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En sus marcas...

Más de cinco mil artículos de consumo han sido marcados con el código de barras en cinco años.

30 de agosto de 1993

HACE APENAS CINCO AÑOS, una de las cosas que más llamaba la atención de los consumidores colombianos cuando compraban un artículo extranjero era un conjunto de barritas que aparecían en el empaque y sugerían un mensaje cifrado y misterioso, propio de los países desarrollados. Hoy, más de la cuarta parte de los artículos de consumo que se producen en el país tienen el mismo mensaje. Y ya muchos colombianos están familiarizados con su función.
El 28 de julio de 1988 -hace exactamente cinco años-, 26 empresas de diversos sectores de la producción decidieron crear el Instituto Colombiano de Codificación y Automatización Comercial, IAC, con el fin de introducir en el país, comenzando con el famoso "código de barras", la última tecnología existente en el mundo en materia de identificación de productos, con el fin de aumentar la productividad y eficiencia en su manejo, tanto en la fábrica como en el punto de venta.
Hoy, y después de un período inicial de lento crecimiento -que corresponde con la tendencia seguida por los países que han introducido la tecnología-el número de empresas afiliadas al Instituto supera la cifra de 600. En los dos últimos años, en particular, las afiliaciones han crecido a tasas superiores al 100 por ciento. Y sus directivas esperan que en lo que resta de 1993 y en 1994 el crecimiento sea igualmente notable.
Igualmente acelerado ha sido el crecimiento de los artículos clasificados por el Instituto. A junio del presente año, el 25 por ciento de las referencias comerciales existentes en el país -que según el IAC son 20.083-contaban ya con un código de barras en la etiqueta o en el empaque. Esto es, ya habían sido marcados más de cinco mil artículos. Y la expectativa es que al finalizar el año 1994 se encuentren marcadas por lo menos el 80 por ciento de las referencias de productos de consumo masivo
Menos rápida ha sido la instalación en los puntos de venta de la tecnología necesaria para complementar el proceso. Como lo dice el mismo Instituto, "si en los productos existe un código, en el almacén debe existir el sistema capaz de leerlo, interpretarlo y convertir la información en una fuente de beneficios para el consumidor y para el propio establecimiento". Y aunque cada vez es mayor el número de supermercados que están instalando "scanners", es evidente que todavía faltan muchos para que la tecnología se generalice.
Es por eso que los consumidores no se han familiarizado todavía con el sistema. Pero los usos del "código de barras" superan con mucho la simple contabilización del precio de los productos en la registradora del almacén. La recepción y expedición de mercancías, el control de inventarios y el almacenamiento, el seguimiento de documentos, el control de producción y la gestión global del punto de venta, son operaciones que se agilizan de manera considerable si se cuenta con el "código " .
De allí que, según sus directivas, el Instituto haya tenido que trascender la introducción del "código de barras" en el país, para convertirse en una entidad que -en palabras de su presidente, Rafael Flórez-busca "ser un ente facilitador de los procesos de adaptación y transferencia de tecnología, con el fin de que la empresa colombiana alcance mayores niveles de productividad y eficiencia".
Más allá de dicha consideración, sin embargo, el IAC es un buen ejemplo de lo que puede lograr el sector empresarial cuando se une en torno de un propósito común. -