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Mariano Rajoy | Foto: AP

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Eurozona acuerda recapitalizar directamente la banca española

Italia y España hicieron el jueves un frente común para supeditar su aval al pacto de crecimiento de la Unión Europea por 120.000 millones de euros a la aprobación de medidas urgentes para salir de la crisis de la deuda y Alemania cedió ante la presión.

29 de junio de 2012

La zona euro aprobó la recapitalización directa de la banca española, a cambio de un férreo control sobre el sector financiero, durante una cumbre en la que Alemania cedió ante la presión de España e Italia para encontrar soluciones inmediatas a la crisis de deuda.

"Esa posibilidad es (...) un buen resultado" de los dos días maratonianos de cumbre de dirigentes europeos que se inició el jueves, señaló el jefe del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi a la prensa.

Las bolsas europeas celebraron el acuerdo por todo lo alto con fuertes alzas en la apertura; y en los mercados de deuda, las tasas de interés de la deuda de España e Italia a diez años, registraban caídas, revirtiendo la tendencia insostenible de los últimos días.

Londres ganaba 1,74%, París 2,86%, Madrid subía 3,17%, y Milán, más de 3%.

La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró que permaneció "fiel" a sus principios al pedir contrapartidas a cambio de ceder en medidas clave para ayudar a España e Italia, que en los últimos meses han estado muy castigadas en los mercados, pagando tasas exorbitantes para financiarse.

La inyección de capital directa a la banca española, con un tope de 100.000 millones de euros, se hará desde el fondo de rescate europeo, sin pasar por el Estado, pero a condición de que "el BCE pase a ser el supervisor único del sector bancario en la eurozona", como quería Alemania.

"Creo que logramos algo importante, pero al mismo tiempo nos mantuvimos fieles a nuestros principios: ninguna ayuda sin contrapartidas", señaló la canciller alemana.

Una vez que esta supervisión reforzada entre en vigor, posiblemente antes de fin de año según estimó la UE, se intentará transferir "rápidamente la deuda del balance del Estado español", según aseguró Thomas Wieser, presidente del grupo de trabajo del Eurogrupo. Es decir que a partir de ese momento dejará de contabilizar como deuda pública.

Esto es una gran noticia para un país que se ha comprometido con Bruselas a reducir su déficit público al 5,3% del PIB este año, frente al 8,9% en 2011, en medio de una grave recesión y un desempleo que afecta casi al 25% de la población.

España deberá además cumplir con "una condicionalidad adecuada", según el comunicado del Eurogrupo, que no da más detalles sobre el rescate bancario cuyas condiciones (monto exacto, plazos de devolución, períodos de carencia, tasas de interés) espera concluir en la próxima cumbre del 9 de julio.

España pidió oficialmente esta semana ayuda a la zona euro para sanear e inyectar capital en su banca, fragilizada tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008.

El rescate de España se hará primero a través del fondo de rescate temporal FEEF y después el MEDE, que entrará en vigor en julio, y que en este caso no tendrá su condición de acreedor preferente, lo cual es una muy buena noticia para los inversores privados que temían quedar relegados en caso de que el país declarara una moratoria.

"Son soluciones muy positivas", evaluó el presidente italiano, Mario Monti.

Italia y España hicieron el jueves un frente común para supeditar su aval al pacto de crecimiento de la Unión Europea (UE) por 120.000 millones de euros a la aprobación de medidas urgentes para salir de la crisis de la deuda.

Monti también se salió con la suya. El Eurogrupo dijo estar "abierto" a que los países que cumplen las reformas impuestas por Bruselas puedan recurrir a los fondos de rescate europeos para "calmar los mercados". Esto implica que el fondo de rescate de la UE tendrá más flexibilidad para comprar deuda de España o Italia en los mercados secundarios.

En los últimos días, la canciller Angela Merkel dio a entender que podría ceder en algunas medidas, pero sólo si a cambio obtenía el compromiso de una profunda integración y disciplina fiscal.

Y de eso trata justamente el proyecto debatido durante la cumbre para lograr una integración fiscal, con un superministro de Finanzas europeo con capacidad para intervenir en los presupuestos de cada país e incluso modificarlos.

Los analistas de ODDO Securities no son sin embargo demasiado optimistas. Para ellos esta cumbre dejó claro "la profunda línea divisoria" entre el grupo de países acreedores (Alemania, Holanda, Finlandia) y el de deudores (España e Italia).

AFP