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FMI pronostica recuperación a partir del segundo semestre

Para el organismo multilateral es prematuro concluir si el país está o no en recesión. Hay que esperar las cifras de segundo trimestre del año para saber el rumbo de la economía.

26 de junio de 2009

Según el Fondo Monetario Internacional, FMI, Colombia ha resistido bien la turbulencia de los mercados financieros globales. Eso no significa, dijo el organismo, que no se hayan sentido los efectos de la desaceleración mundial.

En una visita semestral al país, Marco Piñón, asesor del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, señaló que la primera mitad del año será toda de desaceleración, pero se espera una recuperación en la segunda mitad del 2009.

Aunque el Fondo es bastante optimista sobre el desempeño de la economía colombiana, advirtió que no es posible concluir que el país no está en recesión, como lo dijo el ministro de Hacienda, Oscar Iván Zuluaga, cuando comentó las cifras sobre el PIB para el primer trimestre del 2009.

De acuerdo con el funcionario del FMI no hay una definición fija, ni inamovible para determinar cuándo un país entra en recesión. Por ello sería difícil concluir que con la caída del PIB de 0,6 por ciento, entre enero y marzo, se pueda saber ya con exactitud si la economía colombiana entró definitivamente en ese escenario. Habrá que esperar conocer los datos del segundo trimestre para saber con más certeza el rumbo de la economía.

El Fondo pronostica que la economía colombiana terminará en terreno negativo al final del año: 0,3 por ciento. Pero para el 2010 espera un repunte para ubicarse al final de ese año en 2,3 por ciento.

Piñón cree que a medida que la economía global comience a salir y las políticas cotracíclicas internas den resultados se verán mejores cifras de crecimiento.

Según el FMI, posiblemente, la inflación caiga a una cifra cercana al 4 por ciento debido a la debilidad de la demanda y la caída en los precios de los alimentos.

Piñón elogió a Colombia por su respuesta a la crisis internacional, mediante el aseguramiento temprano del financiamiento externo, la flexibilización de la política monetaria y permitir que los estabilizadores fiscales automáticos funcionaran.

Para el funcionario, el FMI ve con buenos ojos una reforma tributaria estructural, pero sin ahondar en el tema de debate interno sobre el impuesto al patrimonio para financiar la seguridad democrática.