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Según el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, el recaudo de la Dian pasará de 116.6 billones de pesos en 2015 a 125.9 billones en 2016, incluyendo plan de gestión, antievasión y anticontrabando. | Foto: Daniel Reina

PRESUPUESTO

Inversión, primera sacrificada con el Plan de Desarrollo

El recorte en el presupuesto de 2016 muestra que viene un periodo largo de austeridad. ¿Qué pasará con el ambicioso programa de inversión del Plan de Desarrollo?

18 de julio de 2015

El gobierno destapó las cartas del Presupuesto General de la Nación para 2016, que pondrá a consideración del Congreso en las próximas semanas. El recorte en las cifras, contempladas en el proyecto, muestra que viene un periodo de austeridad que irá para largo y reconoce la compleja realidad fiscal que vive el país.

Según explicó el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, excluyendo la deuda, el presupuesto (funcionamiento más inversión) pasará de 163,5 billones de pesos este año a 167,2 billones para 2016, lo que significa un crecimiento de 2,3 por ciento. El apretón vendrá por cuenta del plan de inversiones que de 45,8 billones de pesos bajará a 40,6 billones.

La estrechez fiscal se origina en lo que ya todos saben. La caída de los precios del petróleo viene reduciendo los ingresos de la Nación de manera notable. En 2013, cuando se dio el pico de la renta petrolera (recaudo del impuesto de renta, Cree y sobretasa, más los dividendos de Ecopetrol), el gobierno recibió ingresos por 23,6 billones de pesos. Para 2015, estos bajaron a 9,6 billones y para 2016 se prevé que se reducirán a unos 3,3 billones de pesos.

El problema es que no se ve en el horizonte una recuperación en el mercado internacional del crudo. Por el contrario, la situación podría agravarse. El acuerdo al que acaba de llegar Irán con las grandes potencias, que incluye un futuro levantamiento del embargo económico internacional para este país, podría presionar a la baja los precios del petróleo. El mercado espera que la producción de crudo de Irán aumente en 1 millón de barriles, seis meses después de que se levante la sanción, lo que añadirá una oferta adicional a la ya muy abundante que hay en el planeta. Por otra parte, Irán es competencia directa de Colombia en China e India. La mitad de las exportaciones colombianas de crudo ya son a países asiáticos donde Irán y la Opep tienen puestos los ojos.

Ante esta cruda realidad, hay que reconocer que las finanzas públicas colombianas seguirán diezmadas, lo que significa que viene un periodo largo de vacas flacas. El gobierno anunció que quedan congelados los gastos de personal y generales de la Rama Ejecutiva, excepto los sectores de Defensa y Justicia. Pero la austeridad tocará a todas las carteras y esto ya comenzó a generar malestar dentro del gabinete.

El ministro de Agricultura (e), Juan Pablo Díazgranados, dijo en un comunicado que su presupuesto pasará de 3,3 billones de pesos en 2015 a 1,4 billones para 2016, es decir, sufrirá una reducción cercana al 50 por ciento. “Respetamos la regla fiscal pero la disminución que hemos sufrido pone en grave riesgo de incumplimiento los compromisos que el ministerio tiene y, sobre todo, los compromisos del posconflicto que el país está demandando y en donde el ministerio tiene una seria participación”, anotó.

Para el Ministerio de Vivienda el recorte será del 20 por ciento, casi 800.000 millones de pesos menos. El ministro Luis Felipe Henao dice que distribuirá los recursos y para ello se enfocará en los programas de vivienda que tengan un mayor impacto en el PIB. Sin embargo, reconoce que la afectación más grave estará en los programas de agua.

Aunque es en el Congreso donde se define la distribución de las partidas sectoriales y ministeriales, la verdad es que el Legislativo tiene poco margen de maniobra para cambiar la propuesta que lleve el ministro de Hacienda. Por ahora, esta contempla recortes del 18 por ciento para el Ministerio de Ambiente; del 30 por ciento para el de Minas y Energía; del 21 por ciento para Transporte; del 9 por cierto para la cartera de Comercio y del 20 por ciento para el Ministerio de las TIC, entre otros.

Muchos analistas consideran que la situación estaba cantada, y que el tijeretazo al presupuesto del próximo año solo confirma que el gobierno se excedió en optimismo en lo que prometió y consignó en el Plan de Desarrollo.

El exministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo recuerda que con gran júbilo el gobierno anunció inversiones para los próximos cuatro años por 700 billones de pesos, de los cuales 258 billones provendrían de recursos del presupuesto del gobierno central. El resto, de entidades regionales y del sector privado.

Pues bien, una sencilla regla de tres indicaría que con fuentes del gobierno se destinarían para cumplir las metas de inversión del plan, 64,6 billones por año, plata que no se ve por ningún lado. Como se ha dicho, para 2016 la inversión bajará a 40,6 billones, es decir, faltan 24 billones para cumplir lo previsto en el Plan de Desarrollo en el próximo año. “Y que no se diga ahora que el Plan Cuatrienal de Desarrollo se preparó cuando se desconocían los efectos de la caída de los precios del petróleo. Se era plenamente consciente de ello”, dice Restrepo. De hecho, el gobierno luego bajó en 17 billones de pesos el monto total del plan.

El ministro de Agricultura (e) pone el asunto en los siguientes términos: “Entendemos, por supuesto, que hay una situación fiscal distinta a la de hace un año pero debe haber coherencia entre lo que plantea el Plan de Desarrollo y su capítulo para la trasformación del campo”.

Díazgranados resaltó que el desarrollo rural es el punto número uno de lo que se negocia en La Habana y el factor clave según las recomendaciones de la Misión Rural. “Este recorte hace inviable la ejecución de una serie de compromisos y proyectos sociales que el ministerio y sus diferentes entidades tenemos hacia adelante”, añadió.

El senador del Centro Democrático Iván Duque afirma que el gobierno subestimó las circunstancias internacionales que se venían proyectando sobre los principales productos de exportación del país, y le restó importancia a la dependencia minero-energética de la canasta exportadora. Considera que el gobierno nacional sigue sin apretarse el cinturón del gasto, pues, mientras la inversión cae, el rubro de funcionamiento crece. Para 2016, los gastos de funcionamiento, que contemplan gastos de personal, generales y transferencias, pasarán de 117,7 billones de pesos en 2015 a 126,6 billones para 2016.

Ahora bien, a muchos les preocupa el recorte que se hará en la inversión porque podría afectar el crecimiento, justamente cuando la economía necesita de nuevos motores que la impulsen. El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de reducir su pronóstico para Colombia a un 3 por ciento, cuando lo tenía en 3,4 por ciento. El ministro de Hacienda, quien tendrá que librar una dura batalla en el Congreso y dentro del mismo gabinete por los recursos del presupuesto, alista sus argumentos. Dice que la disciplina fiscal genera confianza y eso suma al crecimiento y no resta.