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| Foto: Fotomontaje SEMANA

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La gestión de la Anla es “desfavorable”: Contraloría

La falta de gestión y seguimiento a las licencias ambientales otorgadas a grandes proyectos estaría ocasionando graves riesgos de deterioro ambiental. Fuerte llamado de advertencia de la Contraloría a la entidad encargada de autorizar las licencias ambientales en el país.

14 de agosto de 2017

Ante la falta de gestión, seguimiento y poca capacidad sancionatoria, la Contraloría General de la Republica “rajo” la gestión de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) durante el 2016. En el informe de auditoría del ente de control, la gestión de la ANLA obtuvo una calificación para dicha vigencia de 78,17 puntos, que de acuerdo a la guía de auditoria es un resultado “Desfavorable”.

Lo más grave de esta deficiente gestión y pobres resultados de la agencia encargada de otorgar las licencias ambientales en el país, según la Contraloría, es que la entidad no le estaría haciendo seguimiento a las licencias ambientales que ha otorgado a grandes obras de infraestructura en Colombia, tales como la Ruta del Sol, la ampliación de la segunda pista del aeropuerto El Dorado y la Planta de tratamiento del Salitre, entre otras, lo cual provoca un claro riesgo de deterioro ambiental por parte de los ejecutores de estos proyectos (Ver recuadros).

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Para el ente de control, el caso más grave se evidencia en la licencia otorgada al consorcio que está construyendo la Ruta del Sol II y del cual hizo parte la firma Odebrecht donde a pesar de que se encontraron 442 incumplimientos por parte del concesionario, no hay ningún tipo de sanción o multa por parte de la ANLA. “Esto resulta inadmisibles en un proyecto licenciado que lleva más de seis años trabajando bajo una Licencia Ambiental”, agrega la Contraloría.

Hay también otros casos como la ampliación de la segunda pista del aeropuerto El Dorado, donde la contraloría evidenció que ante lo bajo de las multas al beneficiario de la licencia (Aerocivil – OPAIN) le resulta más barato incumplir reiteradamente y pagar.

También está el caso de empresas como la Empresa de Acueducto de Bogotá que simplemente no presenta los informes que le solicita la ANLA, sin que esto implique alguna acción por parte de la autoridad ambiental.

Por último, también reveló como en el proyecto del Canal del Dique la ANLA terminó actuando como juez y parte en dicho proyecto, lo cual ha resultado contraproducente.

A diciembre de 2016, la ANLA tenía a su cargo realizar el seguimiento a 133 planes de manejo ambiental y 1.182 licencias ambientales de las cuales 467 se refieren a proyectos de hidrocarburos, 201 de infraestructura, 39 de generación de energía, 17 de minería, 23 de otros sectores y 435 de plaguicidas. Sin embargo, el informe de la auditoria deja muy mal parada a la entidad encargada de vigilar el cumplimiento de las licencias ambientales en el país.

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Caso Ruta del Sol II

A pesar de que se evidenciaron 442 hallazgos por incumplimiento en un solo año a la licencia ambiental por parte del concesionario, no se evidenciaron procesos sancionatorios iniciados por la ANLA y mucho menos multas por el daño ambiental generado por el consorcio.

“Pese a que la ANLA identifica incumplimientos a lo establecido en la licencia ambiental otorgada para la Ruta del Sol II, la entidad no realiza la gestión para sancionar dichas situaciones, ya sea porque no sanciona o, si sanciona, la sanción resulta muy débil o la impone muy tarde en el tiempo, dando como resultado que el beneficiario de la licencia incumpla en forma reiterada la Licencia, con el consecuente deterioro ambiental”, explica el informe.

En el tramo 1, por ejemplo, que cuenta con Licencia Ambiental desde el año 2011, en el año 2016 la ANLA encontró 85 requerimientos inmediatos, cuando después de seis años no debía encontrar ninguno, pues el beneficiario ya tenía experiencia en el manejo de su Licencia Ambiental.

Caso Autopista El Dorado

En la ampliación de la segunda pista del aeropuerto El Dorado, se evidenció que el beneficiario de la licencia, Aerocivil–OPAIN, ha incumplido en forma reiterativa la licencia ambiental otorgada en 1995 y ha afectado al medio ambiente. Sin embargo, no ha recibido de parte de ANLA las sanciones consecuentes y, de haberlas recibido, las multas que le ha impuesto han resultado muy bajas y, por tanto, le resulta más barato incumplir la licencia ambiental, en detrimento del medio ambiente, que cumplirla.

Caso Planta de Tratamiento de Aguas Residuales - Salitre

La Empresa de Acueducto de Bogotá no ha presentado los informes de medición de olores ofensivos desde el segundo semestre del año 2014 y hasta la fecha. Por lo que la empresa no habría podido demostrar que las actividades realizadas en esta planta no superan los niveles máximos permisibles de inmisión de los gases que producen estos olores, entre los que se encuentra el ácido sulfhídrico, gas toxico (y letal, en determinadas concentraciones).

Al igual que en los casos anteriores, la ANLA no ha sancionado al beneficiario de la licencia ni ha impuesto multas por este incumplimiento, a pesar que las comunidades alrededor de la PTAR Salitre se quejan constantemente por los olores que allí se producen. La ANLA le ha hecho cinco requerimientos semestrales a la empresa, pero está no ha cumplido.

Caso Plan de Recuperación Canal del Dique

A pesar de que la ANLA viene participando en el desarrollo del proyecto “Plan de Restauración y Recuperación de los Ecosistemas Degradados del Canal Del Dique”, proyecto que cuenta con 17 programas y 55 proyectos de manejo ambiental, no se ha adelantado un proceso de licenciamiento previo que establezca su intervención como autoridad ambiental, lo que puede representar riesgos en su ejecución y el control de sus impactos. Es decir, la ANLA viene actuando como ejecutor y autoridad, es juez y parte, en el mismo proyecto que aún no tiene licencia ambiental.