectativa sobre el comportamiento de los próximos meses.

Es necesario aclarar que esto no significa que la estabilidad de estos fondos esté en entredicho. Por ejemplo, hoy el saldo de los fondos de pensiones y cesantías es superior a los 53 billones de pesos y sigue creciendo. Esto muestra solidez.

Sin embargo, para las AFP, que son las que administran y deciden dónde poner los recursos de los trabajadores y pensionados, la situación sí es complicada, pues es claro que la rentabilidad no está cuadrando y ganar dinero es el trabajo de cualquier inversionista; nadie pone recursos en algún tipo de activo para perder plata.

Y no se trata de ninguna bicoca. Hoy, el portafolio de inversiones de todos los colombianos vale 170 billones de pesos y más de la mitad de éste está expresado en renta fija. De esa cifra, 55 billones de pesos son el ahorro pensional, y el 95 por ciento de esos dineros está en estas inversiones.

Así que una importante variación a la baja en los rendimientos de estos recursos pone con los pelos de punta a cualquiera. Y el golpe lo han sentido todos, porque, a través de los fondos de pensiones, seis millones de colombianos son dueños de títulos de deuda pública.

Según el superintendente financiero, Augusto Acosta, esta situación se debe al repunte de la inflación en los últimos meses y al aumento en las tasas de interés del Banco de la República. Esto ha hecho que se registren pérdidas para los poseedores de títulos de renta fija.

Durante años, la apuesta de los inversionistas era adquirir este tipo de inversión, porque la caída en la inflación la hacía más atractiva. Pero hoy las cosas han cambiado. Además, otras opciones, como el dólar y las acciones, también están cayendo. Así que muchos no han encontrado para dónde coger en la actual coyuntura.

¿Qué va a pasar?

El presidente de la Asociación Colombiana de Administradoras de Fondos de Pensiones y Cesantías (Asofondos), Santiago Montenegro, insiste en que el problema no es exclusivo de los fondos de pensiones ni de las administradoras. Y ratifica que el asunto no es la viabilidad del sistema.

Para él, es claro que el país financiero cambió y que ahora el reto es encontrar nuevos destinos de inversión que hagan rentables los ahorros de millones de personas.

Los fondos ya han propuesto buscar otros destinos de inversión y por eso hoy los colombianos, por medio de su ahorro pensional, ya son dueños, por ejemplo, de ISA. Y muy probablemente van a ser socios de Isagén o de Ecopetrol.

La propuesta de las AFP es más agresiva y hasta han pedido que se les abran las puertas para invertir en infraestructura, cultivos de tardío rendimiento e incluso finca raíz. ¿Y por qué no lo hacen hoy? Según Montenegro, porque, por razones normativas, resulta demasiado complicado asumir riesgos en esta clase de inversiones.

El codirector del Banco de la República Juan Mario Laserna coincide con Montenegro en que es necesario cambiar cierta reglamentación, como por ejemplo la manera como se calcula la rentabilidad mínima exigida para los recursos pensionales y de cesantías, pues pone contra la pared a los accionistas de las AFP.

Pero hasta el momento nadie ha encontrado una respuesta definitiva. Es más, muchos aseguran que vale la pena esperar a que la tendencia con la inflación cambie, justo ahora cuando el Banco de la República ha tomado medidas drásticas para enfrentarlas y, de esa manera, el valor de los portafolios se corregirá al alza en pocos meses.

Esta coyuntura debe encender las alarmas. Ahora el país tiene que definir cómo va a utilizar esos recursos, como los de las pensiones, en inversiones que sean rentables no sólo desde el punto de vista financiero, sino también desde el punto de vista productivo. Y que tengan vocación de largo plazo. Se trata de 170 billones de pesos en portafolio. Si una parte de esos recursos se dirige a estos proyectos, los resultados se verán pronto.

Las autoridades aseguran que seguirán el tema de cerca. Sin embargo, es muy probable que no baste con un seguimiento minucioso. Es necesario expedir una normativa que facilite las posibilidades de inversión de todos los colombianos, para que nuevamente el extracto de las pensiones, y los de todas las otras inversiones, vuelva a repuntar. Es claro que a estas alturas del paseo, en materia de inversiones, el papel no aguanta todo.