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Futuro negro

El crudo a 40 dólares por barril amenaza con frenar la recuperación económica mundial y divide a los países productores. ¿Cuánto más puede subir el petróleo?

30 de mayo de 2004

El alza del crudo en las últimas semanas empieza a generar una ola de pánico y nerviosismo en todo el planeta. Los precios del petróleo están en su punto más alto de los últimos 13 años, un nivel que no se veía desde octubre de 1991, cuando Irak invadió Kuwait y comenzó la primera Guerra del Golfo.

La semana pasada el barril de WTI, el crudo de referencia que se negocia en la Bolsa de Nueva York, rompió con todos los pronósticos al cotizarse por encima de los 41 dólares. Esto es 52 por ciento más que en marzo de 2003, cuando la Tercera División de Infantería del Ejército estadounidense se abría paso a cañonazo limpio por el campo petrolífero de Rumailia, en el sur de Irak.

Varios analistas señalan que este aumento podría tener un impacto negativo sobre la inflación y poner en peligro el crecimiento de la economía mundial. Si el barril de crudo se mantiene por encima de los 40 dólares, los precios van a empezar a subir, la producción y los ingresos se van a reducir y el desempleo, al menos por un tiempo, va a incrementarse. Esta perversa combinación de alta inflación y bajo crecimiento -o "estanflación" como le llaman los economistas- es el peor escenario que le puede ocurrir a la economía mundial.

El petróleo sigue siendo la fuente de energía más importante de la humanidad. Aviones, automóviles, buses, centrales térmicas, asfalto para carreteras, lubricantes para maquinarias y una gran variedad de productos químicos dependen del crudo y sus derivados. La gasolina, los aceites, disolventes, lubricantes y otros tantos combustibles se extraen a partir de este hidrocarburo. Si el barril de crudo continúa en el actual nivel de precios, la tasa de crecimiento mundial prevista para este año podría caer en 0,5 por ciento, según lo estimado por el Fondo Monetario Internacional, FMI.

Causa y efecto

Para evitar llegar a esta situación, varias naciones han propuesto a la Organización de Países Productores de Petróleo, Opep, que aumente su cuota de producción para contener los precios del crudo. A primera vista parece una solución simple en la que todos ganan. Pero, en este caso, las cosas se complican.

Para comenzar, la actual alza de precios no obedece a un déficit en el suministro. Todos los países de la Opep

-a excepción de Arabia Saudita-- violan sus cuotas de producción. Los miembros del cartel bombean actualmente más de medio millón de barriles de lo que deberían, por cuanto la producción es de por sí bastante elevada. En los 80 y 90 ese juego entre ellos hundió el precio del petróleo. Sólo cuando en marzo de 1999 el barril llegó a valer 10 dólares, se asustaron y recuperaron la disciplina las cuotas. Pero ahora, con el precio a 40 dólares, tratan de vender la mayor cantidad de crudo posible, para así recibir más ingresos y aprovechar las vacas gordas.

Si no es por la escasez en la oferta, ¿por qué el precio del petróleo está tan caro? The Economist atribuye esta alza a tres factores aparentemente relacionados: un aumento en la demanda; cuellos de botella en el sistema de distribución de petróleo, especialmente en Estados Unidos; y la especulación relacionada con el riesgo de algunos importantes reveses en el suministro en el futuro.

De un lado, la demanda de Estados Unidos y China está muy fuerte. El Producto Interno Bruto estadounidense podría registrar en 2004 su mayor tasa de crecimiento en 19 años, y la economía china se está expandiendo a un ritmo del 8 por ciento anual, el más rápido del planeta. Pero el crudo, que en principio está disponible para cubrir esa demanda, está siendo retenido por bloqueos en los canales internos de distribución del hidrocarburo, lo que según la revista británica estaría provocando un aumento en los precios de la gasolina.

Estos bloqueos, a su vez, están estrechamente relacionados con el riesgo de futuras interrupciones en el suministro del crudo. La inestabilidad en el Medio Oriente y las repercusiones de la guerra en Irak han asustado a los mercados, que ahora temen nuevos ataques contra los oleoductos de esa región del planeta. Los operadores temen que se podría producir una interrupción del bombeo de petróleo en caso de una escalada de violencia en el Medio Oriente, tras conocerse cada día más detalles sobre actos de abuso contra prisioneros iraquíes por parte de soldados estadounidenses. Es aquí donde al parecer radica el verdadero peligro.

La encrucijada

Hace dos semanas Arabia Saudita, el mayor productor del mundo y el primero de los ocho países que forman la Opep, prometió a Estados Unidos aumentar su producción en 8 por ciento hasta alcanzar los nueve millones de barriles diarios durante el mes de junio. Adicionalmente, el país árabe propuso a sus colegas del cartel aumentar la cuota de producción en dos millones de barriles diarios, para así alcanzar un nivel de 26,5 millones de barriles al día.

La propuesta de los saudíes tiene como telón de fondo la campaña presidencial en Estados Unidos. Arabia Saudita tiene fuertes vínculos con el presidente George W. Bush, cuyas posibilidades de reelección se ven complicadas, entre otras cosas, por los altos precios de la gasolina en ese país, que en el último año han subido 43 por ciento, hasta llegar a los dos dólares el litro.

La posición de Arabia Saudita ha generado el rechazo de algunos miembros de la Opep, especialmente Venezuela e Irán. Ambos países se muestran renuentes a plegarse a los llantos de los importadores de crudo, como Estados Unidos y Europa. Pero lo cierto es que tanto Venezuela como Irán necesitan de los altos precios del petróleo para aumentar sus ingresos y hacerles frente a sus crecientes problemas.

Pero aun si los miembros del cartel votaran a favor de la propuesta saudí el próximo 3 de junio, durante su reunión de ministros en la ciudad de Beirut, es poco probable que los precios del petróleo caigan. El incremento previsto representa tan sólo entre 2 y 3 por ciento del volumen de crudo que se consume actualmente a nivel mundial. La sola demanda de crudo de la China creció 20 por ciento en el primer trimestre del año frente al mismo período de 2003.

Aunque es imposible saber con exactitud qué va a pasar en el mercado petrolero, la mayoría de analistas esperan que el precio del petróleo se mantenga alrededor de los 40 dólares por barril, al menos a corto plazo. Esto aumentará las expectativas de inflación en todo el planeta y presionará a la Reserva Federal de Estados Unidos para que suba las tasas de interés en ese país mucho antes de lo previsto.

Para Colombia, la escalada del crudo tiene un lado bueno y otro malo. El bueno es que las exportaciones de petróleo han aumentado en valor, a pesar de la caída en la producción interna, lo cual deberá reflejarse en las finanzas públicas vía mayores ingresos de Ecopetrol. El malo es que la cotización internacional del crudo ha hecho que el galón de gasolina corriente vaya rumbo a los 5.000 pesos, lo que no sólo afecta el bolsillo de muchos colombianos sino que además golpea la demanda interna de carros y, por ende, la industria automotriz.