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EL RANKING DE LA DEUDA

Dudas sobre solvencia de Colombia para pagar su deuda externa.

28 de diciembre de 1987


El aterrizaje del famoso crédito Concorde en el aeropuerto del presupuesto nacional, se convirtió en una operación de "forzosa" aceptación de cláusulas restrictivas en el manejo del sector externo para los próximos años. Y aunque se culpó en gran parte a Papelcol de la demora en la aprobación del desembolso de US$ 1.060 millones, para programas claves en el desarrollo económico inmediato del país, lo cierto es que hechos ocurridos en el panorama internacional revelan que hay dudas sobre la solvencia de Colombia para cancelar su deuda exterior.

Hay tres hechos notables y de actualidad que hacen pensar a la banca, más de una vez, en la concesión de nuevos préstamos al país en breve: la baja en la cotización de la deuda colombiana en el mercado secundario; la aparición del país en el puesto 15 del ranking de la deuda del Tercer Mundo, y la concesión de un crédito a Satena con claras condiciones adversas para nuestra soberanía económica.

Dos firmas de corretaje, una en Washington y otra en Nueva York, acaban de revelar la última cotización de la deuda latinoamericana en el "mercado de la credibilidad mundial". Y ¡oh! sorpesa. Colombia perdió en los últimos cuatro meses unos 15 puntos promedio en el llamado mercado secundario. Merryl Lynch International y Shearson Lehman Brothers, advierten, claro está, que parte del deterioro se debe a los últimos sucesos del mercado internacional, especialmente el "lunes negro" que todavía tiene tambaleándose al mundo bursátil. La cotización de la deuda en el mercado privado norteamericano obliga a muchos bancos a replantear su política crediticia.

Según el cuadro adjunto, el valor de la deuda colombiana en el mercado secundario es entre el 72 y el 76 por ciento del valor real o nominal. En otras palabras puede decirse que por cada dólar concedido al país, hay plena esperanza de que se recuperen entre 72 y 76 centavos. Pese a todo, Colombia conserva el primer lugar de credibilidad, pero pierde puntos, lo que hace esconder obligaciones porque el mecanismo del mercado privado es el único indicador del valor real de préstamos futuros y de la confianza de la banca internacional.

Precisamente el argumento de la cotización real de la deuda, llevo a que Brasil y México planteen en la reunión del "Grupo de los Ocho" en Acapulco, que sus obligaciones y las de la región se reduzcan en promedio entre el 30 y el 40 por ciento. Incluso algunos piensan que el volumen total de obligaciones latinoamericanas, de unos US$ 400 mil millones, baje en un 50 por ciento, pero por la magnitud de la deuda y la "actitud espectacular" que implicaría presentar eso ante los acreedores, nadie piensa que el frente latinoamericano pase de expedir una simple declaración pidiendo reducir las tasas de interés y un poco más de consideración.

Por ahora algunos bancos han convertido sus préstamos en inversiones en las naciones deudoras, por ejemplo, el First Interestate, que es coexportador de mariscos y textiles peruanos; el Security Pacific adquirió un banco en Chile y parte de una empresa de servicios públicos; y el mismo First cambió en México parte de US$ 15 millones por un complejo turístico en Cancún. Según el Financial Times, a mediados de septiembre en Londres, el ministro de Hacienda, Luis Fernando Alarcón, propuso a los bancos acreedores convertir parte de su deuda en acciones de establecimientos bancarios nacionalizados, para "privatizar progresivamente los bancos deudores e inyectar nuevos fondos en el sector bancario, bastante descapitalizado".

De otra parte, con obligaciones por US$ 15.107 millones, Colombia apareció en el último mes en el puesto número 15 en un ranking de los mayores deudores del tercer Mundo, encabezado por Brasil, Méjico, Argentina, Corea, Indonesia, Venezuela, Egipto, Filipinas, Nigeria, Malasia, Chile, Yugoslavia, Argelia y Marruecos .

Y para completar otro duro golpe, Colombia acaba de firmar un crédito con el Midland Bank por US$ 8.3 millones, a un plazo de ocho años y medio, que podría salirle costosísimo. El convenio financia la compra de tres aviones para Satena, pero contiene tres cláusulas que comprometen la soberanía del manejo externo: el día que Colombia piense en reestructurar su deuda externa, o declare moratoria o se retire del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial o el BID, la deuda se hará automáticamente exigible. Con razón el contralor Rodolfo González García calificó el hecho como delicado y además como "un indicio de que la banca privada internacional empieza a tener dudas sobre la solvencia de nuestro país". Así hasta el crédito para Satena puede terminar en aterrizaje forzoso.--