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Mauricio Mesa fue presidente de Colombia Móvil, que operó la marca Ola. Pasó de ser un empresario brillante a estar en el banquillo de los acusados

"Fui maltratado y vilipendiado"

Cinco años después del escándalo que provocó su salida de la presidencia de Colombia Móvil, operadora de la marca Ola, y tras una avalancha de pleitos, Mauricio Mesa se destapa.

6 de marzo de 2010

Uno de los casos empresariales más sonados en los últimos años fue el de Colombia Móvil, compañía creada por ETB y EPM para incursionar en el mercado de la telefonía móvil, y que operó la marca Ola. El plan pionero que aplicó la firma para conseguir clientes fue calificado en su momento como un fenómeno, pues en 20 meses consiguió un millón de afiliados. Sin embargo, la audaz estrategia terminó en un caos, en demandas y en despidos. La cabeza de su presidente, Mauricio Mesa, fue la primera en rodar. En un cruce de pleitos y demandas, Mesa se ha gastado los últimos cinco años de su vida defendiendo su honra y va por buen camino.

SEMANA: ¿Cuántas demandas ha enfrentado?

MAURICIO MESA: Me pusieron una avalancha de demandas, pero en la mayoría he mostrado la equivocación que se cometió. El año pasado, la Procuraduría solicitó que se precluyeran todos los cargos que se me habían imputado. En diciembre de 2009, la Fiscalía ratificó este concepto y declaró prescrita la acción penal en mi contra. La Contraloría General, que investigó un eventual detrimento patrimonial, falló que todas las actuaciones de Colombia Móvil se hicieron siempre pensando en el crecimiento de la empresa y en obtener grandes beneficios para la misma, por lo tanto en ningún momento se generaron pérdidas. Acabo de ganar en primera instancia una demanda laboral contra la ETB con derecho a una indemnización por 4.000 millones de pesos y apelé porque no me interesa la plata, yo quiero es que se haga justicia conmigo. Ahora, la Contraloría de Bogotá reabrió un caso que ya tenía vencimiento.

SEMANA: Si no le interesa la plata, ¿qué busca?

M.M.: Quiero que me restituyan en la presidencia de Colombia Móvil ya que yo fui retirado en una forma irregular. Me entregaron una carta de despido en la que aducían hechos graves que no han probado, la decisión se tomó unilateralmente, sin justa causa, y no me pagaron las prestaciones sociales a las cuales tenía derecho. El juzgado laboral falló en primera instancia. Ellos apelaron y yo también. Cuando me devuelvan al cargo podré buscar que se haga justicia conmigo.

SEMANA: ¿A qué se refiere con que se haga justicia?

M.M.: Al derecho a mi buen nombre. De mí han dicho una cantidad de cosas que no han sido probadas. Todo el mundo se quedó con la idea de que Mauricio Mesa hizo pilatunas en Colombia Móvil, cuando tengo cómo mostrar que los resultados fueron extraordinarios. Me voy a gastar todo el tiempo, toda la plata y los recursos que sean necesarios para demostrar que no han hecho sino decir mentiras y falsedades en mi contra y hacerme daño.

SEMANA: La ETB y EPM son empresas serías, ¿de qué lo acusaron?

M.M.: Dicen que hice una serie de ilícitos muy grandes y que utilizamos mal el erario. ¿Quién me volverá a ofrecer un trabajo con esta espada de Damocles encima? Yo fui maltratado, fui vilipendiado ante la opinión pública. Algún día me tienen que resarcir el deterioro de mi imagen profesional. Tenía una carrera nacional e internacional de mucho prestigio y exitosa.

SEMANA: ¿Cree que hubo algo detrás?

M.M.: En el fondo, a mí me identificaron como si yo fuese parte del equipo de Luis Pérez, el ex alcalde de Medellín. Creo que en esto estuvo el señor Sergio Fajardo (en ese momento alcalde) a quien sólo le interesaba decir que todo lo que estaba alrededor de Pérez era falso y corrupto y eso es una mentira. Han utilizado ese símil para poder hacerme daño.

SEMANA: El plan pionero de 30 pesos el minuto fue una estrategia llamativa y agresiva, pero al final con resultados negativos para la empresa…

M.M.: Colombia Móvil sólo tenía un chance para obtener una masa crítica de clientes, algo que es determinante para lograr un resultado positivo en el balance de una compañía como esta. No podíamos correr el riesgo de lo que le pasó a la empresa Alegro de Ecuador, que a los seis meses de creada sólo tenía 7.000 clientes. Contratamos consultores y todos nos dijeron que si no pasábamos un umbral, la compañía nunca sería rentable. Y hemos demostrado con el tiempo que teníamos la razón. El plan de negocios dio un resultado en la realidad mejor de lo pensado.

SEMANA: ¿Pero en algo se debió equivocar?

M.M.: Sí, en el tamaño de la red y tuvimos problemas al principio. Pero ¿para qué están la administración y la junta? Para resolverlos. En dos o tres meses hubiéramos reconstruido todo y resuelto los inconvenientes.

SEMANA: ¿Para algunos fueron exagerados los beneficios y el salario que recibió en la presidencia?

M.M.: Para fijar mi remuneración hubo estudios en el mercado local e internacional. Si les pareció muy alto, por qué no lo rechazaron desde el principio. A mí no me parece exagerado ganarse en ese momento 18.000 dólares mensuales. No era una barbaridad. Ellos estaban preocupados o envidiosos con el salario del presidente.

SEMANA: ¿De qué se arrepiente?

M.M.: De haber aceptado ese cargo.