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Hagan sus apuestas

Todos los pronósticos sobre petróleo se equivocaron este año. ¿Alguien se atreve a hacer una nueva predicción?

13 de diciembre de 2008

El ministro de petróleos de Libia, Shokri Ghanem, cometió uno de los mayores gazapos económicos de este año: en mayo, pronosticó que el barril de petróleo podría llegar hasta 200 dólares. Por su parte, Arjun Murti, analista de la compañía Goldman Sachs y considerado uno de los más acertados oráculos del negocio, dijo que el petróleo se mantendría por encima de 100 dólares hasta 2011.

Así como ellos nadie puede decir que acertó en sus proyecciones, pues en apenas tres meses, el petróleo pasó de 147 dólares el barril a 40 dólares. Este año, el crudo demostró que es prácticamente imposible pronosticar su precio. Cada vez son más los elementos que definen la cotización y su manera de relacionarse resulta entreverada. La geopolítica, la situación real de la oferta de crudo y hasta el sofisticado mundo de la especulación financiera son los elementos que definen la ecuación petrolera actual.

Pero esto no impide que se pueda hacer un análisis sobre lo que ocurrió este año. El director de Hidrocarburos del Ministerio de Minas, Julio César Vera, explicó que el desplome reciente se dio por cuenta de la crisis internacional. Ese es un hecho innegable. Muchos países han entrado en recesión y por eso, la demanda real por combustibles se reduce y las expectativas acerca de la demanda futura se deterioran.

Este no es el único elemento de juicio; otro de los factores es la especulación financiera. El negocio petrolero es hoy más complejo, porque el valor de esta materia prima está expresado por títulos valores que se negocian en todas las bolsas del mundo. Vale la pena recordar que esta crisis mundial empezó por la excesiva flexibilidad en estos mercados, así que una buena parte de la caída también fue causada por la pérdida de confianza en los mercados financieros mundiales y esto ocasionó la retirada de muchos especuladores, lo que hizo que la caída del precio fuera más pronunciada.

Este año también quedó demostrado que la política sigue teniendo un fuerte impacto en este mercado. Cualquier tensión en el Oriente Medio o una decisión de Venezuela pueden repercutir. Por ejemplo, Nigeria impulsó el precio al alza, cuando los trabajadores petroleros entraron en paro, con lo que dio un golpe al abastecimiento mundial. Las cosas se normalizaron con el fin de la parálisis.

Para Colombia, las implicaciones son importantes. Este año, Ecopetrol dejará utilidades exorbitantes, cercanas a 11 billones de pesos. Esa es la buena noticia, pero la mala es que el próximo año se van a resentir las finanzas públicas, pues la cotización ya se redujo ostensiblemente.

Por eso el gobierno anunció que los precios de la gasolina en Colombia no caerán más. Esto generó debate, pues para muchos expertos, se trata de una reforma tributaria velada. El argumento del gobierno es que debe invertir más en infraestructura y menos en subsidios a la gasolina.

El otro asunto es el de la exploración petrolera. Muchos apostaban a que con un precio menor, ciertos proyectos no serían rentables. Pero en los últimos dos meses, la Agencia Nacional de Hidrocarburos asignó la exploración de más de 60 bloques entre inversionistas muy entusiasmados. Así que, el país sigue teniendo atractivo para la inversión en este sector.

El petróleo seguirá sorprendiendo. A pesar de que todos siguen buscando alternativas más económicas y eficientes para generar energía, este producto marcará la agenda internacional por muchos años. Ese tal vez sea el único pronóstico acertado, pues sobre los precios es mejor guardar silencio. ¿O alguien quiere hacer alguna apuesta?