GOLPE FRANCO

Fueron muchos los colombianos que respiraron tranquilos la semana pasada. Trece integrantes del temido grupo Ricardo Franco, ala disidente de las FARC, fueron detenidos por las autoridades, en lo que se constituye en el primer golpe que las Fuerzas Militares le propinan a esta organización que, a comienzos del año, había asombrado al país entero al reconocer, por boca de su jefe Javier Delgado, que había "ajusticiado a 164 sapos" en Tacueyó, al norte del Cauca.
Trece es un número de detenidos que cualquier grupo guerrillero consideraría fatal. Pero teniendo en cuenta los antecedentes de los "francos", su tamaño más bien reducido (nunca más de 250 o 300 militantes) y el hecho de que sus dirigentes se han dedicado a eliminar a sus efectivos en proceso de purgas internas, el golpe de la semana pasada puede resultar mortal y definitivo.
Sin embargo, el hermetismo con que las autoridades han manejado el caso, ha impedido a la prensa hacerse a una verdadera idea de las dimensiones del golpe. Todo indica que informaciones obtenidas por los servicios de inteligencia del Ejército, llevaron a los efectivos de la XIII Brigada en Bogotá a efectuar una serie de allanamientos a principios de la semana pasada. El más importante de los descubrimientos fue realizado en la casa de la calle 64 N° 81A-93, en el barrio Villa Luz al occidente de la ciudad, donde aparte de los detenidos, los militares descubrieron abundante y sofisticado material militar, además de una serie de fotos, hasta ahora desconocidas, de la matanza de Tacueyó.
Por esta matanza, las autoridades no han efectuado ninguna detención, lo que ha abierto el camino para algunas suspicacias, como la aparecida en el semanario comunista Voz la semana anterior, donde una nota titulada "¿A quien protegen ciertos militares en el Ricardo Franco?", aseguraba que un alto funcionario del B-2 habría dicho recientemente que "Javier Delgado ha sido uno de los logros más positivos de las Fuerzas Armadas en toda la historia de la guerrilla".
Sobre esto último, lo cierto es que las suspicacias no pueden ser llevadas tan lejos basándose solamente en que a los "francos" los militares nunca les hubieran dado un golpe. Otra cosa es que, desde el punto de vista netamente militar, 164 bajas en la guerrilla sí pueden aparecer como algo positivo, no sólo porque numéricamente signifiquen un golpe importante, sino porque la imagen que el Ricardo Franco dio al país de lo que puede suceder con grupos como éste, no es precisamente alentadora para quienes, en un momento dado, hayan pensado en tomar el camino de las armas.
LOS DETENIDOS
Por todo lo anterior, reviste gran importancia conocer los nombres de los 13 detenidos en los operativos de la semana pasada. Es bastante improbable que entre ellos se encuentren Javier Delgado o su lugarteniente Hernando Pizarro Leongómez, o los demás dirigentes que respaldaron la matanza de Tacueyó como un acto de "venganza revolucionaria", ya que se asegura que estos se encuentran huyendo en lo más profundo de las montañas entre el Cauca y el Huila, huyendo no sólo de las autoridades, sino de otros grupos guerrilleros que rechazaron el genocidio.
En cambio, muchos conocedores aseguran que entre los detenidos puede encontrarse el comandante Omar y sus amigos, quienes a raíz de los sucesos de Tacueyó, huyeron del Cauca, se establecieron en Bogotá y, en declaraciones a la prensa, responsabilizaron a Delgado del "asesinato de muchos revolucionarios honestos". Omar, que según diría después Delgado a SEMANA "es un integrante de los servicios secretos", se había autoproclamado jefe del Ricardo Franco y había anunciado una serie de golpes en la capital del país.
Pero todo esto son apenas especulaciones que sólo se podrán comprobar cuando las autoridades levanten el veto informativo que han impuesto hasta ahora en cuanto a los detenidos, alegando que los allanamientos continúan y las investigaciones no han terminado. Se sabrá entonces qué significa este golpe para los " francos". --