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El presidente mundial de General Electric, Jeffrey Immelt, estuvo en la finca del presidente Álvaro Uribe a comienzos de 2008 y ratificó su compromiso con Colombia. Esta compañía enfrenta enormes retos hoy en Estados Unidos, al igual que muchas otras firmas en el planeta. ¿Podrán cumplir sus promesas?

CRISIS.

¿Inversiones al congelador?

La caída en la demanda y en los precios de las materias primas tiene a muchas multinacionales revisando sus planes de inversión. Colombia recibirá el coletazo.

8 de noviembre de 2008

A comienzos de este año, en su finca el Ubérrimo, el presidente Álvaro Uribe se reunió con Jeff Immelt, cabeza mundial de General Electric (GE) -la industria símbolo de Estados Unidos-. El importante empresario anunció nuevos planes de expansión en Colombia y posó con sombrero vueltiao, junto al Presidente. La máxima expresión de confianza inversionista.

También por la misma época, Roger Agnelli, presidente del gigante minero brasileño Vale do Rio, visitó la Casa de Nariño. Tras el encuentro, el presidente Uribe anunció que la compañía brasileña estaba muy interesada en llegar a Colombia y habló concretamente de una inversión por 5.900 millones de dólares en los próximos años, en proyectos de explotación minera y generación de energía.

Hace unas semanas, Votorantim, otra gigante minera brasileña, anunció un proyecto por 1.500 millones de dólares en una gran planta en Barranquilla, y, más recientemente, el presidente de Mitsubishi, Yorihiko Kojima, también de visita en el país expresó el interés de ampliar las inversiones en Colombia, concretamente en el sector de los biocombustibles.

Que estas grandes multinacionales decidan ampliar o traer nuevas inversiones al país es una excelente noticia porque muestra que hay confianza en el futuro de la economía colombiana. Sin embargo, los planes de muchas de estas compañías se podrían retrasar por cuenta de la crisis financiera que ya tocó todos los demás sectores económicos.

Los tiempos han cambiado. La crisis ha golpeado las más grandes multinacionales en todo el mundo. En Estados Unidos hay gran preocupación por el futuro de GE. La prestigiosa revista Fortune se pregunta en su primera portada de noviembre si la firma estadounidense está en buen momento. De hecho, no lo está. El multimillonario Warren Buffet tuvo que salir a apoyarla con una inversión de 3.000 millones de dólares. GE planea escindir su división industrial y de consumo y hace dos meses anunció sus planes de vender la unidad de electrodomésticos. No son buenos tiempos para los planes de expansión de GE, ni el mundo ni en Colombia.

Por su parte, las grandes empresas brasileñas, especialmente las mineras, empezaron a registrar pérdidas y anuncian ventas de activos y recortes. Los precios de las materias primas como el acero han caído como consecuencia de la menor demanda mundial, ante la recesión de las grandes economías.

Con un cambio en las perspectivas económicas, algunas compañías han puesto en revisión sus inversiones y Colombia sentirá el coletazo.

El gobierno ha mostrado preocupación por los proyectos grandes como el de Vale do Río y Alcoal (multinacional estadounidense de aluminio), pues hoy los precios de los metales han caído y la situación de esas empresas se ha empezado a resentir. Antes de emprender proyectos de expansión, seguramente se tomarán su tiempo para esperar evaluar de qué tamaño es la recesión mundial.

El ministro de Minas, Hernán Martínez, cree que el panorama en minería, petróleo y energía para el país no es tan crítico, pues la mayor parte de los proyectos está avanzando y los compromisos habían sido adquiridos con anterioridad.

"Habrá un par de casos en los que haya problemas de financiamiento, pero no es una tendencia", aseguró Martínez.

A pesar del optimismo oficial, es obvio que para nadie va a ser fácil conseguir crédito en las actuales circunstancias. Y quienes no hayan hecho sus cierres financieros a tiempo, probablemente no van a conseguir dinero ahora.

Si las grandes multinacionales deciden aplazar durante un tiempo algunos de sus planes en Colombia, la dinámica que traía la inversión extranjera se frenará inevitablemente. Es una lástima que así sea porque el gobierno se la ha jugado con los estímulos a la inversión extranjera, y la confianza en el país ha cambiado favorablemente.