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tCarlos Mattos, presidente de Cinascar, selló la alianza con la compañía china Chery para comercializar el nuevo taxi de esta marca. | Foto: Carlos Julio Martínez

DISPUTA

Mattos contraataca a Hyundai con venta de taxis en Colombia

Después del rompimiento con Hyundai, el empresario Carlos Mattos retoma el negocio de la venta de taxis, pero ahora de la mano de los chinos. La pelea con la coreana parece ir para largo.

16 de julio de 2016

La disputa entre el empresario Carlos Mattos y la multinacional automotriz Hyundai escala en intensidad. La semana pasada, el enfrentamiento comercial tuvo dos nuevos episodios que muestran que este litigio va para largo.

Neocorp, el nuevo distribuidor autorizado de la marca coreana, sobre quien pesa una medida cautelar que le impide vender los autos Hyundai en el país, publicó avisos de página entera en los principales medios en los que hizo fuertes advertencias sobre la consecuencias que tendrán las decisiones que han tomado los jueces en esta disputa.

Gustavo Lenis, presidente de Neocorp, señaló que la medida cautelar podría destruir la confianza inversionista del país. “La decisión de este juez es más destructiva para el mercado y los derechos de los consumidores, que decisiones tomadas en gobiernos dictatoriales”, dice el aviso de Hyundai Motor.

El vocero de la multinacional señala que esa medida se dedica a favorecer los intereses retaliatorios del demandante y bloquea la entrada en operación del nuevo distribuidor, con lo cual se afecta a los usuarios y se paralizan las ventas.

Mientras el nuevo distribuidor le exponía a la opinión pública su desconcierto y malestar por las decisiones que ha tomado la justicia en Colombia, Carlos Mattos anunciaba un sorpresivo contraataque.

El empresario pasó de los estrados judiciales a la acción. De la mano de la automotriz china Chery incursionará nuevamente en la venta de taxis, negocio en el que el colombiano fue muy exitoso cuando popularizó los denominados ‘zapaticos’, durante los años que tuvo la representación de Hyundai para el país.

Estos pequeños taxis que circulan actualmente por las principales ciudades, y de los cuales, según Mattos, llegó a vender alrededor de 100.000 unidades, lograron posicionar a Hyundai Colombia como la tercera compañía en ventas de vehículos del país.

Pero tras su disputa con la casa matriz de Hyundai, en Seúl (Corea), el empresario decidió retomar de nuevo el negocio de los amarillos al lanzar al mercado el ‘Gran City Taxi’, un vehículo más grande, y que según el empresario será el taxi del futuro. “Cuando se terminó la relación con Hyundai comencé a mirar opciones porque tenía que sobrevivir ya que me habían dejado en los rines. Por eso, fortalecí la alianza con Chery”, dice. Desde hace ocho años Mattos es, a través de su compañía Cinascar, el representante de esta marca china para Colombia, Venezuela y Ecuador.

La meta es vender, al año, entre 3.000 y 4.000 unidades. Y para 2017 Cinascar comenzará ventas de camionetas, camiones, pick-ups y un par de marcas de automóviles particulares. También se estudia la posibilidad de que estos vehículos se puedan ensamblar en el país.

El paso que está dando Mattos es arriesgado porque incursiona en medio de una fuerte disputa legal y cuando la industria automotriz reporta una caída en ventas cercana al 14 por ciento, debido en gran parte a la devaluación, que ha encarecido los autos importados.

Sin embargo, el empresario es optimista y dice que el éxito está garantizado por la calidad del vehículo y el socio que está detrás. Chery es uno de los principales fabricantes de vehículos de China, con una producción anual cercana a 1,2 millones de unidades. Hoy está presente en 180 países. En Colombia está desde hace ocho años y ocupa el puesto 17 entre las marcas más vendidas del mercado.

Esta nueva jugada de Mattos es para la casa matriz de Hyundai un golpe bajo, que se suma al enconado pleito que libra con el empresario en el juzgado Sexto Civil del Circuito. En un hecho inédito en materia comercial, dicho Juzgado le prohibió a la multinacional coreana vender directamente carros de su marca, a través de compañías distintas a Hyundai Colombia.

Con esta decisión la automotriz, que es la quinta productora mundial de vehículos, quedó maniatada porque no puede vender en ninguno de los cerca de 30 concesionarios que tenía listos para comercializarla .

Y es que cuando terminó abruptamente su relación con el empresario colombiano, Hyundai Motor anunció que a partir de enero de este año su nuevo representante en Colombia sería Neocorp, una compañía que tenía ambiciosos planes de expansión, que por lo pronto quedaron truncados.

Hay que recordar que tanto Neocorp, como la representación de Kia para Colombia, el otro gran competidor de Mattos en el sector, están en manos del poderoso conglomerado ecuatoriano Eljuri, con el que Mattos tiene una vieja disputa comercial y legal, que los ha enfrentado en varios estrados judiciales.

Desde que el juez anunció la medida cautelar, las ventas de vehículos Hyundai en el país se desplomaron. Según el reporte de vehículos de la Andi y Fenalco, en el primer semestre del año se vendieron 4.770 unidades de esta marca, 42 por ciento menos que en igual periodo del año anterior. En junio se comercializaron solo 549 unidades, una caída del 56 por ciento frente a igual mes del año anterior.

Este es un duro golpe para la compañía si se tiene en cuenta que en Colombia se comercializaban al año alrededor de 17.000 unidades. Para los próximos meses el panorama luce más complicado en la medida en que se agota el inventario y las importaciones están frenadas. “Las ventas están prácticamente paralizadas, pero seguimos con el suministro de repuestos y cumpliendo con las garantías a los clientes”, dijo un directivo de Neocorp, quien espera que se dé una solución lo más pronto posible para evitar mayores perjuicios.

Pero tal como están las cosas es muy difícil lograr un arreglo. Mattos aspira a una indemnización de 770.000 millones de pesos. “Si yo despido a un empleado tengo que indemnizarlo”, dice, a la vez que afirma que este pleito se arregla en el momento en que Hyundai le pague lo que le debe. “No estoy pidiendo dádivas, solo estoy reclamando mis derechos”, enfatizó Mattos.

Entre los argumentos del empresario para esta pretensión económica están las inversiones por 500 millones de dólares realizadas durante más de dos décadas para posicionar la marca. Además, hay otra demanda por competencia desleal en el mercado de taxis. Según los abogados de Mattos, con la llegada de Neocorp se consolida un monopolio porque esta empresa, así como Kia, terminará manejando más del 80 por ciento de este mercado.

Pero Hyundai piensa otra cosa y considera que estaba en todo su derecho de terminar esta relación comercial, que según la multinacional “no era exclusiva”. Entre sus argumentos afirma que no se cumplieron algunas de las metas de ventas propuestas y que Mattos, por darle prioridad a la venta de taxis, descuidó la comercialización de carros de alta gama, que son los que mayor prestigio le dan a la compañía coreana.

Como se ve, llegar a un arreglo no será nada sencillo porque en este pleito no solo están en juego millonarios recursos, sino también enfrentamientos personales. En medio de este escenario están los consumidores y la reputación de una marca que llegó a estar entre las más vendidas, pero que hoy ve un panorama muy sombrío.