IVA, UN AÑO
Aumentó el recaudo, pero no disminuyó su impopularidad.
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El pasado primero de abril se cumplió el primer aniversario de la puesta en práctica del impuesto más odiado en la historia de Colombia: el IVA. Identificado como el tributo que determino la abismal pérdida de popularidad del gobierno en los últimos meses, el trajinado impuesto al valor agregado continúa ocasionando polémicas entre quienes lo atacaron o promovieron en un momento determinado.
Sus defensores citan como argumento el aumento sustancial en los recaudos presentados durante 1984, con todo y que los efectos del impuesto sólo se vieron a partir de mayo. Las cifras de la administración de impuestos muestran cómo los ingresos del gobierno crecieron en casi 25 mil millones de pesos entre 1983 y 1984, al llegar, en este último, a la nada despreciable suma de 88 mil millones de pesos. Semejante ritmo de incremento debería continuar durante 1985 y los cálculos oficiales hablan de un recaudo, por concepto del IVA, cercano a los 136 mil millones de pesos; casi un 30% de los ingresos corrientes del gobierno central. Además, se consiguió un aumento en el número de declarantes, cercano a los 75.000 establecimientos, con lo cual la administración de impuestos mejoró sustancialmente su capacidad de control sobre el comercio.
Sin embargo, hay analistas que afirman que semejantes resultados se habrían podido conseguir con remedios "menos amargos". Como se recordará, el IVA vino a reemplazar al régimen existente de impuesto a las ventas, al introducir una tarifa del 10% para la mayoría de bienes (algunos suntuarios quedaron tributando el 35%), la cual se paga desde la venta intermedia en la fábrica hasta la colocación final en el almacén. Como resultado, los comerciantes quedaron incluidos dentro del tributo, con lo cual el consumidor empezó a sentir directamente sus consecuencias.
Los primeros meses del IVA estuvieron enmarcados por malos entendidos que causaron errores y abusos a todos los niveles. La falta de claridad en algunos mecanismos de cálculo, así como la rapidez con que se implantó (en otros países se ha hecho en forma gradual) ocasionó que los errores se corrigieran sobre la marcha. Amén de la confusión del público, durante algunos meses los pequeños y medianos comerciantes aprovecharon el IVA a su favor, sin reportarlo a la administración de impuestos, con lo cual aumentaron su margen de utilidad. Con todo, el comercio, como gremio, se resintió notoriamente del impacto del IVA. Las cifras oficiales muestran cómo el sector fue uno de los de menor dinámica en 1985 y los análisis revelan que el nuevo impuesto, junto a la restricción de importaciones, es identificado como el culpable de lo sucedido.
"Las preocupaciones que hemos expresado sobre el IVA se reiteran con su primer aniversario", afirmó el presidente de Fenalco, Juan Martín Caicedo, quien desde un primer momento le hiciera reparos a la iniciativa. "El impuesto generó desorden en el mercadeo de muchos productos, desconcierto en los consumidores y muchas dificultades de adaptación del empresario al nuevo sistema", agregó el dirigente gremial, quien anotó como el comercio organizado ha salido perdiendo, con lo cual se han "estimulado el fortalecimiento e incremento de actividades comerciales ilícitas, como el contrabando".
Por su parte, los defensores de la idea contestan que, si bien se han presentado problemas, estos han venido disminuyendo con el tiempo y eventualmente se reducirán a un mínimo. "Lo más importante -anotó un miembro del gobierno- es que el IVA no influyó sobre el comportamiento de la producción y no tuvo un efecto sobre los precios, como se llegó a pronosticar". Diversos economistas oficiales añadieron que sin la llegada del IVA la actual crisis fiscal habría sido mucho peor y que ahora este se constituye en una de las herramientas de ayuda más eficaces de las finanzas públicas. "El IVA llegó para quedarse y más vale que nos acostumbremos a sus aniversarios", concluyó enfáticamente un miembro del ministerio de Hacienda.