Home

Economía

Artículo

Acciones

Hasta que la plata los separe...

Las Bolsas de Nueva York y Europa se fusionan. ¿Qué implicaciones tiene eso para los mercados?

8 de diciembre de 2006

Si no puedes con tu enemigo, únete a él. El popular refrán cae como anillo al dedo ahora que Euronext, el grupo de Bolsas europeas, acaba de llegar a un acuerdo para fusionarse con la Bolsa de Nueva York (Nyse), el papá de los mercados de valores en el mundo. Después de mucho tire y afloje, Euronext, la sociedad que gestiona las Bolsas de París, Bruselas, Ámsterdam, Lisboa y el poderoso mercado de futuros de Londres, tomó la decisión de unirse con la Bolsa de Nueva York en una nueva entidad. Su sede central quedará en Wall Street y en ella se cotizarían empresas con un valor en Bolsa global de 27 billones de dólares

No se trata de un matrimonio cualquiera. La nueva entidad ocupará el primer lugar entre las Bolsas del mundo, con una capitalización de 20.000 millones de dólares. Será el mayor y más líquido de los mercados bursátiles del planeta. Esa mayor liquidez contribuirá a que los precios de las acciones reaccionen con mayor rapidez y precisión ante los cambios en la oferta y la demanda.

Según los términos del acuerdo, cada accionista del Nyse recibirá una acción de la nueva empresa por cada título propio. Por su parte, los del Euronext percibirán 0,98 acciones y 21 euros en efectivo. Las acciones de la empresa resultante de la fusión cotizarán en ambas plazas, y cada día moverán un volumen de negocio de 100.000 millones de dólares.

Como en cualquier unión, la idea es generar ahorros. A pesar de estar separadas por un enorme océano, ambas Bolsas están unidas a través de líneas, cables de fibra óptica, conexiones vía satélite y grandes computadores. La sola combinación de esas plataformas tecnológicas les representará un ahorro anual de 375 millones de dólares. Y esto ayuda a reducir los costos de las transacciones, lo que atrae más empresas y también más compradores y vendedores.

Pero más allá de las economías de escala, el interés de la Bolsa de Nueva York parece ser otro: sacarle una gran ventaja a su más directo competidor, el mercado electrónico Nasdaq. Desde comienzos de este año, Nasdaq, con sede en Estados Unidos, ha estado lanzando todo tipo de ofertas para adquirir la Bolsa de Londres y construir un gran imperio transoceánico de valores. Desde hace semanas viene comprando acciones de la Bolsa de Londres y hoy ya posee el 25 por ciento de ésta.

La oleada de consolidaciones avanza de tal forma, que la semana pasada la Bolsa de Tokio confirmó que está negociando con las Bolsas de Nueva York y Londres eventuales alianzas o fusiones. Otra que anda buscando con cuál se asocia es la alemana Deutsche Boerse AG -que dirige la Bolsa de Frankfurt- y que este año ha estado haciendo ofertas a plazas vecinas.

Nada de esto, sin embargo, es nuevo. La consolidación de los mercados de valores comenzó hace muchos años, cuando los pequeños mercados de las ciudades europeas se fueron fusionando gradualmente hasta crear mercados centralizados de mayor tamaño como Ámsterdam y Londres. Hasta en Colombia ocurrió lo mismo hace cinco años, cuando se fusionaron en 2001 las Bolsas de Bogotá, Medellín y Cali.

En general, los mercados de valores de todo el mundo parecen estar convencidos de que 'cuanto más grande, mejor', y de que aquellos que no se suban al tren acabarán quedando desplazados. Por eso no es descabellado pensar que en un futuro cercano estarán integradas las Bolsas de Colombia, Buenos Aires, Sao Paulo, México y Chile, en una gran Bolsa latinoamericana. ¿Será que sí?