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¿Ganaron el pulso los camioneros?

El desmonte de la tabla de fletes, acordado para el 15 de junio, se quedaría en promesas. Los transportadores plantean nuevas prórrogas. Todo parece indicar que el gobierno va a ceder.

4 de junio de 2011

Hace cuatro meses, el gobierno enfrentó su primer gran pulso con el sector privado a causa del desmonte de la controvertida tabla de fletes, que funciona desde 1996. La decisión del ministro de Transporte, Germán Cardona, de meterse con uno de los mitos del transporte colombiano provocó una airada protesta de los camioneros, que fueron más allá de un paro por las carreteras del país y bloquearon las vías de acceso a Bogotá, lo que generó un enorme caos de movilidad.

En un acuerdo muy polémico que permitió que se levantara la manifestación, el gobierno aceptó aplazar hasta el 15 de junio la entrada en vigencia del nuevo esquema de medición de costos del transporte de carga, basado en la libertad vigilada y, en todo caso, sin la tabla, que se ha convertido en una especie de biblia de precios para los transportadores de carga pesada en Colombia. En ese momento, para muchos quedó la sensación de que los camioneros vencieron, que ganaron tiempo y que el gobierno cedió nuevamente ante la presión de un sector que siempre ha puesto contra la pared a ministros y presidentes cuando les han tratado de desmontar su sistema de tarifas.

Hoy, a menos de diez días de que se cumpla el plazo, el tema sigue muy enredado y todo indica que va para un nuevo aplazamiento. El sector de transporte de carga sigue encontrando razones para postergar el desmonte de la tabla de fletes, considerada obsoleta y negativa para la competitividad del país.

El Sistema de Identificación de Costos Efectivos (SICE), como ahora se llamará el nuevo mecanismo para determinar los costos de transporte de carga por carretera, no sería una realidad la próxima semana, como lo anunció hace cuatro meses el ministro Cardona, con estas palabras: "La tabla de fletes se acaba. Lo dice muy claramente el acuerdo firmado. A partir del 15 de junio pasamos a un sistema de libertad vigilada, para darle cumplimiento al Conpes 3489, es decir, que la tabla de fletes desaparece a partir del 15 de junio".

A pesar de las 16 mesas de concertación que esta cartera ha liderado desde febrero con los actores de la cadena del transporte de carga, estos reclaman que el gobierno sigue dando pasos en falso con la estructuración del nuevo esquema, y cada falencia es el 'caballo de batalla' de los dueños de tractocamiones. Los representantes del gremio ya hablan de agosto o septiembre para que el SICE entre en vigencia. "Hay que salirse de la camisa de fuerza del 15 de junio, porque aunque las cosas se pueden dar, aún hay fallas y no se reconocen bien nuestros costos operativos", dijo Pedro Aguilar, presidente de la Asociación Nacional de Camioneros y uno de los líderes de la movilización de febrero pasado, que terminó en un caos de movilidad en la capital de la República.

Lo más sorprendente es que el mismo ministro Cardona ya parece aceptar con resignación que el decreto del SICE no entrará en vigencia la próxima semana y el tono certero que usó en febrero pasado hoy tiene un tinte mucho más tímido. "Seguimos trabajando en eso, las conversaciones siguen porque es un tema muy sensible en el que intervienen varios factores y actores. No es fácil, pero ahí vamos...", señaló.

Se dilata el asunto

Aunque los representantes del gremio transportador coinciden en que el nuevo sistema puede ser bueno y que las negociaciones adelantadas con el gobierno y los generadores de la carga se han desarrollado en buenos términos, también admiten que no se ha avanzado en temas que garanticen la agilidad de su servicio y la rentabilidad del negocio. De ahí están pegados.

El SICE establece un valor mínimo o el piso que el empresario podrá pagar por el transporte de la carga por carretera. Además, mide y calcula los costos operativos de cada viaje, según el tipo de vehículo, la carga, su origen y destino. Además, prevé valores para tiempos 'muertos' en carretera y las horas estimadas de espera para el cargue y descargue.

Cada camionero deberá tramitar un formato electrónico antes de salir a su recorrido y si falla el sistema, hasta allí llega la dicha. Los camioneros dicen que si en las pruebas que se han hecho ha habido fallas, qué se puede esperar cuando sean los 200.000 vehículos de carga los que estén demandando planilla. "Se necesitan inversiones serias del gobierno, porque mientras se presenten fallas técnicas, no hay garantías ni siquiera para empezar a rodar", explica Jairo Herrera Murillo, presidente de Asecarga, la Asociación Nacional de Empresas de Carga, que representa al segmento de las medianas transportadoras.

Pero hay más. Otro de los reclamos del sector camionero es que el SICE calcula ciertos costos operativos con unos precios de los insumos que, en concepto del gremio, están muy alejados de la realidad y que maneja cifras de hace dos años.

Dicen que las llantas, los repuestos, el combustible y los peajes han incrementado su valor hasta un 30 por ciento en los últimos años y que ese ajuste no se reconoce en la actualidad.

El punto de la chatarrización es otro argumento que volvieron a sacar los transportadores. Señalan que muchos no están en capacidad de cambiar una tractomula o un camión viejo. "¿Quién puede renovar su automotor cuando las ganancias son mínimas?", se cuestiona Pedro Aguilar, vocero de los camioneros.

Lo cierto es que siguen los desacuerdos entre los industriales o generadores de la carga y los transportadores o dueños de los camiones. Estos últimos dicen que el nuevo modelo aún deja zonas grises que se prestan para arbitrariedades.

Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), uno de los dirigentes gremiales más críticos del modelo de tabla de fletes, señala que en los próximos días se verá el temple del gobierno para hacer cumplir su palabra. "Ya habíamos aplazado el desmonte de la tabla, y si ahora nuevamente el gobierno acepta una nueva prórroga, ¿dónde quedará el principio de autoridad?", se preguntó.

En resumidas cuentas, si de razones se trata, los camioneros y transportadores las han encontrado todas, y el gobierno hasta ahora no se ha pronunciado con firmeza sobre el cumplimiento de la fecha.

Hoy, con tono mesurado, el ministro Cardona admite que "es uno de los retos más difíciles que he enfrentado en mi carrera como funcionario público", y dice que por el bien de la competitividad hay que seguirle haciendo reingeniería al modelo actual del transporte de carga.

De todas maneras, desconcierta que a diez días de la fecha de desmonte de la tabla de fletes y de la entrada en vigencia del nuevo esquema, ya se esté pensando en nuevas prórrogas. Eso indica que los camioneros seguirían ganando tiempo y que el obsoleto esquema de fletes no tiene sus días contados, como se creía.