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ENTREVISTA

"El TLC no se resuelve con una llamada de Uribe a Bush"

El ministro de Comercio, Jorge Humberto Botero, dice ser un pesimista profesional, aunque espera que el acuerdo quede listo en diciembre.

12 de febrero de 2006

SEMANA: ¿Cuál es su balance de esta ronda que terminó sin el objetivo principal: firmar el acuerdo? JORGE HUMBERTO BOTERO: Hay unos avances notables. Quedó casi todo acordado en reserva cultura. Estamos pendientes de compras públicas, pero por un tema muy pequeño. Servicios financieros y las mesas laboral y ambiental están listas. Además, los asuntos de agencia comercial, que eran vitales para las agencias de viajes, quedaron resueltos de una manera positiva. Comparado hoy con cualquier día de las semanas pasadas, estamos más cerca que antes. SEMANA: ¿De aquí a diciembre sí habrá TLC? J.H.B.: El gobierno de Estados Unidos ha dado señales claras e inequívocas de que le interesa culminar la negociación. Nosotros tenemos el mismo interés y se hace el mejor esfuerzo por culminar antes de que el año finalice. SEMANA: ¿Cuáles son las señales inequívocas de que Estados Unidos quiere el TLC, porque en el país se tiene otra impresión? J.H.B.: Flexibilidades hay en muchos temas. Por ejemplo, lo que ellos llaman industria del entretenimiento, que es el segundo renglón de sus exportaciones, y que para nosotros es reserva cultural. Logramos mantener todos los instrumentos que tenemos para promover la cultura y fomentarla en sus distintas manifestaciones. La flexibilización que hicimos en cuota de pantalla es mínima, porque no hubo cambios en la franja preferencial de las 7 a las 10:30 de lunes a viernes. También mantuvimos las reglas que tenemos para la inversión extranjera en los canales privados. La flexibilidad que acordamos está en el ingreso de nuevos canales en la televisión cerrada. SEMANA: ¿Y el tema de textiles cómo quedó? J.H.B.: Seguimos con dificultades, básicamente porque para optimizar las ventajas de la industria de la confección, se requieren flexibilidades en cuanto a normas de origen para materias primas. Pero, a su vez, nuestra industria textil demanda algunos grados de protección. Ese tema sigue siendo complejo. SEMANA: En algodón, ¿cuál es la situación? J.H.B.: Colombia necesita importar y exportar algodón. La idea antigua de que el país se autoabastece en este producto está superada. Aquí se fabrican prendas que necesitan de un algodón distinto del que se da en el país. Además, el que producimos tiene un valor importante en los mercados internacionales y es el que podemos exportar incluso a Estados Unidos. La idea es liberar recíprocamente este mercado, pero desarrollar un mecanismo de apoyo interno a la producción doméstica durante un período. El problema está en las fibras que se usan en ciertos elásticos y prendas femeninas. SEMANA: ¿Qué pasó con la mesa agrícola? J.H.B.: Colombia tiene intereses ofensivos muy importantes en el azúcar y a ese respecto no hemos recibido aún propuesta de Estados Unidos. Tenemos intereses defensivos importantes como el arroz y los cuartos traseros del pollo. Hemos acordado que vamos a encontrar un entendimiento sobre otros productos para llegar después a la negociación de estos temas más complejos. SEMANA: ¿La propiedad intelectual también se estancó? J.H.B.: Colombia tiene claro qué cosas puede y qué cosas no puede hacer y justamente lo que hemos decidido es que los norteamericanos oigan este mensaje directamente del ministro de Protección Social. SEMANA: ¿Y en materia fitosanitaria? J.H.B.: Todavía no están satisfechos nuestros intereses ofensivos en este frente. SEMANA: El negociador aseguró que están esperando flexibilidades por parte de Estados Unidos. ¿Cuáles son las flexibilidades y en qué? J.H.B.: Varias. Por ejemplo, nosotros estamos dispuestos a hacer concesiones muy importantes en trigo, pero implica adoptar algún mecanismo que nos permita proteger la producción nacional, que es algo así como 30 por ciento de nuestras necesidades de consumo. En eso no ha habido avances. SEMANA: Se ha dicho que la parte técnica de la negociación ya se acabó... J.H.B.: No, no está agotada. Lo que pasa es que sigue siendo una negociación extremadamente complicada. Naturalmente, es preciso darle mucho mejor dinamismo, pero la negociación no está tan cerca del cierre como para que una llamada del presidente Álvaro Uribe al presidente George Bush resuelva todo. Esto se podría llegar a dar, pero cuando tengamos una discrepancia importante sólo en uno, dos o tres puntos. SEMANA: Se percibe un cambio en el discurso del Presidente, quien hablaba de firmarlo "rapidito" y así "llovieran rayos y centellas". Ahora no hay tal seguridad. ¿El gobierno se echó para atrás en su intención? J.H.B.: No. Varias veces al día recibo llamadas del Presidente de la República pidiendo información y exigiéndonos la mayor creatividad en la solución de los problemas pendientes. El anhelo es concluir esta negociación pronto, "rapidito" como él lo dijo, porque la oportunidad que tenemos en este momento podría no darse a comienzos del próximo año, por los procesos electorales que hay tanto en Colombia como en Estados Unidos. SEMANA: ¿El TLC le va a costar votos al presidente Uribe? J.H.B.: Cuando el Presidente dice que está dispuesto a pagar los costos, es porque sabe que desde el punto de vista de los intereses políticos de corto plazo, es más rentable no firmar que firmar. Firmar requiere un compromiso con el país del futuro, una apuesta por la capacidad de transformación de la Nación que no se da de un día para otro. El Presidente está dispuesto a correr con esos costos. SEMANA: ¿Hoy el tratado se parece más al Cafta o al de Chile? J.H.B.: Los tratados de comercio que hay en el mundo se parecen mucho. La mayor parte del texto es canónica, ni siquiera se negocia, son textos que han venido siendo decantados a lo largo de muchas negociaciones. Es en una porción relativamente menor donde se escenifica la mayor parte de la negociación. El demonio está en los detalles. SEMANA: ¿Si concluye Perú, Colombia estaría dispuesta a firmar también? J.H.B.: Colombia no sacrifica la calidad de su negociación en función de que Estados Unidos firme primero con algún país. Lo hemos dicho con total claridad: tengan mucho cuidado si van a cerrar con Perú -porque parecía inminente que lo hicieran- qué cosas se estipulan en las disciplinas del tratado, especialmente en Propiedad Intelectual. Si hay algo que para nosotros no sea aceptable y dado que nos han dicho que con lo que otro país adopte sería inmodificable por nosotros, indirectamente estarían aniquilando la posibilidad de cerrar con Colombia. Advertimos que nosotros no adherimos a que no satisfaga nuestros intereses. SEMANA: ¿Usted es pesimista u optimista frente a lo que viene en la negociación? J.H.B.: Yo soy un pesimista profesional. Yo creo, como lo dice alguna ley de Murphy, que todo lo que puede salir mal, sale mal. Y justamente porque lo creo así, estoy convencido de que son necesarios esfuerzos superlativos para lograr que las cosas salgan bien. SEMANA: ¿Cómo maneja el estrés de la negociación? J.H.B.: La única forma de soportar la presión y la fatiga es tomando distancia frente a ellas. Entonces, al final de la noche, así esté extenuado, apago ese 'switch' del TLC, leo mi libro de poesía o un libro de Jefrey Sachs que se llama El fin de la pobreza (The End of Poverty).